Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

En el mundo se generan 2.300 millones de toneladas residuos de sólidos urbanos (RSU) y se espera que crezca más de 80% hacia el año 2050. Esta problemática, además del efecto ambiental global, también afecta a tu salud y la de tu comunidad. Conocé cómo la economía circular y la participación ciudadana pueden crear ciudades más limpias y saludables para mejorar la felicidad de todos los habitantes del mundo. 

La gestión inadecuada de los residuos se ha convertido en uno de los mayores desafíos ambientales de nuestras ciudades. La acumulación de basura en calles, ríos y vertederos no solo afecta la estética urbana, sino que también tiene graves consecuencias para la salud pública y los ecosistemas. La contaminación del aire, del suelo y del agua causada por los residuos representa una amenaza para la biodiversidad y pone en riesgo la salud de millones de personas.

Es fundamental reconocer que la gestión de residuos no es solo un problema de limpieza, sino una cuestión de justicia social y equidad. Los sectores más vulnerables de la población son los que más sufren las consecuencias de una mala gestión de los residuos. Los trabajadores informales que recolectan basura en condiciones precarias, las comunidades que viven cerca de vertederos y los ecosistemas frágiles son los más expuestos a los riesgos asociados a la contaminación.

Pero esto se torna más dramático al ponernos en contexto de unos números elocuentes:

  • A nivel mundial, en 2023 se generaron residuos sólidos urbanos (RSU) equivalentes a 2.300 millones de toneladas en 2023 y se espera que se incremente a 3.800 millones de toneladas para el año 2050. Un 83% más!!
  • En 2020, el coste directo mundial de la gestión de residuos se estimó en US$ 252.000 millones. Pero, si se tienen en cuenta los costes ocultos de la contaminación, la insalubridad y el cambio climático derivados de las malas prácticas de eliminación de residuos, el coste se eleva a US$ 361.000 millones. 
  • Sólo en América Latina y el Caribe, se generan 630 mil toneladas de residuos sólidos por día. Lo peor es que por falta de infraestructura y gestión menos del 50% de estos residuos son dispuestos como corresponde.

En este marco, la transición hacia ciudades más sostenibles exige una transformación radical en la forma en que gestionamos nuestros residuos. Es necesario pasar de un modelo lineal de «producir, usar y desechar» a un modelo circular basado en la reducción, la reutilización y el reciclaje. Al adoptar prácticas de gestión de residuos más sostenibles, podemos mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, proteger el medio ambiente y construir un futuro más próspero para las generaciones venideras.

La economía circular es un modelo de producción y consumo que busca minimizar la generación de residuos y maximizar la reutilización de los recursos. En el contexto de la gestión de residuos, la economía circular promueve la reducción en la fuente, la reutilización de productos y la creación de ciclos cerrados de materiales. El reciclaje y el compostaje son dos de las herramientas más importantes para implementar la economía circular.

El reciclaje consiste en transformar materiales usados en nuevos productos. Al reciclar, reducimos la demanda de materias primas vírgenes, disminuimos la presión sobre los recursos naturales y reducimos la cantidad de residuos que se envían a los vertederos. El compostaje, por su parte, es un proceso biológico mediante el cual la materia orgánica se descompone y se transforma en compost, un abono natural que enriquece el suelo y mejora la productividad agrícola.

Implementar el reciclaje y el compostaje en los hogares es fundamental para reducir la cantidad de residuos que se generan y para fomentar una cultura de la sostenibilidad. Al separar los residuos en origen, los ciudadanos pueden contribuir activamente a la construcción de ciudades más limpias y saludables.

Además del reciclaje y el compostaje, existen otras estrategias que pueden implementarse a nivel local para mejorar la gestión de residuos. Algunas de estas estrategias incluyen:

  • Reducción en la fuente: Fomentar el consumo responsable, reducir el uso de envases desechables y optar por productos duraderos son algunas formas de reducir la generación de residuos.
  • Reutilización: Dar una segunda vida a los productos mediante la reparación, el intercambio o la donación.
  • Tratamiento de residuos orgánicos: Además del compostaje, existen otras tecnologías para tratar los residuos orgánicos, como la digestión anaeróbica, que permite generar biogás y biofertilizantes.
  • Participación ciudadana orientada a la gestión: Involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones y en la implementación de programas de gestión de residuos.

Muchos países y ciudades han logrado reducir significativamente la cantidad de residuos que envían a los vertederos gracias a la implementación de políticas ambiciosas y a la participación activa de sus ciudadanos. Si bien existen casos diversos, acá te contamos 2 ejemplos de ciudades con cierto éxito en la gestión de residuos urbanos:

  • San Francisco (Estados Unidos): es pionera en la gestión de residuos urbanos, logrando desviar en los últimos años el 80% de sus residuos de los vertederos. Es que la ciudad ha implementado programas de reciclaje y compostaje obligatorios, además de políticas que fomentan la reducción en la fuente. Su objetivo es constituirse en la primera ciudad en no generar residuos orgánicos
  • Liubliana (Eslovenia): es la primera capital europea en aspirar a «cero desperdicio». Ha priorizado el reciclaje y la reducción de residuos sobre la incineración, implementando sistemas avanzados de separación en origen y educación ambiental. Como consecuencia de esta estrategia se han obtenido múltiples beneficios ambientales y económicos a nivel local.

Sin dudas hablamos de un desafío global que requiere soluciones locales. Al implementar estrategias de reducción, reutilización y reciclaje, podemos construir ciudades más limpias, saludables y sostenibles. La participación de los ciudadanos, los gobiernos locales y las empresas es fundamental para lograr este objetivo.

Cada uno de nosotros puede contribuir a reducir la cantidad de residuos que generamos en nuestro hogar. Separar los residuos en origen, compostar los residuos orgánicos y optar por productos duraderos son acciones sencillas que pueden tener un gran impacto.

Los gobiernos locales, por su parte, deben implementar políticas ambiciosas para fomentar la gestión sostenible de los residuos, como la creación de infraestructuras de reciclaje y compostaje, la promoción de la economía circular y la sensibilización de la ciudadanía.

Al trabajar juntos, podemos construir un futuro en el que los residuos sean un recurso y no un problema.

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