Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

En la urgencia climática que empieza a castigar cada vez con más fuerza, organismos como el Consejo Mundial de Energía alzan la voz sobre el destino de nuestro entorno ambiental y urbano en un mundo en constante cambio. Desde los desafíos de los escenarios ambientales hasta las oportunidades emergentes para empezar a enderezar el barco antes del desbarranco. 

Ante la urgencia mundial de girar hacia una industria y urbanización sustentable e inteligente, el panorama es totalmente desolador. Son pocas las empresas y gobiernos que  han empezado en esta transición y, aunque lo peor aún no ha llegado, estamos a tiempo de enfrentar aunque sea un poco los desastres ambientales por el calentamiento global. 

Esto lo saben desde el Consejo Mundial de Energía (CME), World Energy Council (por sus siglas en inglés) que ha emitido reflexiones y proyecciones sobre los escenarios futuros en relación con el medio ambiente y lo urbano, considerando una serie de factores que han impactado profundamente en la economía y el sistema energético global. 

Entre estos factores se incluyen la pandemia reciente de Covid-19, la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza, reajustes geopolíticos, el ascenso de la inteligencia artificial (IA) y las consecuencias de eventos climáticos extremos relacionados con el cambio climático.

El CME destaca la necesidad de desarrollar nuevos escenarios hasta el año 2050, dado el panorama complejo y cambiante que enfrenta el mundo. Dos de los escenarios propuestos son ROCKS (rocas) y RIVERS (ríos), que exploran diferentes trayectorias de desarrollo en el ámbito energético y geopolítico.

“El futuro bien podría incluir una combinación de ambos escenarios y de otros, pero para ver – y discutir – estas dinámicas más complejas. Claramente los diferenciamos en dos escenarios claramente diferenciados”, explicaron los especialistas del documento. 

DOS ESCENARIOS, DOS PANORAMAS

En el escenario denominado ROCKS, se observa un panorama dominado por un enfoque más nacionalista, con presiones intensas en términos de seguridad energética y competitividad industrial. A pesar de los compromisos globales como el Acuerdo de París, muchas regiones del mundo están moderando o retrasando planes para reducir el uso de combustibles fósiles. 

Las transiciones energéticas continúan, pero la cooperación internacional parece más frágil, dando paso a formas de tribalismo y a una mayor dependencia de subsidios energéticos para satisfacer demandas populistas.

En este contexto, los líderes gubernamentales se centran en diseñar políticas que sirvan a los intereses nacionales, mientras que las empresas enfrentan un entorno de mercado cada vez más volátil y proteccionista.

En contraste, en el escenario denominado RIVERS, se vislumbra un cambio radical impulsado por avances digitales y dinámicas de mercado. Se anticipa un crecimiento económico irregular pero dramático, premiando a las empresas que adopten nuevas tecnologías y alineamientos en sus cadenas de suministro antes de que ocurran los aumentos en la demanda. A medida que el sistema de colaboración internacional se ve sometido a presiones, emergen nuevas formas de cooperación en diversos niveles, algunas de ellas inesperadas. Proyectos de sostenibilidad dentro de cadenas de valor compartidas, intercambio de mejores prácticas entre grupos ciudadanos y eficiencias derivadas de la innovación tecnológica son solo algunas de las iniciativas que se están desarrollando. Además, se observa el surgimiento de “clubes de carbono” y otros mecanismos basados en incentivos para promover la acción climática.

Síntesis de Escenario energéticos a futuro

Fuente: World Energy Council

Ambos escenarios coinciden en la tendencia hacia una mayor electrificación de las economías, el aumento de la proporción de energía renovable en la matriz energética y la sustitución progresiva de los combustibles fósiles por biocombustibles, derivados del hidrógeno y eventualmente combustibles sintéticos. Se espera un crecimiento en la captura y remoción de carbono, ya sea mediante medios naturales o tecnológicos.

No obstante, existen diferencias en cuanto al tiempo y la ubicación en que estas transformaciones se llevarán a cabo. El CME destaca la importancia de entender y anticipar estas dinámicas para tomar decisiones estratégicas en diversos ámbitos, como la industria, el gobierno y la comunidad internacional.

En conclusión, el futuro de la energía y el desarrollo urbano estará marcado por la interacción entre factores tecnológicos, económicos, políticos y medioambientales. La capacidad de adaptación y la anticipación serán fundamentales para aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos en este escenario de cambio constante y volátil.

Link al documento: click

Seguinos en Redes Sociales: YouTube, Instagram, Linkedin, Twitter (X), Facebook

Otras notas relacionadas a energía y futuro:

tienes que ser suscriptor para comentar