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Praga, la capital de República Checa busca combatir el turismo invasivo y abrazar la sustentabilidad. Descubre las medidas innovadoras centradas en la comunidad, el enfoque en el turismo doméstico y proyectos revolucionarios para la sostenibilidad ambiental que están transformando Praga en un faro de inspiración para el futuro del turismo sostenible en el este de Europa

Ya es conocido que los países e incluso sus principales ciudades se han visto obligados a tomar iniciativas sustentables para mitigar la Crisis Climática. Buscando mitigar el calentamiento global se han montado en la carrera de la descarbonización, pero no es el único objetivo a corto plazo. En este artículo conoceremos el caso específico de Praga, la capital de la República Checa, que se embarca en una audaz iniciativa para combatir el turismo masivo y abrazar la sostenibilidad

En un esfuerzo liderado por el reciente alcalde Zdenek Hrib del Partido Pirata e incluso con cierta continuidad con el actual alcalde Bohuslav Svoboda, la ciudad buscó priorizar el “turismo sostenible” mediante medidas innovadoras y un enfoque centrado en la comunidad. Junto a otras ciudades europeas, Praga busca revalidar el intento sustentable mundial y transformar el mundo de una vez y para siempre. 

Desde fines  de 2018, Praga ha estado implementando medidas para reducir el impacto del “turismo invasivo” en su Centro Histórico. El elevado precio de la vivienda se ha identificado como un objetivo clave. En respuesta a la pandemia, se ha lanzado un plan de emergencia con una inversión de 9,3 millones de euros para apoyar los negocios locales enfocados en el turismo interno checo y revitalizar el distrito de Praga 1 para los residentes locales.

En una entrevista de 2023, el anterior alcalde Hrib enfatizaba que el “turismo doméstico apoyará negocios genuinos” de la cultura tradicional checa, excluyendo el respaldo a negocios que se centren exclusivamente en los extranjeros. Esta estrategia busca preservar la autenticidad cultural y mejorar la calidad de vida para los locales.

Los subsidios destinados a nuevos negocios excluyen plataformas como AirBnB, alineándose con el objetivo de frenar el turismo masivo. Además, medidas como la eliminación de atracciones polémicas, como el “beer-byke” demuestran el compromiso de Praga en erradicar prácticas invasivas que afectan negativamente la calidad de vida de los residentes.

En 2019, Praga recibió más de 9,1 millones de turistas, lo que la convirtió en la quinta ciudad más visitada de Europa. A pesar de este éxito turístico, la ciudad enfrenta el desafío de mantener un equilibrio económico al implementar medidas que limitan el turismo masivo. En 2023 el caudal de turistas habría sido alrededor del 85% del año previo a la pandemia, pero ahora con una mayor proporción de turistas locales

Además de ser muy atractiva para el turismo, Praga se ubicó en el 4to puesto de las mejores ciudades del mundo para el trabajo remoto según Workmotion y está muy bien posicionada por la calidad de su aire según IQAir

Pero la capital checa también ha lanzado proyectos innovadores para fomentar la sostenibilidad ambiental. La fase piloto del proyecto de sostenibilidad ambiental, que incluye el uso de vasos retornables en eventos, se extiende hasta febrero de 2024. Este proyecto busca hacer que el turismo sea más sostenible y reducir los residuos.

Proyectos como “Prague Chairs & Tables” están transformando los espacios públicos para crear condiciones que fomenten la interacción comunitaria. Sillas y mesas icónicas colocadas en toda la ciudad invitan a los visitantes a sentarse, charlar y disfrutar de la cultura local.

Praga está liderando la movilidad sostenible con depósitos de bicicletas para servicios de entrega, utilizando bicicletas eléctricas para reducir el tráfico en el centro de la ciudad. Además, edificaciones ecológicas con techos verdes demuestran el compromiso de la ciudad con la eficiencia energética y la arquitectura sostenible.

En resumen, Praga emerge como un faro de sostenibilidad en el este de Europa, desafiando las tendencias del turismo masivo y apostando por un enfoque que equilibra el impacto económico con la preservación cultural y ambiental. A medida que otras ciudades europeas observan de cerca, Praga se posiciona como un modelo para el futuro del turismo sostenible.

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