Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

El especialista en Economía Circular ha presentado un nuevo libro destinado a todas aquellas personas que quieran cambiar los hábitos cotidianos para reducir su consumo y avanzar hacia un modelo de reciclaje y eficacia de recursos. Utopía Urbana charló con él acerca de este nuevo desafío.

Luis Lehmann es uno de los especialistas argentinos que más ha avanzado sobre la investigación y aplicación de la Economía Circular en el país y divulga sus conocimiento principalmente en América del Sur y España. 

Además de su trabajo como escritor dedicado a las nuevas economías y  sustentabilidad , también es Consultor en Economía Circular y desarrollo económico sostenible, speaker y docente. A nivel de gestión pública, Lehmann supo ser Director Nacional de Gestión Integral de Residuos Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina. En cuanto a su rol de escritor, es autor de los libros “Economía Circular, el cambio cultural” (2019) y “Cómo hacer clic hacia una nueva economía. Una revolución circular con el ser humano como centro” (2021).

Pero lo que nos trae a esta cita es el nuevo libro estrenado por el especialista, “Cambia la Economía y cambiarás el mundo”, donde busca brindar un enfoque práctico dirigido al desarrollo personal y a promover acciones concretas para lograr una economía centrada en el ser humano, se desarrollan a modo de guía una serie de ideas, ejercicios y metodologías basados en la Economía Circular.

Para ello, en palabras del propio especialista, partimos de una base que no busca solo enfocarse en los residuos: “Sino que hablamos de recursos. el agua, la energía, de la logística, donde el tema de movilidad es uno de los factores más relevantes a nivel de comercio internacional”.

¿CUÁL CREES QUE ES EL PRINCIPAL APORTE QUE EL LIBRO LE DEJA A LOS INTERESADOS EN LA ECONOMÍA CIRCULAR?

En estos tiempos donde somos conscientes de tantas incertidumbres, globales, nacionales y personales, creo que el libro ayuda a despejar múltiples interrogantes respecto de cómo puede hacer una nueva economía para qué, sin detener el desarrollo, pasemos de un escenario de “fin de la era de la abundancia” al de una nueva prosperidad.

El punto de partida de la reflexión es reconocer la creencia errónea de que vivimos en una “era de la abundancia”. 

“La economía, reenfocada en el ser humano, puede ser el punto de inflexión que permita seguir progresando”

De una época de disponibilidad infinita de cosas materiales, en el que las personas tendrían acceso a una gran cantidad de recursos naturales, como alimentos, agua, energía y materias primas. Las sucesivas crisis que estamos viviendo nos demuestran que esto no es así.

Sin embargo, la economía en su definición clásica es la ciencia social que estudia la forma de administrar los recursos disponibles para satisfacer las necesidades humanas. Retomando ese camino, y parafraseando al célebre escritor ruso León Tolstoi y su “pinta tu aldea y pintarás el mundo”, la economía, reenfocada en el ser humano, puede ser el punto de inflexión que permita seguir progresando.

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Por ello, el llamado a la acción desde el título mismo es “cambia la economía y cambiarás el mundo”.

¿VES UN AVANCE DE LA ECONOMÍA CIRCULAR EN LA ERA POST PANDEMIA?

Veo un avance muy importante, indetenible. La post pandemia, pero especialmente la  invasión a Ucrania, aceleran la necesidad de implementar una economía más eficiente con los recursos

Y los avances se comprueban con el respaldo de gran parte de la comunidad internacional a su ideario, tanto como la cada vez más copiosa legislación. El sector

académico propone una muy amplia oferta formativa y la investigación sobre sus aplicaciones se multiplica. Las empresas la están impulsando y los emprendedores la adoptan desde el inicio.

EN TU POST DE LINKEDIN HABLAS DEL ENFOQUE PRÁCTICO DIRIGIDO AL DESARROLLO PERSONAL Y A PROMOVER ACCIONES CONCRETAS PARA LOGRAR UNA ECONOMÍA CENTRADA EN EL SER HUMANO…¿SE PUEDEN CONOCER ALGUNOS?

La propuesta es eminentemente práctica y está pensada para servir como una guía. Cada capítulo dispone de su parte narrativa, escrita de forma clara y sin rodeos, con numerosos subtítulos para resaltar el contenido.

