Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

La ciudad, capital en Suecia, se ha convertido en uno de los pilares de la sustentabilidad a nivel europeo y mundial. Desde Utopía Urbana repasamos algunas de las medidas que permiten colocarla en ese lugar.

Durante los últimos años, y especialmente tras el Acuerdo de París (2015) y la Cumbre de Glasgow (2021), la obsesión de los distintos países pasa por lograr mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger al planeta del calentamiento global. Desde esta perspectiva hay ciudades que han avanzado más que otras, hasta ser pioneras en la cuestión. Ese es el caso de Estocolmo, la ciudad sueca que  ha logrado impulsar la sostenibilidad como bandera. 

Es sabido que la transición hacia una ciudad sostenible no se da de la noche a la mañana y eso lo saben muy bien desde el gobierno sueco, que viene haciendo méritos desde incluso antes de la llegada del nuevo milenio. De hecho, el primer programa ambiental de la ciudad data del año 1976, y aunque no significaba lo que hoy en día logra un plan ambiental, sentó los precedentes para la aplicación de estas políticas.   

Gracias a estas cuestiones, Estocolmo se ha erigido como una de las ciudades más amigables con el medio ambiente, pero también una de las más innovadoras de la región. Pero…¿Qué es lo que hoy en día la deposita en el ojo de la escena mundial? 

He aquí un pequeño repaso de las políticas más importantes de los últimos años, pero también de los planes a futuro, que esperan convertirla, según los dirigentes suecos, como la ciudad más inteligente y sostenible del mundo. Para ello no solo depositan su intención, sino también importantes sumas millonarias. 

Cabe destacar que ya en el año 2010 fue galardonada por la Unión Europea como la primera Ciudad Verde de Europa por su visión holística que combina los principios de la economía circular con las diversas políticas impulsadas desde su gobierno. 

Además, en ese sentido, se trata de una ciudad rodeada de lagos, ríos y embalses como así también un gran bosque con una amplia diversidad de especies. No es un dato menor que cerca del 95% de su población vive a menos de tres cuadras de pulmones verdes, por lo que el cuidado ambiental se convirtió en una especie de tarea cotidiana. 

Políticas públicas del gobierno sueco

Pese a la intención pública de lograr una ciudad sustentable e inteligente, existen, como en otras tantas ciudades del mundo, muchos condicionantes externos que impiden conseguir al 100% un centro urbano como se esperaba. Sin embargo, con la intención de lograr todo esto a futuro, han elaborado diversos planes de cara a las próximas décadas.  

De hecho, hoy en día, la totalidad del transporte público de Estocolmo funciona gracias a diversos combustibles renovables y se espera que durante los próximos años se pueda implementar la llegada del hidrógeno verde, pero así también una mayor cantidad de vehículos eléctricos. 

En este sentido, caso contrario a lo que ha pasado en el mundo, las emisiones de los gases de efecto invernadero se han reducido en un 25% desde 1990 hasta la fecha, algo que ya marca una tendencia contraria a lo que sucede en el mundo, donde se tiende al aumento de las mismas. 

De hecho, durante el último año han presentado la estrategia “Estocolmo Libre de Combustibles Fósiles”, que establece las distintas pautas y parámetros que debe seguir la ciudad para lograr gestionar las distintas problemáticas que trae el cambio climático. 

Al respecto, según explicaron fuentes allegadas al gobierno sueco, la intención gubernamental es “aumentar el apoyo para la energía solar, eólica, almacenamiento de energía, las redes inteligentes y el transporte limpio”. Por otro lado, realizarán una inversión por €42 millones , de la que gran parte se deducirá de los impuestos a los motores a combustiòn que se encuentran funcionando en la región. 

Por otra parte, según también resaltaron, en la previa a la COP21, cerraron aeropuertos, centrales nucleares, pusieron en venta las minas de carbón (este punto fue ampliamente debatido el Glasgow), para poder invertir en la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Paralelamente a estos planes, desde el gobierno sueco han impulsado el  Programa de Medio Ambiente y el Plan de Acción Climática, que establece las bases para generar un presupuesto anual que permita avanzar sobre esta temática. Además, por medio de este plan buscan impulsar lugares de trabajo, mejores servicios en la ciudad, mejorar la calidad de vida por medio de la educación y la salud. 

Visión 2030

Por último, cabe destacar que el ayuntamiento de Estocolmo adoptó la visión 2030, con el objetivo de convertirse en una ciudad limpia, segura y sustentable del mundo durante lo que queda de la década, logrando posicionarse dentro de los líderes mundiales en el desarrollo de tecnología e innovación. 

Asimismo, esta visión también se propone reducir las emisiones totales e impulsar el desarrollo de energía alternativa tanto en la movilidad como en los edificios administrativos. ¿Podrán el gobierno sueco seguir con el rumbo y el camino hacia la sostenibilidad? ¿Logrará durante los próximos años colocarse como modelo a seguir a nivel mundial?

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