Es sabido en el mundo que Dinamarca es uno de los países que más ha hecho por convertir a sus ciudades en inteligentes y sustentables con el fin deara reducir el impacto ambiental del Cambio Climático, mejorar la calidad de vida de sus ciudades y su interrelación con el gobierno. Desde hace años viene siendo reconocida por los distintos organismos y ha sido elegida como ejemplo en varias oportunidades. Un ejemplo de ello es el posicionamiento de Copenhague, su capital, en el top 10 mundial en los ranking de ciudades inteligentes de IMD y de IESE-Cities in Motion, así como el liderazgo en el índice de ciudades seguras de EIU (Economist Intelligence Unit).
Pese a ser uno de los países más avanzados en la temática durante la última década, las autoridades gubernamentales no se han puesto a descansar y apuntan a conseguir la primera ciudad libre de emisiones de CO2 del mundo. La sede estará ubicada dentro de las coordenadas de Copenhague y se tratará de una especie de “barrio laboratorio” que llevará el nombre de Nordhavn, y está ubicado en las inmediaciones del puerto industrial que lleva unos 10 años en transformación para convertirse en una gran área urbana sostenible.
Actualmente viven allí unas 4 mil personas y se espera que, una vez terminada la infraestructura inteligente se muden allí unos 40 mil ciudadanos en total. De todas formas la construcción seguirá vigente hasta el 2050 para cumplir con distintos requisitos de los ODS.
Para trasladarse por aquellas latitudes es pertinente hacerlo mediante la movilidad sostenible, utilizando más que nada bicicletas. De todas formas, se espera que durante los próximos años avancen otros tipos de movilidad eléctrica. Además, el barrio está pensado bajo la lógica de la ciudad de los 15 minutos. Para conocer más sobre este perfil de ciudades haz click aquí.
De todas formas, hay buses en la ciudad, que si bien todavía no funcionan de manera autónoma y eléctrica, se puede utilizar de forma terrestre y acuática y están conectados a la red de Copenhague. Sin embargo, lo que más se ve en la ciudad son estacionamientos y senderos para bicicletas y no hay ninguno para vehículos.
Siendo una ciudad portuaria la relación con los residuos también debe ser tenida en cuenta a la hora de sacar la basura, ya que todo aquello que no reciba el tratamiento adecuado puede terminar siendo perjudicial para el entorno que lo rodea. Por esta razón, la economía circular es algo que se ha instalado fuertemente en Nordhavn.
Se suele dar en el lugar una especie de feria de intercambio o canje de elementos entre los propios vecinos. De esa manera, todo lo que esté en buenas condiciones y no sea utilizado queda a disposición de alguien que sí vaya a darle utilidad. Ahí aparece el intercambio que le da un nuevo valor agregado a lo que ya no se utiliza y permite extender la vida útil de la materia.
Por supuesto, que la intención de descarbonizar el país es acompañada por un paradigma energético renovable y amigable al medioambiente. Por esta razón, así como ocurre en todo el territorio danés, utilizan la disponibilidad del viento en la región para obtener energía eólica de enormes parques que se encuentran en la zona.
De hecho, en esta incipiente ciudad inteligente de Nordhavn, se ha creado la asociación EnergyLab, formada por un grupo de empresas del sector tecnológico y energético, que investigan y aplican soluciones para aprovechar al máximo la energía. Allí en esta especie de laboratorio, han establecido un “almacén de datos de energía” que permite obtener información sobre la producción de la energía eólica y solar, el costo, las condiciones climáticas y cómo se está consumiendo a tiempo real esta energía.
Hasta los edificios funcionan optimizando el consumo calorífico y energético al punto de tener celdas y placas fotovoltaicas que generan la mitad del consumo necesario . Un caso de este tipo es la Copenhagen International School.
De esta manera Dinamarca sigue posicionándose como uno de los países con más políticas estatales de cara a la descarbonización de su territorio. De seguir así, será uno de los primeros en conseguir el objetivo de Zero Emisiones. ¿Lo ves posible?