No se trata de un país de grandes dimensiones, de hecho solamente tiene 1,3 millones de habitantes repartidos en 45 mil km2 de superficie terrestre. Sin embargo, allí, en Estonia, nadie debe hacer fila para realizar un trámite, ni debe presentar papeles que el Estado ya tenga al alcance.
En los últimos 28 años diseñó, implementó y puso en marcha una completa plataforma que le permitió convertirse en el primer país digital del mundo con un total de 99% de los trámites oficiales -de un total de 1.789-. Todos se pueden realizar de manera digital, sin necesidad de salir de la casa y sin importar la hora, ya que el portal de gestión estonio se encuentra abierto las 24 horas.
Para entender este proceso hay que remontarse a los orígenes de la nación báltica, que para la década de los 90, en pleno fin de la guerra fría, tuvo la posibilidad de separarse de la Unión Soviética para convertirse en un país soberano. Allí, frente a la posibilidad de comprar los paquetes tecnológicos europeos, decidieron implementar su propia manera de gestionar.
Para ello decidieron derribar la pared de la burocracia desarrollando un sistema lógico donde el Estado no puede pedir documentación que ya tenga disponible en sus escritorios (concepto once only). De esta manera, es totalmente fácil gestionar desde la comodidad de casa, y por ejemplo, el padre de un niño recién nacido no debe ir a un registro civil a completar la inscripción, sino que el hospital eleva los datos y el documento se elabora de manera automática, llegando a los días al domicilio registrado. Incluso las escuelas de la zona son noticias de este nacimiento y ya se disponen a guardar el cupo para el momento de escolarización del infante.

Se trata de un sistema totalmente innovador, que distribuye una capa de ciberseguridad y confidencialidad por encima del tejido de internet por medio de un sistema criptográfico. Para ello no fue necesario invertir un gran capital, sino innovar con la que ya tenían disponible para establecer un sistema que permanece vigente hasta hoy en día.
Sin un gran capital, la decisión de no invertir en tecnología, sino innovar con la que ya tenían disponible, fue lo que le permitió a Estonia crear el sistema digital que hoy la catapulta como una de las favoritas en esta tendencia de administración pública inteligente.
Claves para entender el crecimiento digital
Durante los últimos 28 años de gestión, el Gobierno de Estonia priorizó la inteligencia y la economía del conocimiento por encima de los dispositivos tecnológicos y, sin tener tecnología de punta en la administración, ya logró que el 88% de los estonios naveguen por Internet a diario y el 87% de la población entre los 16 y los 74 años se conecte al portal gubernamental para realizar trámites. Números impensados para otros países del mundo.
Toda esta información se almacena en una nube super protegida y de imposible acceso para personas indeseadas y siendo de fácil acceso para los estratos de gobierno.
La llegada del nuevo milenio significó para Estonia la aprobación de la Ley de Telecomunicaciones del 2000, siendo el primer país en declarar el acceso a internet un derecho universal. Ese mismo año desaparece del Consejo de Ministros el papel y se permite a los ciudadanos realizar la declaración de la renta online.
Ya para el año 2002 Estonia podía asegurar que todos los ciudadanos cuenten con una identificación digital, que funciona como un token personal y permite la firma de todo tipo de documentos o el acceso a todos los servicios del Estado lo que permitió que en el 2005 aprobaron el voto digital, y aunque se trata de un país de poca población, significó un precedente mundial en la materia.
Tal fue el desarrollo y crecimiento de la gestión, que para el 2014 logró extender la gestión digital a personas extranjeras que pueden acceder a su plataforma digital y usar sus servicios para crear empresas, usar sus bancos o su sistema fiscal sin tener que poner nunca los pies en el país. Por otra parte, esta innovación digital permite un ahorro del 2% del PIB anual reduciendo gastos y salarios de personal.

Todos estos logros, en parte se corresponden a la elaboración de un plan estratégico que permitió actualizar sus infraestructuras locales de TI (Tecnologías de la Información) y poner como prioridad la enseñanza digital en las escuelas estableciendo materias como ciberseguridad, robótica y programación. Desde hace unos años, sus estudiantes se encuentran entre los primeros puestos del informe PISA, por su excelencia y rendimiento académico.
Paraíso Startup
Todas estas cuestiones le permitieron a Estonia convertirse en un paraíso para las startups, e incluso algunas de las más reconocidas, como por ejemplo Sypke, tuvieron orígen en suelo estonio y hoy en día cuenta con el mayor índice de unicornios per cápita de Europa.
Skype, el primer unicornio estonio, que fue vendido a Microsoft por € 5.920 millones hace una década, fue el que le permitió el desarrollo a los otros seis provenientes de Estonia: Playtech, Wise, Bolt, Pipedrive, Zego y ID.me.
Son, en total, cerca de 1.000 las startups que tuvieron origen gracias a las políticas digitales del gobierno, y se traduce en 50.000 puestos de trabajo y la generación de más de €1.000 millones en ingresos brutos durante la última década.Sin dudas, sin la necesidad de instalar tecnología de punta, Estonia pudo tener una evolución considerablemente favorable para la economía y la gestión nacional por medio de la gran capacidad de innovación digital que logró en la década de los noventa. Hoy en día es el modelo a seguir por todos varios países del mundo, incluidos Argentina, donde provincias cómo Neuquén, Córdoba, Mendoza y Chaco ya han empezado a gestionar la información según el modelo estonio.