Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Ubicada en los famosos Alpes, esta ciudad suiza es una referencia en el plano diplomático y financiero. Sede de la ONU y de otras organizaciones de renombre, Ginebra ahora acelera su transición a ciudad inteligente y sustentable. Conoce cómo lo hace en esta nota 

Ginebra, la pintoresca ciudad suiza ubicada en la región de los Alpes, no solo es conocida por su belleza natural, su rico pasado histórico y su importancia como centro financiero, sino también por ser un referente global en términos de ciudad sostenible e inteligente. Con un legado diplomático de renombre, esta ciudad ha sabido combinar su historia con una visión de futuro centrada en la sostenibilidad y la innovación. A continuación, exploramos en detalle los aspectos que hacen de esta ciudad un modelo a seguir en materia de desarrollo urbano alineado a un nuevo enfoque.

Ginebra se erige como un símbolo de la diplomacia internacional. La ciudad alberga la sede de múltiples organizaciones globales, incluidas las Naciones Unidas y la Cruz Roja. Este papel histórico como epicentro de las relaciones internacionales ha forjado la identidad de Ginebra y ha establecido las bases para su enfoque sostenible y progresista en la actualidad. 

TECNOLOGÍA PARA FACILITAR LA VIDA Y ENFOQUE SUSTENTABLE

Según el Índice de Ciudades Inteligentes (SCI) de la prestigiosa Escuela de Negocios IMD, Ginebra se ubicó en el noveno lugar del ranking mundial de ciudades que más avanzan hacia la inteligencia y la sostenibilidad, subrayando su excelencia en la calidad de vida y en la aplicación tecnológica orientada a sus ciudadanos, entre otras cuestiones.

Esta ciudad vanguardista ha demostrado su compromiso con la innovación tecnológica para mejorar la calidad de vida de sus casi 200 mil  habitantes. Desde la gestión de la misma se ha destacado en el desarrollo de programas que mantienen a los conductores informados sobre el estado del tráfico en tiempo real y la disponibilidad de espacios y estacionamientos disponibles. Además, Ginebra ha implementado sensores para monitorear y prevenir los niveles de ruido y temperatura en la ciudad, garantizando así un entorno urbano más saludable.

Pero el progreso de Ginebra no pasa solo por lo tecnológico, también ha puesto un énfasis considerable en la sostenibilidad ambiental. Un ejemplo destacado es la mejora de la calidad del agua en la ciudad, con una notable reducción en la concentración de fósforo en el lago de Ginebra gracias a la eliminación de productos fitosanitarios en el cuidado de la vegetación. Asimismo, la ciudad ha implementado políticas para reducir el consumo de agua en parques y fuentes.

La apuesta de Ginebra por la movilidad sostenible también se refleja en la expansión de la red de carriles para bicicletas y la introducción de autobuses eléctricos de gran capacidad. Aunque enfrenta desafíos en la implementación de zonas de velocidad reducida y medidas contra el ruido, ha logrado un crecimiento significativo en zonas peatonales y de preferencia para los transeúntes.

En el ámbito de la economía circular, Ginebra fomenta el reciclaje y la separación de residuos, proporcionando contenedores y bolsas biodegradables para residuos orgánicos. Aunque hay espacio para mejorar la tasa de reciclaje, la ciudad ha logrado reducir la cantidad de residuos incinerados por habitante.

PERSPECTIVA MULTILATERAL: UN FUTURO IMPULSADO POR LA COOPERACIÓN GLOBAL

Además de su compromiso local, Ginebra también está orientada hacia el ámbito global en varios planos. Constituye una ciudad global, centro financiero y mundial de la diplomacia debido a la presencia de numerosas organizaciones internacionales. 

En lo financiero, según el Índice Global de Centros Financieros (GFCI, según sus siglas en inglés), Ginebra es la décima ciudad en el ranking, que encabezan New York, Londres y Singapur. Por su parte, en el plano de la diplomacia, es la ciudad que alberga el mayor número de organizaciones internacionales del mundo, entre ellas la sede de muchos de los organismos de las Naciones Unidas​ y de la Cruz Roja.

Este enfoque holístico hacia la sostenibilidad y la cooperación global se ha cristalizado en la Declaración de los Alcaldes de Ginebra, que establece objetivos ambiciosos para avanzar hacia un futuro más sostenible. La ciudad está comprometida con la revisión periódica de su progreso, un ejemplo claro de su dedicación a la mejora continua.

En resumen, Ginebra no solo es un ícono de diplomacia y paz, sino también un faro de sostenibilidad e innovación. Su enfoque equilibrado hacia la tecnología, el medio ambiente y la cooperación global la posiciona como una ciudad modelo en la búsqueda de un futuro más sostenible y próspero para todos sus habitantes y para el mundo entero.

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