En una histórica sesión convocada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un enérgico llamado a la comunidad internacional para reconocer y regular el poder transformador de la Inteligencia Artificial (IA).
El debate, centrado en la inteligencia artificial y su impacto en la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible, marcó un hito en la consideración global de la IA como una fuerza que puede moldear nuestro futuro de manera profunda e impredecible.
Con palabras resonantes, el Secretario General expresó su asombro ante el avance radical de la IA generativa, una innovación que está redefiniendo los límites de las capacidades tecnológicas. “La velocidad y el alcance de esta nueva tecnología en todas sus formas no tienen precedentes”, destacó Guterres.
De manera impactante, comparó su impacto con la revolución provocada por la introducción de la imprenta, señalando que la adopción masiva de la IA generativa, como ejemplificado por la rápida difusión de ChatGPT, destaca la velocidad sin precedentes con la que esta tecnología se ha incorporado en nuestras vidas.
La magnitud del potencial económico de la IA es igualmente notable. Guterres citó estimaciones de la industria financiera que predicen una contribución de entre 10 y 15 billones de dólares a la economía global para el año 2030. Prácticamente todos los gobiernos, grandes empresas y organizaciones del mundo están trabajando en estrategias de IA. Sin embargo, Guterres también advirtió sobre la falta de claridad en cuanto a las direcciones futuras de la IA. “Ni siquiera sus propios diseñadores tienen idea de adónde puede conducir su sorprendente avance tecnológico”, subrayó.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL: LLAMADO A LA ACCIÓN
El llamado de Guterres a la urgencia y la acción colectiva en relación con la gobernanza de la IA se hizo más fuerte en su evaluación de los riesgos y desafíos planteados por esta tecnología. Si bien la IA tiene el potencial de impulsar avances significativos en áreas como la investigación médica, el seguimiento de la crisis climática y la garantía de derechos humanos fundamentales, también puede amplificar prejuicios, discriminación y vigilancia autoritaria, advirtió.
El debate de la sesión se centró en la intersección de la IA con la paz y la seguridad globales. Guterres señaló que la IA ya se está utilizando para identificar patrones de violencia, monitorear ceses del fuego y fortalecer las operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz.
Sin embargo, también destacó la oscura realidad de que la IA también puede ser utilizada con fines maliciosos. Desde ciberataques hasta el uso terrorista o criminal de sistemas de IA, los riesgos son innegables y pueden tener consecuencias devastadoras en términos de muerte, destrucción y daño psicológico a una escala inimaginable.
El informe presentado por Guterres plantea una serie de recomendaciones cruciales para abordar la gobernanza de la IA. Entre ellas, destaca la importancia de desarrollar estrategias nacionales para el diseño y desarrollo responsable de la IA, así como la creación de un marco global para supervisar el uso de tecnologías basadas en datos con fines antiterroristas.
Además, Guterres sugiere la formación de una nueva entidad de las Naciones Unidas que se encargue de apoyar los esfuerzos globales para gobernar esta tecnología, inspirada en modelos exitosos de cooperación internacional en otros ámbitos.
En última instancia, Guterres insta a la comunidad internacional a ejercer liderazgo en la regulación y supervisión de la IA, con el objetivo de maximizar sus beneficios mientras se mitigan los riesgos inherentes. “Debemos trabajar juntos para lograr una IA que supere las brechas sociales, digitales y económicas, no que nos separe aún más”, resaltó Guterres.
El planteo de Guterres tiene total asidero y empieza a tomar adeptos. Un caso concreto es el de la Unión Europea, que desde hace meses, está preparando lo que sería la primera ley integral sobre IA del mundo para regularla.
En una era en la que la IA está demostrando ser una fuerza capaz de moldear nuestro destino, su llamado a la acción resonará como un recordatorio constante de la necesidad urgente de regular y gobernar esta tecnología transformadora para el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
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