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La Inteligencia Artificial trae un sinfín de beneficios, pero también despierta miedos referidos a los datos y protección de la seguridad digital de las personas. Clearview AI es un desarrollo de IA que permite identificar a todas las personas con una foto accediendo a imágenes de redes sociales. Conoce este desarrollo, del que quizás formes parte sin saberlo

En el vertiginoso mundo de la tecnología, Clearview AI ha emergido como un actor controvertido y poderoso, desplegando una herramienta de reconocimiento facial que envía ondas de preocupación a través de la sociedad. Aunque nació de las inquietudes tecnológicas de un joven emprendedor, su impacto en la privacidad y la seguridad personal ha llevado a un escrutinio global.

Clearview AI no es solo una empresa de inteligencia artificial; es un testimonio del potencial transformador y, a veces, intrusivo de la tecnología. Fundada por Hoan Ton-That, un apasionado desarrollador que se aventuró desde Australia hasta San Francisco en busca del éxito tecnológico, la compañía pasó de ser una startup discreta a una fuerza líder en el campo del reconocimiento facial.

La magia reside en su capacidad para conectar una foto con una base de datos de 30 mil millones de rostros extraídos de la internet pública. Este poderoso sistema de reconocimiento facial ha encontrado aplicación en diversas áreas, siendo adoptado principalmente por fuerzas policiales y hasta el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Según CNN, más de 600 organismos de orden público de Estados Unidos y Canadá ya usan Clearview AI. Sin embargo, detrás de esta maravilla tecnológica se encuentra una amenaza latente para la privacidad y la seguridad personal.

Clearview AI ha trascendido fronteras éticas al extraer sin consentimiento miles de millones de fotos de la internet pública. Las redes sociales, desde Facebook hasta Instagram, han sido minadas para alimentar su vasta base de datos. Aunque la empresa asegura una precisión del 98,6%, la cuestión fundamental radica en la recopilación masiva de información personal sin el conocimiento ni el consentimiento de los individuos.

El experto en ciberseguridad, Baptiste Robert, advierte sobre el alcance de Clearview AI: “Todas las fotos que has puesto en tus perfiles de redes sociales, Clearview las ha extraído y las ha guardado”. Este accionar plantea no sólo interrogantes sobre la ética de la empresa, sino también sobre la integridad de la privacidad en un mundo cada vez más conectado.  Desde la empresa se defienden y dicen que sólo toman fotos públicas y que el desarrollo apunta “a ayudar a las fuerzas del orden a resolver crímenes”, según Hoan Ton-That. 

Clearview AI representa una paradoja en la intersección entre la tecnología y la ética. Aunque su capacidad para identificar a personas casi instantáneamente tiene aplicaciones potencialmente valiosas en la seguridad, el precio a pagar es la pérdida de privacidad. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, es imperativo abordar estas cuestiones éticas y establecer límites para garantizar que la innovación no viole los derechos fundamentales de las personas. Clearview AI, con sus luces y sombras, sirve como un recordatorio de la necesidad de un diálogo global sobre la protección de la privacidad en la era digital.

 

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