“Tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser la ciudad de Argentina y de la región con mayor capacidad de gestión en industria del conocimiento, innovación y tecnología. En algunas industrias como blockchain somos referente mundial” afirma convencido Diego Fernández, orgulloso de ser el administrador de ese gran potencial en su rol de Secretario de Innovación y Transformación Digital de la Ciudad de Buenos Aires.
Y luego agrega modestamente: “este trabajo me toca coordinarlo pero no hacerlo, me excede por mucho”, consciente de que su rol y el del Estado es acompañar. Es tener un papel complementario que busca ser un refuerzo antes que un obstáculo para estas incipientes industrias.
Respecto a la innovación, el Secretario opina que “se tiene que considerar como un medio y no como un fin, es una herramienta que nos permite resolver problemas de mejor forma o encontrar nuevas formas de suplir necesidades que tengamos. En este caso es clave para el desarrollo de políticas públicas”.
Las políticas que despliegan desde su área en la Ciudad de Buenos Aires son diversas y apuntan a reforzar distintas dinámicas del mundo de la innovación y la tecnología, que se encuentra en pleno auge y que representa una gran oportunidad de crecimiento para todo el país.
-¿Cuáles son los ejes principales de sus políticas públicas en innovación?
El primer eje es la inteligencia artificial. Somos el primer estado subnacional de América Latina que hace un plan de inteligencia artificial y que constituye un comité de ética al respecto.
Creemos que es una herramienta súper poderosa que nos va a permitir automatizar un montón de trámites y decisiones y brindar mejores servicios a la comunidad.
Además del comité de ética, que se hace debido a los riesgos éticos que presenta la inteligencia artificial, tenemos un plan para la identificación de proyectos dedicados a áreas de gobierno para aplicar la inteligencia artificial en soluciones.
“Somos el primer estado subnacional de América Latina que hace un plan de inteligencia artificial”
Después de la presentación de los proyectos, nuestro comité de expertos elige potenciales aplicaciones de la inteligencia artificial para prototipar y convertirlas en productos mínimos viables.
En relación a la inteligencia artificial, también estuvimos procesando un año y medio con inteligencia artificial los audios que nos mandaban diferentes ciudadanos para definir la potencialidad de que tuvieran o no COVID-19 en base al sonido de la tos (proyecto IATos). Lo usamos para determinar si deben testearse o no y logramos una efectividad muy grande del 86 %.
El segundo gran eje es la identidad digital / blockchain. Hoy queremos meter el blockchain a todo y eso es peligroso. Pero creo que con el mundo cripto y la tecnología blockchain hay una enorme oportunidad. Nosotros tenemos mucho vínculo con la comunidad.
Sacando el mundo de las criptomonedas, que es el uso más evidente del blockchain, hace un tiempo comenzamos a conversar con miembros argentinos muy importantes de la comunidad blockchain, que tienen éxito en todo el mundo y están en compañías de primer nivel internacional, para desarrollar un protocolo de identidad digital.
“La humanidad va a vivir una revolución vinculada a la identidad y la confianza”
Desde que surge internet entramos al mundo de la hiper comunicación pero nunca logramos desarrollar confianza digital. Aparecieron muchas plataformas de comercio online, cambiamos la forma en que compramos y nos vinculamos mandando información, pero la manera en que confiamos en otra persona no cambió mucho. Pasamos de los password a los emisores de identidad digital centralizada como Google, Facebook, etc, que son los concentradores de las identidades digitales.
En gran medida la confianza digital se establece de forma analógica, con un documento que se reconoce. Se da así porque el sistema no está diseñado para generar confianza dentro de sus usos.
Cuando aparece blockchain empieza a brindar la posibilidad de volver a regenerar el triángulo de confianza entre un emisor, un tenedor y un verificador, donde el verificador no necesita controlar al tenedor del código sino que confía en el emisor que se lo otorgó.
Nosotros tomamos como desafío desarrollar un protocolo de identidad digital que trabaje con blockchain. Estamos muy entusiasmados porque será un avance enorme de cada a avanzar en la generación de confianza sin necesidad de la presencialidad.
Esto tiene un impacto fenomenal en la burocracia, los trámites a distancia, etc. Creemos que en los próximos 5 años la humanidad va a vivir una revolución vinculada a la identidad y la confianza, equivalente a la que se produjo en la comunicación cuando internet se popularizó a fines de los 90. Para muchas personas va a ser el segundo gran salto, donde el blockchain va a terminar de profundizar en muchas áreas en las que todavía no ha avanzado mucho.
La burocracia de los gobiernos en general es analógica y con un portal digital. La imposibilidad de generar confianza de manera fehaciente en un medio digital es una de las principales razones por las cuales todavía el mundo de internet no transformó de manera sustancial las burocracias estatales. Creemos que ese cambio va a ser fundamental porque los estados tienen entre el 30% y el 40% del PBI del planeta.
En Buenos Aires tenemos un gran potencial, decimos que es Cripto Valley.
“Cada vez que el Estado valida una transacción es un costo de tiempo y dinero”
El tercer eje sería lo que llamamos el Estado del futuro, que es determinar en qué lugares el Estado debe estar y en cuáles no. Hoy el Estado está en lugares donde valida cosas y tiene sentido en el mundo analógico. Pero en un mundo digital con capacidad para generar confianza, la presencia del estado no tiene sentido o se puede volver automática sin estar operada por humanos, que implica un retraso.
