Recientemente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha presentado los detalles del informe del primer piloto de prueba de Vehículo Autónomo en Latinoamérica que estuvo en marcha en las inmediaciones del Parque O’Higgins en Santiago de Chile entre 2019 y 2020.
Allí se evaluaron distintas situaciones de su implementación para conocer la viabilidad de este tipo de movilidad y así saber cuál es la realidad del continente. La intención del estudio fue conocer los puntos a favor y en contra del recorrido necesario para transicionar hacia una movilidad eléctrica y sin contaminantes en la región.
El proyecto fue una articulación interdisciplinaria entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Chile (MTT) en el marco de la Cooperación Técnica para el estudio del uso de datos digitales y el estudio de tecnologías asociadas a los vehículos autónomos
Según establecieron en el informe institucional, la actualidad del transporte autónomo y su industria en la región “se encuentra frente a la oportunidad de llevar adelante un conjunto de cambios de alto impacto, los que tienen el potencial de transformar profundamente la manera como las personas se desplazan dentro y fuera de las ciudades”, explicaron y aseguraron: “En este contexto, una de las disrupciones con mayores expectativas dentro del sector de transporte es la movilidad autónoma”.
De esta manera, lo que se busca por medio de esta iniciativa, además de la descarbonización de las ciudades, es poder reducir las brechas de movilidad y acceso existentes para las personas que tienen mayores dificultades para su desplazamiento que, hoy por hoy, se encuentran muchas veces excluidas del sistema que no las incluye en sus planes actuales.
“Dentro de esta población se encuentran las personas con discapacidad y las pertenecientes a la tercera edad, quienes frente a la automatización de la conducción podrían acceder a más y mejores alternativas de viajes más adecuadas para sus capacidades”, explicaron desde el BID y dejaron en claro una de las prioridades para la movilidad autónoma en la región.
Para ello, desde la institución también valoran la llegada de la tecnología que brinda y promueve un sinfín de variedades y soluciones al transporte durante los últimos años, como por ejemplo los sistemas inteligentes de transporte, las plataformas digitales de movilidad y el desarrollo de los vehículos eléctricos.
En otras palabras, la llegada y la inclusión de los vehículos autónomos están sujetos a la variable tecnológica y casi que dependen de los avances que se realicen durante el último tiempo con el fin de mejorar la calidad del servicio. “Actualmente, gracias a los progresos en distintas áreas de la ciencia y tecnología, existe una gran variedad de soluciones asociadas al transporte que se encuentran en desarrollo”.
Con la urgencia para descarbonizar el continente, diversos países latinoamericanos ya han empezado a realizar las primeras pruebas y avances sobre la electromovilidad y la movilidad autónoma que van, desde la inclusión de las bicicletas como principal actor de transporte, la movilidad compartida y hasta posibles impuestos a quienes utilicen autos con motores a combustión, por citar algunos ejemplos. “Conforme al informe de KPMG sobre el índice de preparación de los países ante la llegada de los vehículos autónomos, tanto México como Brasil fueron considerados dentro de los 25 países más preparados del mundo en 2019”, explicaron desde el BID.
Sin embargo, una de las razones por la cual el BID seleccionó a Chile para esta prueba piloto es porque desde el 2019 es uno de los países de la región que más interés ha puesto sobre el posicionamiento de la movilidad autónoma en la agenda de transporte a nivel nacional. “Diversos esfuerzos realizados en este país entre 2019 y 2020 han sido una muestra de lo que se puede generar a nivel local y regional para afrontar de forma oportuna los desafíos de estas tecnologías, iniciativas que han permitido que este país haya sido incorporado en la versión de 2020 del estudio realizado por KPMG en torno a los vehículos autónomos, tomando el puesto número 27”, explicaron desde el BID.
Para llevar adelante estas pruebas se han realizado colaboraciones entre el Gobierno de Chile y el BID, particularmente a través de su División de Transporte y su laboratorio de innovación (BID Lab). Para ello, el foco estuvo puesto en la generación de experiencias, oportunidades y aprendizajes a nivel local en torno a la movilidad autónoma, principalmente con relación a la prueba de un vehículo autónomo de transporte de pasajeros en un ambiente controlado y seguro.
Esta articulación se ha erigido sobre ciertos parámetros de importancia para el futuro de la movilidad autónoma en la región y son los siguientes:
- Analizar los avances actuales de los vehículos autónomos y sus tecnologías asociadas.
- Estudiar las condiciones habilitantes en regulación, normativas e infraestructuras vial y digital que facilitan el desarrollo del transporte autónomo de pasajeros y carga.
- Transferir conocimiento a partir de la implementación de pilotos tecnológicos de conducción autónoma.
- Dimensionar el potencial de la movilidad autónoma y los efectos esperados en su incorporación a los sistemas de transporte en Chile.
- Elaborar recomendaciones y proponer estrategias para la introducción y adopción de tecnologías de vehículos autónomos aplicadas al transporte urbano.
- Estudiar gobernanza, roles y capacidades técnicas que permitan al Gobierno de Chile y en especial al MTT enfrentar los desafíos que imponen estos avances tecnológicos.
- Identificar oportunidades de innovación y emprendimiento en torno a esta nueva industria
Los resultados obtenidos durante los tres meses de operación de este piloto se registraron 179 horas de funcionamiento abierta al público, dentro de las que se transportaron 6.685 pasajeros en 2.649 viajes completados por el vehículo, lo que implica cerca de 37 pasajeros transportados por hora y casi 15 viajes realizados por hora.
En total, el vehículo recorrió alrededor de 1.107 kilómetros en esta experiencia. Respecto a la operación técnica propiamente tal, el vehículo pudo operar de acuerdo con lo programado, sin incidencias, un 63% de los 51 días oficiales de operación, es decir, por 32 días.
Durante el resto del periodo, en 7 días se presentaron inconvenientes de corta duración (resueltos el mismo día) y en 12 días se presentaron impedimentos mayores que detuvieron el servicio durante toda la jornada. En total, el vehículo autónomo totalizó 73% de horas disponibles realizadas correctamente. Los inconvenientes detectados fueron ocasionados principalmente por fallas en la conexión a redes móviles de datos, lo que confirma la dependencia de estas tecnologías a este factor para una normal operación
La posibilidad de evaluar las condiciones de este piloto en el país pone en evidencia la necesidad de tener un intercambio con los ciudadanos para “poder conocer de primera fuente la opinión de los futuros usuarios de la movilidad autónoma, algo que resulta de suma importancia a la hora de generar política pública basada en evidencia y centrada en el bienestar de las personas”.
“Al ser una tecnología nueva, existen múltiples factores que deben ser considerados para un correcto funcionamiento del vehículo, como el estado de las calles, la vegetación del entorno y el acceso ininterrumpido a una red de datos celular”, concluyeron en el informe.
De esta manera, aún se trata de una medida incipiente en el continente, aunque no descartan que para el 2030 se trabaje en una llegada masiva por parte del BID en colaboración con gobiernos nacionales y el sector privado. ¿Te gustaría viajar en uno de estos vehículos?