La transición hacia la electromovilidad en el mundo no solo ha posicionado como una de las vías posibles para avanzar hacia la descarbonización del planeta, sino también dejó en evidencia un nuevo rumbo para las empresas automotrices que buscan revisar sus modelos de negocio y adaptarse a los nuevos parámetros de mercados.
Como ya informara la IEA (Agencia Internacional de Energía) el año pasado en su Global EV Outlook 2021, de los 20 principales fabricantes de vehículos del mundo, que representan alrededor del 90 % de los patentamientos de automóviles nuevos, 18 han declarado planes para ampliar su cartera de modelos y aumentar rápidamente la producción de vehículos eléctricos livianos.
En esa línea, desde Utopía Urbana hemos repasado algunas estrategias a nivel mundial de las grandes marcas como Ford que ha apostado por la electromovilidad por medio de una estrategia mundial para implementar esta forma alternativa en los distintos países donde tiene injerencia, o casos más puntuales como Volvo que ha anunciado un acuerdo con Starbucks para instalar puntos de carga en Estados Unidos o bien el ejemplo de Nissan en México.
En este contexto, la reconocida marca deportiva japonesa, Subaru, tiene como objetivo acelerar la producción de vehículos eléctricos para meterse de lleno en la competencia con las distintas empresas que se han adelantado en la temática.
Para eso mismo, los japoneses se han propuesto el objetivo de construir una fábrica exclusiva en Japón para la producción de vehículos eléctricos y se estima que esté en funcionamiento para el 2030. Para la primera etapa de la construcción de la infraestructura se han destinado unos US$ 2 mil millones con la intención de poder cubrir la demanda de vehículos eléctricos de Norteamérica, su principal comprador.
En aquel país se hizo famoso el modelo crossover Outback, una especie de cruce entre auto y camioneta que permite una gran adaptabilidad a distintos terrenos sin ningún tipo de problema. Sin embargo, este modelo aún no se encuentra disponible a motor eléctrico y esperan poder construir una línea híbrida para 2025 y otra totalmente eléctrica para el 2027.
El CEO de la empresa, Tomomi Nakamura se expresó al respecto y avisó: “El mercado de los vehículos eléctricos ha estado cambiando muy rápidamente durante el año pasado” y avisó que tiene la intención de dar un salto cuantitativo y cualitativo en la producción.
De esta manera, la empresa japonesa ha demostrado su intención de volcarse hacia la movilidad sostenible y, aunque se trata de una iniciativa a mediano plazo, ya han empezado las inversiones estructurales para poder hacerlo a gran escala para antes del 2030.
El propio CEO aseguró que la producción estará destinada principalmente a la exportación para abastecer los principales mercados de la empresa que busca, por medio de la electromovilidad, volver a recuperar los números que había logrado durante el último año. Claro, es que Nakamura no se mostró para nada contento cuando los informes arrojaron una caída del 12% de las ganancias operativas de todo el año.
Sin embargo, por lo pronto se trata de inversiones a mediano y largo plazo, teniendo en cuenta que los verdaderos números de esta iniciativa empezarán a verse en el ocaso de la década.
¿Podrán las empresas automotrices combinar los negocios con la intención de proteger el medio ambiente? ¿Servirá esta iniciativa para apuntar a la descarbonización mundial?