Singapur ha sido seleccionada como una de las ciudades más inteligentes del mundo según IMD. Ha logrado este galardón nada más que tres veces seguidas y en parte se debe a su gran impulso hacia la electromovilidad, pero también a otras políticas innovadoras y sustentables. A su vez, está en el top 10 de mejores ciudades para el trabajo remoto.
Hoy veremos una de las que mejor recepción han tenido en la región y es la iniciativa de los Super Trees (o super árboles, si lo traducimos), que además de ser una atracción turística popular también tienen un propósito importante: ayudar a combatir el cambio climático.
Estas estructuras de acero y hormigón están cubiertas de plantas y flores, y algunas alcanzan los 50 metros de altura. Además de su aspecto impresionante, los super trees también tienen funciones prácticas. Se utilizan para recoger agua de lluvia, iluminar la zona y ventilar el invernadero que se encuentra debajo.
Este bosque solar consta de 18 superárboles que actúan como jardines verticales, generando energía solar, actuando como conductos de ventilación para los invernaderos cercanos y recolectando agua de lluvia. Para generar electricidad, 11 de los superárboles están equipados con sistemas solares fotovoltaicos que convierten la luz solar en energía, lo que proporciona iluminación y ayuda a la tecnología del agua dentro de los conservatorios de abajo.
Pero quizás lo más importante es que los super trees ayudan a reducir las emisiones de carbono en Singapur. Los árboles están equipados con células fotovoltaicas que generan energía solar para alimentar el sistema de iluminación y ventilación, lo que significa que no dependen de la electricidad de la red.
EMISIONES Y ESTRATEGIAS
Singapur es uno de los países más pequeños y densamente poblados del mundo, lo que significa que tiene una huella de carbono muy elevada. En 2014, el país emitió 52,5 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a la huella de carbono de más de 11 millones de automóviles.
Los super trees son solo una de las muchas iniciativas que Singapur ha implementado para reducir sus emisiones de carbono. El país ha invertido en energía renovable, transporte público eficiente y edificios ecológicos. También ha establecido objetivos ambiciosos de reducción de emisiones, con el objetivo de reducir su huella de carbono a la mitad para 2050.
A nivel global, las emisiones de carbono son una preocupación cada vez mayor. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse en un 45% para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 para limitar el calentamiento global a sólo 1,5 grados Celsius por encima del promedio de la etapa preindustrial.
Sin dudas, Singapur es uno de los más avanzados en esta temática por iniciativas como estas que son solo una pequeña parte de la solución, pero demuestran que las soluciones innovadoras y sostenibles pueden tener un impacto real en la lucha contra el cambio climático. Si más ciudades y países siguen el ejemplo de Singapur y adoptan tecnologías ecológicas y renovables, podemos hacer progresos significativos hacia un futuro más sostenible.
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