“Promover un cambio cultural para nada más y nada menos que reemplazar un modelo de producción y consumo”

Pero como aporte didáctico, se incorpora también un resumen en cada temática con las principales ideas y, dependiendo de nuestro punto de partida (es decir, si por ejemplo estamos pensando en temas globales, si lo hacemos desde nuestro enfoque como ciudadanos o bien si lo hacemos pensando en una empresa, una pyme, un emprendedor, o un país o una ciudad) se incluyen las metodologías más sencillas y relevantes que nos permitan adoptar la circularidad.

Ahora bien, el planteo central es que el cambio es posible. El cambio comienza en cada uno de nosotros y cambia la sociedad. Pero no hay cambio sin compromiso ni esfuerzo.

Promover un cambio cultural para nada más y nada menos que reemplazar un modelo de producción y consumo, es sin dudas es un desafío monumental, en el cuál podemos influir a partir de interiorizar objetivos y dar lo mejor de nosotros. Por ello el punto de partida es ese cambio personal, para el que destaco el poder de los hábitos. 

Por otro parte, agrego una nueva versión del “autotest para saber si somos un homo circularis”, e incorporo técnicas con orígenes milenarios pero muy actuales como la “visualización negativa”, la “tricotomía del control”, o la mejora constante del 1%.

¿QUÉ ROL CREES QUE DEBEN OCUPAR LOS GOBIERNOS DENTRO DE ESTE CAMBIO DE MODELO?

Para implantar una economía circular, es imprescindible la voluntad política. Si no, no se avanza. Por ello los Estados tienen el papel fundamental de generar normativa innovadora, remover obstáculos, actualizar conceptos, crear mercados y formular reglas de juego claras.

“Muchos gobiernos y empresas, al menos en gran parte de las naciones centrales, ya han tomado nota. Es posible cambiar la manera de ver las cosas y de analizar muchos procesos y acontecimientos vinculados al progreso comunitario, social y económico, tanto a nivel local como regional y mundial”

De igual manera, los gobiernos a través de sus políticas públicas tienen el potencial de redireccionar el desarrollo para lograr una economía sostenible, a partir de facilitar condiciones habilitadoras. En esa dirección, una política fiscal circular es imprescindible para realizar cambios en el modelo de producción y consumo. También se requieren de nuevos instrumentos para promover inversiones sostenibles.

¿QUÉ PUEDE HACER CADA PERSONA DESDE SU HOGAR PARA CAMBIAR LA ECONOMÍA Y EL MUNDO?

En el libro propongo abordar el cambio personal y transformarnos nosotros mismos para ser más “Homo circularis”. Como ciudadanos, tanto en nuestro entorno más directo, como con  empresas y gobiernos, podemos:

  • Educarnos a nosotros mismos y a otros: esto puede incluir aprender más e interiorizarnos sobre el cambio climático, la economía y la desigualdad, y compartir esa información con  amigos, familiares y vecinos.
  • Reducir nuestra huella de carbono: utilizar más el transporte público o cambiar a un vehículo eléctrico, reducir el uso de energía en el hogar, y comprar productos sostenibles.
  • Cambiar nuestros hábitos de consumo: comprar productos locales, evitar los productos que contribuyen a la deforestación y la degradación del medio ambiente, y apoyar a las empresas que adoptan prácticas sostenibles.
  • Ejercer nuestro poder como consumidores: tales como evitar comprar productos y servicios de empresas que contribuyan al calentamiento global.
  • Apoyar a líderes y políticas que aborden estos temas: por ejemplo, difundir ideas y votar por candidatos que promuevan políticas sostenibles innovadoras y sostenibles, y participar en campañas y grupos de defensa ambiental y social.
  • Contactar a los representantes del gobierno: acompañar peticiones y campañas, escribir cartas o llamar a sus representantes para expresar la preocupación y exigir que se elaboren nuevas normativas o tomen medidas al respecto.
  • Hacer uso de las redes sociales: generar contenidos y compartir información verificada, amplificar esos contenidos, seguir a influencers alineados con la visión y generar conciencia para que se tomen medidas.

Acciones como las propuestas, y muchas otras más, nos dan la posibilidad de poner en la agenda los modelos alternativos de producir y consumir bienes y servicios como la economía circular. A pesar del tamaño del desafío, la buena noticia es que no se parte desde cero. 

Muchos gobiernos y empresas, al menos en gran parte de las naciones centrales, ya han tomado nota. Es posible cambiar la manera de ver las cosas y de analizar muchos procesos y acontecimientos vinculados al progreso comunitario, social y económico, tanto a nivel local como regional y mundial. Y la economía circular nos brinda las herramientas para que ese “fin de la era de la abundancia” pueda guiarnos a una “nueva prosperidad”.

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