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Según el 4to informe anual del Panel Intergubernamental del Cambio Climático la actualidad ambiental del planeta es muy preocupante y a este ritmo la temperatura global podría aumentar 3,2°C hacia 2100 (más del doble de la meta). Casi la mitad de la población mundial vive en contexto de vulnerabilidad frente al cambio climático. Pero aún estamos a tiempo, ¿Cuáles son las claves para revertir la situación?

Ya lo vienen avisando desde hace al menos una década y este año no fue la excepción. Los informes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) nuevamente volvieron a arrojar saldos sumamente negativos para el futuro ambiental cercano 

El informe anual de los especialistas ya avisó el año pasado que el futuro es i ncierto y que es sumamente necesario que los gobiernos y empresas del mundo empiecen a tomar cartas en el asunto. 

Esta cuarta entrega, de la que fueron parte más de 700 especialistas de todo el mundo, viene en la misma lógica que las ediciones anteriores, con una esperanza por el piso pero con una luz viva al final del túnel.

Pese a que desde hace varios años se vienen impulsado distintas políticas públicas y acciones desde el sector empresario y la sociedad civil para poder mitigar el cambio climático, para los especialistas no es suficiente y de seguir así vamos camino a riesgos climáticos altos con emisiones de carbono cada vez mayores

De hecho, según se estima por parte del índice del ICPP, de seguir de esta manera se alcanzará “un calentamiento medio global de 3.2°C en 2100”, más del doble del definido como meta de 1,5°C en comparación con la etapa preindustrial, algo clave para poder continuar con la vida tal como se la conoce. 

“Con las políticas actuales, en lugar de reducir a la mitad las emisiones globales en 2030, que es lo que se necesita para respetar el límite de calentamiento del Acuerdo de París, no habría un descenso en las emisiones antes de 2030”, explicaron al respecto. 

Es tal la situación que se concluyó que los impactos y riesgos del cambio climático se están agravando antes de lo que preveían los estudios anteriores, por lo que es evidente la necesidad de  actualizar las políticas para alinearse a lo planteado por el Acuerdo de París y los distintos acuerdos internacionales. 

Esto no solo se ve reflejado en las grandes ciudades sino también que se ha extendido más allá teniendo consecuencias en las especies animales y vegetales del mundo, por medio del calor, las lluvias torrenciales, las sequías y otros fenómenos naturales como ciclones. 

La diferencia en la actualidad, si bien esto ya se preveía a nivel mundial, es que los procesos están sucediendo con mucha mayor rapidez de lo que se esperaba generando que las especies se muevan de sus hábitats naturales peleando a su vez con nuevas especies por el espacio. 

INJUSTICIA AMBIENTAL 

Tal como sucedió históricamente, muchos de los países donde los principales recursos naturales se encuentran presentes han sido explotados por las grandes potencias, generando una dependencia económica que les ha introducido en una pobreza extrema y a su vez en un gran conflicto ambiental. 

De esta manera se da algo curioso, ya que no son ellos quienes explotan estos recursos, pero si son quiénes deben soportar las dificultades de la naturaleza. “Las comunidades vulnerables que menos han contribuido a lo largo de la historia a la crisis climática son las más afectadas”, explicaron al respecto. 

Esto claro no se trata de algo menor, ya que según estiman casi la mitad de la población mundial vive en contexto de vulnerabilidad frente al cambio climático, dentro de los cuales no solo se incluye la pobreza, sino también la cercanía a mares, espejos de agua o desiertos, donde los riesgos de amenazas naturales son algo cotidiano. 

De esta manera, unas 3600 millones de personas se encuentra ubicadas en esta encrucijada, a lo que se le suma que según estimaron “entre 2010 y 2020, la mortalidad por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en las regiones altamente vulnerables”. 

La contracara de esto y al mismo tiempo la preocupación es que solo el 10% de los hogares de las personas más pudientes y del mundo ha producido el 45% de las emisiones mundiales de GEI provenientes del consumo hogareño. 

AÚN ESTAMOS EN TIEMPO. ¿CÓMO AVANZAR?

La noticia es dura y cada año que pasa es peor, sin embargo, para los especialistas aún estamos dentro de los límites establecidos para poder sostener el mundo en pie

Los próximos 7 años son claves para la transición hacia la sostenibilidad y así poder incrementar los esfuerzos de cara al cumplimiento de la agenda 2030 sobre todo en lo relacionado a la energía alternativa. Si queremos cumplir con el Acuerdo de París, serán claves acciones urgentes para reducir a la mitad las emisiones mundiales de aquí a 2030 y, a su vez, llegar a cero emisiones netas de CO2 en torno a 2050.

“Las mayores contribuciones provendrán de la energía solar y eólica, la protección y restauración de bosques y otros ecosistemas, los sistemas alimentarios respetuosos con el clima y la eficiencia energética en sus múltiples formas”, explicaron. 

Para ello es necesario evitar el greenwashing y las políticas vacías siendo super necesario poder asegurar un futuro sostenible basado en las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) y en la aplicación de la tecnología a disposición del ambiente. 

“Todavía existen opciones para asegurar un futuro habitable y sostenible, pero lograrlo es cada vez más difícil, la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente”, concluyeron al respecto. 

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