Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Conversamos con Stella Hiroki, doctora e investigadora en Ciudades Inteligentes y fundadora de Smart City Talks, una plataforma de divulgación de las ciudades inteligentes y de promoción del uso de la tecnología. El caso brasilero, los tiempos de la tecnología y las ciudades, las personas en el centro del desarrollo urbano, entre otros temas.

Stella Hiroki tiene una basta experiencia estudiando el concepto de ciudades inteligentes o smart cities, que está en auge principalmente en el mundo desarrollado y que de a poco está siendo adoptado por ciudades latinoamericanas con el impulso de especialistas y divulgadores como Stella. 

La profesora e investigadora brasileña, realizó proyectos de investigación en 2015 en la Universidad SMU de Singapur y en 2017 en The Programmable City Lab de Maynooth University en Dublín, Irlanda.

A partir de su experiencia en el tema, fundó la plataforma Smart City Talks, en donde, a través de la difusión de información, la realización de charlas y la producción de contenido sobre ciudades inteligentes, aplica su experiencia y transmite sus conocimientos a una comunidad que cada vez es mayor.

Su contenido puede verse a través de su cuenta de instagram o en su canal de Youtube.

Aquí compartimos algunos conceptos de la conversación que Utopía Urbana tuvo con Stella Hiroki sobre el concepto, la actualidad y las expectativas de las ciudades inteligentes en Brasil y el resto de Latinoamérica.

-¿Qué entiende por ciudades inteligentes y cómo es su dinámica

en Brasil? ¿El apoyo del gobierno federal es importante o depende más de las estrategias de los gobiernos municipales?

Es importante señalar que no hay ninguna institución que defina o regule

globalmente el concepto de ciudad inteligente. Basado en mi experiencia en el extranjero y en Brasil, la ciudad inteligente conoce sus desafíos y, a través de los datos recogidos, plantea soluciones más asertivas para sus obstáculos.

Songdo, ciudad inteligente de Corea del Sur.

Brasil tiene una gran capacidad como plataforma de proyectos para

ciudades inteligentes. Las posibilidades de que un proyecto probado en Brasil funcione en otras ciudades del mundo son mucho mayores que las de proyectos de otros países. 

“Brasil tiene una gran capacidad como plataforma de proyectos para ciudades inteligentes”

Tanto el apoyo del Gobierno Federal como la alianza entre los gobiernos estaduales y municipales son necesarios para reforzar el potencial de las Ciudades Inteligentes, principalmente de los municipios pequeños y medianos.

Esto es importante para que el movimiento de las smart cities brasileñas se produzca desde el interior hacia las capitales.

-¿Cuáles son las principales dificultades para la transición a ciudades inteligentes en Brasil? ¿Podría citar algunos casos importantes de ciudades inteligentes en Brasil y sus pilares de desarrollo?

No sólo en Brasil, sino también en otros países, la mayor dificultad según los planificadores urbanos es que el tiempo de la tecnología es diferente del tiempo de la ciudad. 

Mientras una solución tecnológica se acelera para estar disponible para los usuarios lo antes posible, que se diseñe una infraestructura, sea implementada y funcione en el espacio urbano suele llevar más de los 4 años de mandato de los alcaldes. Y con el cambio de liderazgo estas soluciones con frecuencia se interrumpen.

“El tiempo de la tecnología es diferente del tiempo de la ciudad”

En Brasil hay varios proyectos que fortalecen al país en el movimiento internacional sobre ciudades inteligentes. Como el Centro de Operaciones Integradas de Belo Horizonte o el edificio Dandara en San Pablo.

El primero, a través de la integración de servicios en el Centro de Operaciones, permitió impulsar la acciones de Economía Creativa, Movilidad y Gobernanza en la capital del Estado de Minas Gerais. 

El segundo proyecto, mediante la movilización del Movimiento de Ocupación en colaboración con iniciativa pública y privada, dió funcionalidad a un edificio público que estaba inactivo. A partir de esto, 120 familias consiguieron tener su propia casa a través de un programa de vivienda social en el centro de San Pablo.

Smart City Natal, Brasil

-Teniendo en cuenta que el objetivo central de una ciudad inteligente es mejorar la calidad de vida de su población ¿Cómo analiza el presente y se imagina el futuro respecto a dos cuestiones: la relación gobierno-ciudadano y la inclusión?

La pandemia demostró que los proyectos urbanos con presupuestos elevados ya no son sostenibles. Los proyectos con este perfil fueron más utilizados en la primera fase de implementación de las Smart Cities, en la que las empresas imponían sus desarrollos a las ciudades de todo el mundo. 

Luego de numerosos fracasos en la aplicación del mismo formato tecnológico sin tener en cuenta las características de cada espacio urbano, los proyectos de ciudades inteligentes tecnocráticas y sin participación ciudadana quedaron desfasados.

“Las personas deben ser las protagonistas del espacio urbano”

Por lo tanto, para que las ciudades inteligentes se consoliden cada vez más, las personas deben ser las protagonistas del espacio urbano. Y este proceso se genera cuando los datos urbanos son traducidos con tecnología que considere la inclusión y la diversidad. 

De este modo, los datos abarcarán a la población en su totalidad, tanto a la vulnerable como a la más destacada.

-¿Cómo se relacionan los conceptos de ciudad inteligente y ciudad sostenible? 

El concepto de ciudad sostenible está relacionado con los indicadores y

rankings de sostenibilidad que cumple la ciudad y que, a su vez, atraen a inversores que buscan ese perfil de ciudad para desarrollar sus proyectos. 

Éstos pueden estar vinculados a la preservación del medio ambiente, el uso de energías renovables o el incentivo a la economía creativa, entre otros.

Por otra parte, una ciudad Inteligente, mediante la infraestructura, planifica con el objetivo de ampliar el rendimiento de políticas públicas que mejoran la calidad de vida.

Las ciudades inteligentes y sus diversas interpretaciones y derivaciones, como su costado ambiental, tecnológico, de gobernanza o participación ciudadana, deben ser abordadas por los gobiernos y sociedades de cada ciudad para adaptarlas a sus realidades y sus propias dinámicas.

Y en ese proceso, el trabajo de formación profesional y divulgación de Stella Hiroki demuestra su importancia para la conexión entre las nuevas tendencias del mundo y la sociedad que debe aprovecharlas y potenciarlas.

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