Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Desde el Banco Interamericano de Desarrollo avanzan sin parar en el estudio de nuevas implementaciones descarbonizantes en la región. En el documento “Transporte 2050: caminos hacia la descarbonización y la resiliencia climática en América Latina y el Caribe” repasan algunos ejes centrales de la implementación. 

Desde hace algunos años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrolla valiosos estudios y recomendaciones de políticas públicas para mejorar la calidad de vida en las ciudades de América Latina y el Caribe. Con el eje transversal en el Cambio Climático algunos temas clave investigados están referidos a la vivienda, el empleo y la inclusión, pero principalmente en la movilidad del futuro buscando descarbonizar y transformarla en nuevas alternativas

En esta oportunidad te contaremos acerca del documento del BID denominado “Transporte 2050: caminos hacia la descarbonización y la resiliencia climática en América Latina y el Caribe”, que nos trae algunas verdades y planteos sobre la implementación del transporte alternativo en los próximos años. 

El cambio climático plantea un desafío sin precedentes que requiere acciones públicas y privadas audaces. Estudios recientes indican que el mundo tiene menos de una década para reducir radicalmente las emisiones y evitar daños irreversibles a nuestro planeta. En este contexto, el sector del transporte, una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, se enfrenta a una tarea monumental. 

No solo se trata de cambiar las fuentes de energía, sino también la forma en que se mueven las personas y las mercancías. Además, esta transformación debe estar plenamente en marcha para el año 2030, en poco más de cinco años. Los países de América Latina y el Caribe se han comprometido a reducir sus emisiones para 2030 a través del Acuerdo de París. 

Sin embargo, la región se encuentra rezagada en comparación con otras geografías en términos de políticas públicas para abordar la descarbonización y la resiliencia climática en el sector del transporte. Este desafío abarca todos los modos de transporte, desde la movilidad urbana hasta el transporte por carretera, aéreo y marítimo. Además, la infraestructura y los servicios de transporte en la región no están adecuadamente preparados para enfrentar fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el calentamiento global.

El Transporte como Motor del Desarrollo Socioeconómico

El sector del transporte desempeña un papel crucial en el desarrollo socioeconómico al facilitar el movimiento de personas y mercancías. Tiene un impacto directo e indirecto en el desarrollo socioeconómico a través de diversos canales, desde los costos logísticos que enfrentan las empresas al transportar sus productos hasta la calidad de vida de los usuarios del transporte público. 

El transporte influye en 76 de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se distribuyen en 17 ODS (45%). Es un catalizador para mejorar la inclusión social y la equidad en la región, al permitir que poblaciones vulnerables accedan a oportunidades de trabajo, salud y educación. 

Además, la inversión en infraestructura de transporte, con sus efectos positivos en el empleo, la accesibilidad y el desarrollo económico, es fundamental para alcanzar los ODS.

Transporte y Cambio Climático: Un Doble Desafío

El sector del transporte juega un doble papel en la lucha contra el cambio climático. Por un lado, es la segunda fuente más grande de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el mundo, después de la generación de electricidad y calefacción. El volumen de emisiones en este sector ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Por otro lado, el sector del transporte es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. Los eventos climáticos extremos generan daños en las infraestructuras de transporte y perturban los servicios, lo que se traduce en costos económicos y sociales más altos.

En comparación con otras regiones, América Latina y el Caribe contribuyen de manera relativamente baja a las emisiones globales de CO2 del sector del transporte. La región representa el 9% de las emisiones globales de transporte, pero si se consideran las emisiones de todos los sectores, esta cifra disminuye al 2%. La emisión per cápita en la región es mayor que el promedio global, pero aún está por debajo de los países de la OCDE y Estados Unidos. A pesar de esto, las emisiones de transporte en la región han aumentado, y se espera que continúen creciendo. Se necesita un enfoque regional para reducir estas emisiones y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Emisiones históricas del Sector Transporte, por región

Estrategias para Reducir la Contaminación y las Emisiones

El Acuerdo de París reconoce la necesidad de una transición justa en la descarbonización de las economías, teniendo en cuenta el contexto económico, social y medioambiental de cada país. En el marco de una visión integral, la región necesita estrategias concretas para la movilidad urbana, el transporte carretero, el transporte marítimo y el transporte aéreo. 

En ese sentido se vuelve clave invertir en infraestructura de transporte de manera sostenible y mejorar la eficiencia del gasto. La crisis climática brinda una oportunidad para transformar el sector del transporte en uno más sostenible, eficiente y accesible para todos. 

Esto implica cambiar la forma en que se mueven las personas y las mercancías, con un enfoque en la transición hacia una movilidad más limpia y segura, coordinando acciones intergubernamentales y estableciendo un plan nacional que defina la visión y los lineamientos generales para el sector.

La contaminación del aire y el cambio climático están estrechamente relacionados, ya que comparten muchas de las mismas fuentes de emisión. Abordar ambos problemas de manera conjunta es crucial para proteger la salud de las personas. En el caso del transporte, tanto los contaminantes atmosféricos como los gases de efecto invernadero provienen de las emisiones de vehículos de combustión interna. Reducir el consumo de combustibles fósiles y cambiar a fuentes más limpias beneficiará no solo la reducción de emisiones de CO2, sino también la calidad del aire, con un impacto positivo en la salud de la población.

Transporte y Cambio Climático: una visión integral

Link al documento del BID: click 

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