La industria textil es una de las que más peligro y contaminación genera al medioambiente, como responsable del 20% de las aguas residuales y del 10% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) globales. Por esta misma razón, una parte incipiente de la industria y el mundo del diseño ha empezado a pensar en prácticas sustentables.
No son pocos los emprendimientos que han surgido durante estos últimos años que buscan reciclar ropa usada para crear nuevas prendas al reutilizar las telas. Algunos han empezado con esta idea desde cero, mientras que otros han renovado su manera de producir teniendo en cuenta el impacto ambiental de la actividad.
Para entender un poco mejor en números, por ejemplo, para la confección de un jean se requieren unos 7.500 litros de agua a lo largo de todo el proceso productivo, equivalente a lo que consume una persona en siete años.
Asimismo puede agregarse que, por año, se generan 100.000 millones nuevas prendas para las que se utiliza un total de 97% de sus materias primas de fuentes denominadas vírgenes y solo un 2% corresponden a fuentes de reciclaje. Esto equivale a 53 millones de toneladas de material producido por la industria del cual un 12% se desperdicia a la hora de confeccionar ropa.
Por detrás de los combustibles fósiles, la industria textil es la más contaminante que existe y una de las más violentas a la hora de cuidar el agua del planeta. No solo porque la utilizada anualmente para la fabricación de ropa equivale al agua necesaria para saciar la sed de 5 millones de personas, sino también por la gran cantidad de microfibra que es arrojada al mar en el año. Se estima que ronda el medio millón de toneladas de este material, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo.
Por otra parte, la mayoría de los residuos textiles, mejor dicho de la ropa una vez que ya no es más utilizada, se separa del resto pero solo para amontonarse en pilas increíblemente grandes que no reciben ningún tratamiento particular. El cementerio de ropa más grande del mundo se encuentra en el Desierto de Atacama, Chile, donde se calcula que más de 300 hectáreas están cubiertas de desechos textiles.
Eventos internacionales en la carrera por una industria sustentable
La necesidad de empezar a generar cambios en este sentido ha llevado a la reconocida moda Upcycling, temas que hemos repasado en Utopía Urbana, y cuya palabra proviene de de la combinación en inglés de Upgrade (mejorar) y Recycling (reciclar). La diferencia que tiene esta innovadora medida con respecto al simple reciclaje es que permite el paso de la moda a la creación de prendas. Ya que no es que simplemente se recicla, sino que también se le da un valor agregado a la nueva creación.
De hecho, esta práctica permite, además de generar prendas nuevas a partir de prendas desechadas, modificar el estilo y darle un nuevo curso a las prendas. Por ejemplo, un jean vintage puede convertirse tranquilamente en una campera grunge, permitiendo que quienes se animen a este proyecto creen sus propios modelos.
Uno de los eventos más importantes a la hora de hablar del upcycling es el Redress Design Award, el concurso de diseño de moda sostenible más grande del mundo. Organizado por Redress, el programa trabaja para educar a los diseñadores de moda emergentes de todo el mundo sobre teorías y técnicas de diseño sostenible para impulsar el crecimiento hacia un sistema de moda circular.
Redress por su parte es una ONG China, con sede en Hong Kong que desde hace 15 años busca impulsar la transición en la industria de la moda para reducir los desechos textiles que genera la industria. Para ello ofrece programas para minimizar el impacto de la moda y promueve nuevos modelos de producción sostenible.
Foto gentileza Carolina Corvalán A
En este evento, en el que se busca impulsar a la industria de la moda circular y así disminuir considerablemente la contaminación, fueron finalistas de la edición 2022 dos latinoamericanos: Cris Miranda por Chile y Livia Aguiar de Castro por Brasil. En el caso de Miranda, quien además se dedica a la investigación académica de esta actividad y es graduado de Diseño y Vestuario Textil en la Universidad Andrés Bello de Chile, expresó: «La moda sostenible dejó de ser tendencia hace mucho tiempo. Hoy está en boga y lo vemos aplicado de diversas maneras. Además, va en camino a convertirse en un estilo de vida». Además, aseguró: “Es una forma de entender el consumo, la producción del vestuario y la manera en que nos relacionamos con la ropa. La gente está concientizando, por lo tanto, yo creo que esto ya definitivamente llegó para quedarse y se va a ir ampliando en gran medida dentro los próximos años».
Miranda no solo fue finalista, sino que fue el ganador del concurso más importante a nivel mundial y expresó: “Soy un diseñador de moda sostenible porque creo en el poder del vestir sostenible y el cambio necesario que representa”. De esta manera y con estos eventos, paulatinamente la industria de la moda empieza a girar hacia la sostenibilidad. La importancia de estos eventos, si bien es mundial y de gran llegada al público, no deja de ser un evento de nicho que no es transmitido por las grandes cadenas televisivas”.
La moda sustentable y el upcycling ha empezado a tomar relevancia, es verdad, pero aún se está muy lejos de los valores necesarios para cambiar considerablemente la aguja. La cantidad de ropa creada en el mundo es suficiente para vestirla por los próximos 10 años, pero los indicadores de moda, sobre todo en Europa y Estados Unidos, incentivan a la gente a comprar ropa nueva cada 3 o 4 meses.
Para su presentación, el diseñador chileno expuso “Re Collect”, su colección en la que recicló sedas de kimono y las chaquetas de cuero favoritas de su madre. Tras una sequía en la ciudad de Santiago, decidió pasar de los procesos de teñido a los de manipulación textil y pintura a mano.
Con un ganador sudamericano, queda en evidencia la urgencia que hay en la región por modificar los hábitos de la industria. Si bien quizás en algunos países del continente no esté tan expuesta esta situación, Chile particularmente es uno de los más complicados en relación a la contaminación textil por la gran cantidad de basura depositada en el Desierto de Atacama donde por más de veinte años los mercados ilegales descartaron sus ingresos.
Si bien queda claro que el camino recién empieza a transitar los primeros pasos, las formas alternativas han empezado a dar avances. Ya sea en forma de ferias regionales o de emprendimientos sustentables todo ocurre como lo indicó Miranda, lento pero sin pausa. ¿Vos ya empezaste a reciclar tu ropa vieja para hacer nuevas prendas?
Si quieres conocer más sobre UpCycling, puedes acceder aquí