Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Descubre cómo el Laboratorio Ciudadano de Buenos Aires impulsa la ciencia ciudadana para mejorar la gestión de residuos y fomentar prácticas sostenibles, involucrando a la comunidad en proyectos innovadores como «Observa Residuos» y «Composta Orgánicos». Marina Rosanigo, Investigadora y Licenciada en Ciencias Ambientales, parte de Laboratorio Ciudadano nos dio detalles.

Cuántas veces vemos a los científicos como parte de un mundo donde sólo la gente capaz e inteligente puede llegar. Lo cierto, es que ese paradigma ya empieza a quedar atrás y la ciencia no solo es la investigación de laboratorio, sino también el contexto donde se aplica el modelo. Ciencia para mejorar las ciudades, hacerlas más limpias, inteligentes y funcionales. 

Por eso hoy desde Utopía Urbana queremos destacar el trabajo de Laboratorio Ciudadano, que bajo este enfoque de Ciencia Ciudadana busca explorar las ciudades para avanzar a un mundo sostenible donde sea el vecino común el que sea parte de la transformación

Fundado por estudiantes, graduados y docentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se dedican a la investigación urbana articulando con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para determinar el impacto de las políticas públicas, más precisamente del Observatorio de Higiene Urbana donde se da un convenio con el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana. 

Para conocer aún más sobre su trabajo desde Utopía pudimos dialogar con Marina Rosanigo, Investigadora y Licenciada en Ciencias Ambientales, parte de Laboratorio Ciudadano. «Queríamos hacer un recorrido en esta forma de generar ciencia que involucra a la ciudadanía. Siempre, en alguna parte del proyecto se genera información con su participación que luego le es devuelta para que conozcan de qué se trata», dijo la especialista. 

Además, Rosanigo explicó: “La ciencia ciudadana no tiene que ser un momento en el que el científico se lleva datos y ya está. Sino que tiene que existir una devolución y darle un sentido a la ciudadanía y que a diferencia de la ciencia tradicional no quede todo solo en un papel”. 

Desde 2018 en adelante, Laboratorio Ciudadano ha destacado en 2 proyectos: Observar residuos, que comenzó en 2019; y Composta Orgánicos del 2021. Acá te contamos detalles de ambos. 

Buscando fortalecer el vínculo con la ciudadanía, Observa Residuos se da el tiempo para estudiar y comprender la composición y la tasa de generación de los residuos domésticos producidos en los hogares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Al mismo tiempo le permite conocer a los especialistas los comportamientos pro-ambientales actuales como la separación en origen y compostaje, y la disposición a modificarlos por parte de la ciudadanía.

«Con Observa Residuos tenemos el objetivo de conocer la generación domiciliaria, la composición y cantidad de residuos que se generan en los hogares para conocer en profundidad y detalle sobre los hábitos en la gestión de los residuos. Nos enfocamos en la Ciudad de Buenos Aires con una incipiente participación en la Provincia de Buenos Aires”, explicó Rosanigo.   

Si bien a priori hay estimaciones e investigaciones realizadas por las entidades gubernamentales, lo cierto es que el detalle termina siendo ineficaz porque, según explicó Rosanigo: «Estos estudios que hay consideran también la cantidad de residuos que se genera en los colegios, oficinas y otras instituciones»

Con la intención de devolver una investigación que realmente sea una muestra ciudadana, es que la especialista y el equipo de Laboratorio Ciudadano decidieron explorar y avanzar aún más. «Queríamos conocer la composición, la cantidad y el detalle de la basura que generan las personas específicamente en sus hogares»

Lo que respecta al proceso de involucramiento de la ciudadanía fue un proceso bastante simple y visceral. «Buscamos voluntarios, les dimos una balanza y una breve formación sobre la separación de residuos para separar y pesar durante una semana los residuos», explicó Rosanigo. «Para volcar estos datos diseñamos una app web donde además deben responder preguntas que puedan influir en la cantidad de residuos del hogar como cuántas personas viven en la casa, hábitos de comida y demás». 

«Les pedimos que separar en orgánicos, plásticos, papel y cartón, otros reciclables y resto. Muchos se dieron cuenta sobre la gran cantidad de plásticos que consumen y a raíz de eso empiezan a cambiar su consumo»,  aseguró la especialista. 

Por otro lado, pero parte de la misma intención ciudadana, este proyecto busca conocer el perfil del ciudadano que elige compostar los residuos y genera conocimiento sobre el proceso de compostaje

“Quisimos hacer un zoom en la fracción de orgánicos que es la que creemos más difícil de gestionar a pesar de que la de orgánicos es mucho más importante. Sabemos que hay una parte de la población que está compuesta y nos motivó saber más sobre esta parte de la población y entender por qué no compostan las personas que no tienen el interés”, explicó la especialista. 

Y adicionalmente agregó: “Invitamos a estas personas que compostan a llevar una muestra de su compostaje hogareño para analizarlas. Analizamos de momento 28 muestras y conocimos que las personas que compostan están muy preocupadas por el ambiente y por aportar su grano de arena. Muchas personas tienen problemas con las moscas y el olor producidos por técnicas incorrectas en el proceso de compostaje y además encontramos muchos compostadores en las zonas céntricas donde hay mayor densidad de pobladores”.

Como fin de este proceso realizaron un “encuentro de los compostadores para poder seguir alentando a la mejora de su experiencia de compostaje. Además queríamos conocer cómo sus decisiones también pueden mejorar la investigación». 

Los datos recopilados revelaron que, en promedio, cada persona genera menos de medio kilo de residuos por día en sus hogares, contrastando con la estimación nacional de un kilo y medio. La mayor parte de estos residuos son orgánicos. Se observó que los hogares con mascotas, especialmente gatos, producen más residuos de la categoría «resto» debido al peso de las piedritas sanitarias. De manera similar, los hogares con bebés que usan pañales también generan una mayor cantidad de residuos.

Estos hallazgos permitieron la publicación de un artículo acadédddstenibles.

La ciencia ciudadana se presenta como una herramienta poderosa para transformar nuestras ciudades en lugares más limpios, inteligentes y funcionales. Al integrar a los ciudadanos en el proceso de investigación, se crea un vínculo más fuerte entre la ciencia y la sociedad, promoviendo soluciones más efectivas y prácticas para los desafíos urbanos.

A medida que avanzamos hacia un futuro sostenible, el modelo de Laboratorio Ciudadano se erige como un ejemplo inspirador de cómo la colaboración entre la academia, el gobierno y la ciudadanía puede conducir a un cambio positivo. Este enfoque participativo no solo democratiza la ciencia, sino que también empodera a las personas para ser agentes activos en la construcción de un mundo mejor.

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