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Este concepto, surgido en Chile, se ha expandido por todo el mundo buscando brindar nuevas oportunidades a espacios públicos en desuso y reemplazarlos por plazas o parques de libre acceso. Las plazas de bolsillo brindan lugares recreativos y también funcionan como espacios verdes. Conoce cómo son y algunos ejemplos en Latinoamérica

En el mundo de la planificación urbana y el diseño de espacios públicos, surge un concepto innovador y transformador: las plazas de bolsillo. De esta manera, gracias a estrategias urbanas, distintos especialistas han volcado su conocimiento a la mejora de los espacios recreativos como pulmones en las ciudades que permitan además mejorar la calidad del aire. 

Originadas en Santiago de Chile como soluciones temporales para terrenos baldíos hasta que se materialicen proyectos definitivos, estas plazas de uso público transitorio han demostrado ser una alternativa eficaz para transformar y revitalizar áreas urbanas abandonadas. Pero, ¿qué son realmente las plazas de bolsillo y por qué han ganado tanta relevancia en América Latina?

Las plazas de bolsillo son espacios públicos temporales que convierten terrenos baldíos en zonas vibrantes y activas mediante la implementación de mobiliario táctico, vegetación, arte urbano y foodtrucks. 

La característica clave que define estas plazas es su naturaleza transitoria; todos los elementos que las conforman pueden trasladarse a otro lugar una vez que se concrete una intervención definitiva en el terreno. Surgieron en la capital chilena como una respuesta creativa y eficiente para dar un nuevo propósito a sitios desocupados mientras se planifican proyectos a largo plazo y terminaron siendo una alternativa más que viable y simple para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. 

INFLUENCIAS

Las plazas de bolsillo encuentran su influencia en diversas iniciativas a nivel global, como “Playground” en Ámsterdam, “NYC Plazas” en Nueva York y “Pocket Parks” en Londres. En Ámsterdam, por ejemplo, durante la posguerra, los playgrounds surgieron como microespacios de juego en terrenos deteriorados. En Nueva York, el programa NYC Plaza transforma calles poco utilizadas en espacios vibrantes de encuentro, en colaboración con organizaciones locales.

Los beneficios de las plazas de bolsillo son amplios y tangibles. En el modelo chileno, el financiamiento público-privado es una piedra angular, permitiendo la revitalización económica y social de áreas urbanas. Estas plazas cuestan menos y se concretan más rápido que los espacios públicos tradicionales. Además, empoderan a la comunidad local al involucrarla en la gestión y mantenimiento, creando un impacto positivo en la vida urbana.

Ya viniendo a ejemplos más latinos, las plazas de bolsillo han encontrado un hogar en muchas ciudades, complementando la oferta pública de espacios colectivos gratuitos. Además de las realizadas en Santiago de Chile, ciudades como Ciudad de México, Buenos Aires y Rosario (Argentina) también han implementado proyectos similares. Aquí algunos detalles de estos casos que suelen avanzar en la generación de espacios verdes en un caldo de cemento, pero al mismo tiempo brindar alternativas de recreación a jóvenes que de otra manera destinarían su tiempo a otros espacios. 

  • Ciudad de México – Parques de Bolsillo: En la capital mexicana, los “Parques de Bolsillo” aprovechan terrenos subutilizados para crear espacios verdes y comunitarios. 
  •  Buenos Aires – Plazas Itinerantes: en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital de Argentina, se han creado “Plazas Itinerantes” en áreas donde faltan espacios públicos. Estas plazas temporales presentan actividades culturales y recreativas, brindando un respiro en medio de la vida urbana agitada.
  • Rosario – Plazas de Bolsillo: en la ciudad más poblada de la provincia de Santa Fe, apuntan a desarrollar espacios verdes o de paseos, para el desarrollo de huertas comunitarias, playones de actividades deportivas (canchas de fútbol, vóley, básquet y otros deportes); así como a otros usos comunitarios (ej: ferias, muestras, reuniones y expresiones culturales). Asimismo, en una plaza desarrollada recientemente se sumó la intervención de una artista que pintó todo el piso de la plaza, para que las personas que sean usuarias se puedan sentir inmersas dentro de un mundo de color.
  • Bogotá – Parques para la Vida:  en la capital colombiana, el proyecto “Parques para la Vida” ha transformado espacios subutilizados en áreas verdes y comunitarias. Estas intervenciones no solo mejoran la calidad de vida de los residentes locales, sino que también promueven la convivencia y la cohesión social.

Además de los ejemplos ya mencionados, otras ciudades en América Latina han abrazado la idea de las plazas de bolsillo con resultados notables.

MEJORAR EL FUTURO CON INNOVACIÓN 

Las plazas de bolsillo representan un enfoque creativo y rápido para revitalizar áreas urbanas desatendidas. No pretenden reemplazar las plazas o parques públicos tradicionales, sino que ofrecen una solución temporal que agrega valor a terrenos en desuso. 

Además, promueven la colaboración público-privada y empoderan a las comunidades locales para impulsar el cambio urbano. A medida que más ciudades latinoamericanas adoptan esta idea, se vislumbra un futuro donde los espacios urbanos se transformen rápidamente en áreas vibrantes de interacción y encuentro, generando un impacto duradero en la vida de sus habitantes.

El éxito de las plazas de bolsillo radica en su capacidad para inspirar a las comunidades y a los planificadores urbanos a repensar la forma en que utilizan los espacios públicos. Estas intervenciones tácticas abren la puerta a la innovación y demuestran que no se requiere una inversión masiva ni un largo proceso de planificación para transformar un terreno baldío en un lugar vibrante y lleno de vida.

Sin embargo, también existen desafíos asociados con las plazas de bolsillo. A medida que estas se vuelven más populares y se implementan en más ciudades, es esencial garantizar que sean inclusivas y accesibles para todos los miembros de la comunidad. Además, el aspecto temporal de estas plazas puede plantear preguntas sobre su sostenibilidad a largo plazo y su relación con los proyectos de desarrollo a gran escala.

Podemos decir que estas plazas de bolsillo representan una valiosa herramienta en el arsenal de estrategias urbanas para transformar áreas abandonadas en vibrantes centros comunitarios. A medida que las ciudades enfrentan la creciente densidad urbana y la falta de espacios públicos, estas intervenciones tácticas ofrecen una solución flexible y efectiva.

A través de la colaboración entre el sector público, el privado y la comunidad, las plazas de bolsillo no solo transforman terrenos baldíos, sino que también enriquecen la vida urbana y fortalecen los lazos comunitarios. Con una visión audaz y creativa, las ciudades de América Latina están redefiniendo la forma en que concebimos y disfrutamos de los espacios públicos.

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