Cada vez que el Estado valida una transacción es un costo de tiempo y dinero para la sociedad. Estamos analizando en cada proceso si se está agregando valor y si tiene sentido que se haga así. Si esa validación no tiene más sentido se elimina y, si lo tiene, se evalúa cómo optimizarla según el nuevo estándar. Lo que estamos buscando es generar una eliminación o una simplificación de las interacciones del estado con la sociedad.
El Estado usa a los ciudadanos de cadetes para que busquen documentos que están en otras dependencias del mismo estado porque no es capaz de interoperar. Por eso queremos comenzar a utilizar un sistema de interoperabilidad basado en el principio de Once Only ideado por Estonia y pensado para que las personas no tengan que presentar los documentos más de una vez en el aparato estatal.
“El Estado tiene que tratar de no arreglar lo que no está roto o de no romper lo que está funcionando bien”
El último eje está relacionado al gaming, donde nos enfocamos en ampliar un poco el espectro que tiene en la ciudad.
Tanto blockchain como gaming como la industria del conocimiento, son sectores sumamente exitosos. Entonces cuando el Estado quiere intervenir tiene que tratar de no arreglar lo que no está roto o de no romper lo que está funcionando bien. Cuando uno se acerca desde el Estado a estas industrias, tiene que hacerlo con mucho cuidado y hablando con todos los sectores para ver que necesitan, sin leyes o normas que hagan daño.
Lo que estamos haciendo en gaming es dándole más espacio a la industria para que se muestre en la sociedad, organizando eventos y torneos públicos. El gaming tiene un potencial fenomenal. Es más grande que la industria del cine y la música juntas en Argentina. Como ciudad y como país tenemos un potencial muy grande porque hay mucho talento.
“El gaming es más grande que la industria del cine y la música juntas en Argentina”
En todas estas ramas estamos trabajando mucho con la educación. En inteligencia artificial, industria del conocimiento, blockchain y gaming. Trabajamos con el Ministerio de Educación para generar cursos de formación específica que se adapten a la demanda de las industrias y que permitan desarrollar talento, que es el petróleo que necesitan para avanzar.
Estoy personalmente convencido de que estos sectores son la soja digital, la vaca viva de Argentina, uno de los patrimonios más grandes que tenemos.
– ¿Qué lugar les dan y cómo se produce la articulación con los diferentes actores del ecosistema innovador?
En general trabajamos con los actores involucrados en cada sector, con los actores relevantes de cada industria. Por ejemplo con las grandes compañías tecnológicas como Amazon, Google y Microsoft. En todos los procesos de inteligencia artificial tuvimos el enorme apoyo de Intel.
Nuestra filosofía es contactarnos con los actores claves de cada área aprovechando que somos el gobierno y tenemos buena respuesta.
Además somos muy respetuosos del éxito ajeno. En cada sector hay gente y empresas tremendamente exitosas de las cuales intentamos aprender y les pedimos colaboración, les hacemos preguntas sobre lo que necesitan y les pedimos sugerencias.
Boti, el chatbot que saltó a la fama a partir de la pandemia
– ¿Qué balance hacen sobre la herramienta del Boti de la Ciudad?
Boti es uno de los 3 principales canales de comunicación con el ciudadano, junto con la web y aplicaciones específicas. Aunque ahora definimos que si podemos eliminar la aplicación lo hacemos, excepto que sea muy genérica y tenga una utilidad súper clara.
Boti arrancó hace 3 años y tenía 500 mil consultas mensuales, pero en la pandemia se tuvo que redefinir para transformarse en la estrella de la película. En enero del 2022 tuvimos un pico de 11 millones de conversaciones en un mes. Es el chatbot con más volumen de todo el mundo. A punto tal que hoy tenemos de 100 a 120 comunicaciones mensajes por segundo, teniendo en cuenta que lo máximo que soporta whatsapp es 200.
La principal razón por la que tuvo tal preponderancia es por el servicio de vacunación y testeos. A raíz de eso la gente tomó más conocimiento de la potencialidad que tiene. Podés preguntar dónde estacionar, pagar una multa, pedir que poden un árbol, hacer trámites, entre muchas otras funciones, con la enorme ventaja de que funciona en Whatsapp.
“Boti es el chatbot con más volumen de todo el mundo”
Esto rompe las barreras de usabilidad porque a Whatsapp lo usa todo el mundo y escribir es fácil. Además le dedicamos mucha atención a la interacción humana y la naturalización del lenguaje. Usa emoticones y responde bromas, por ejemplo, eso hace que el usuario se sienta más contenido.
Es muy efectivo y estamos evolucionando en dos caminos: queremos seguir ampliando el espectro de servicios, que ya tenemos más de 130, y además mejorar la interpretación del lenguaje natural para que Boti te lleve más rápido a lo que buscás y se simplifiquen los diálogos, incluso que puedo interpretar la voz.
Más allá de su rol específico y momentáneo como funcionario de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Fernández tiene una visión definida sobre el rumbo que debe emprender el Estado argentino en sus distintos niveles, para lograr un crecimiento continuo que no se vea interrumpido por gestiones ocasionales de gobierno.
Según la decidida posición del secretario, “si Argentina quiere tener futuro necesita optimizar el funcionamiento del Estado. El desafío que tenemos como ciudadanía, como Estado nacional y subnacional, es cambiar esta realidad de forma determinante”, concluye.