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El Panel Intergubernamental del Cambio Climático brindó la tercera entrega de la revisión del conocimiento científico y aseguraron que si las grandes capitales no invierten y toman cartas en el asunto, la realidad ambiental será peor de lo estipulado. Sin embargo, aunque poco alentador, los especialistas aseguran que aún hay esperanza si se reducen las emisiones de carbono para el 2025.

No es ninguna novedad la extrema urgencia que sacude al mundo para frenar el calentamiento global. Tanta es la misma que los investigadores y especialistas más reconocidos del planeta en la temática han advertido que el momento de actuar es ahora y que, en caso de no frenarlo para 2025, las consecuencias serán inimaginables. 

Así lo expresaron los científicos que forman parte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) quienes dieron a conocer su último informe días atrás. Alerta spoiler: no hay buenas noticias. 

En esta oportunidad, el informe que brindaron se trata de la tercera entrega de la gran revisión del conocimiento científico que llevan realizando desde hace algunos años con la esperanza de encontrar algún aliciente para el cambio climático. Sin embargo, ni el Acuerdo de París, ni la gente muriendo por catástrofes naturales ha incentivado a los distintos gobiernos a pisar fuerte el acelerador para generar cambios verdaderos. 

La alarma se ha encendido en todo el mundo después de las tres entregas del IPCC, en la que se han analizado más de 18.000 artículos científicos de preponderancia para el siglo. La primera entrega salió en Agosto de 2021 y tuvo como centro de las investigaciones las bases físicas del calentamiento global y tampoco tuvo una conclusión alentadora, ya que allí los investigadores aseguraron que el ser humano es responsable de los desastres naturales y los ha logrado intensificar a una escala nunca antes pensada. 

La segunda edición fue presentada en febrero pasado y tuvo como objeto el “alcance y la magnitud” del calentamiento global y su impacto climático, concluyendo que la situación es mucho peor de lo que se imaginaba. 

Ahora, la tercera enmienda tiene como objeto trabajar en las posibles medidas para mitigar y solucionar, dentro de los márgenes posibles, el avance del calentamiento global. Sin embargo, para lograr hacerlo dentro de los tiempos estipulados para mantener el planeta a salvo, hay que actuar ya. 

Para frenar este avance los países del mundo ya firmaron el Acuerdo de París en el año 2015, que establecía un máximo de 1,5° de incremento para finales del siglo respecto a la etapa preindustrial, y las métricas ya arrojan 1,1°. En otras palabras, no se está logrando el acuerdo, principalmente porque hay países que no respetan lo firmado y siguen produciendo y consumiendo combustibles fósiles a gran escala, como el caso de China, Estados Unidos e India. Por otro lado, las estrategias de mitigación adoptadas en el mundo tampoco alcanzan. 

De hecho, las medidas lanzadas por el IPCC estipulan que para el fin de siglo el aumento de la temperatura rondará los 2,8°, lo que sin dudas traerá aparejado infinitos problemas ambientales de gran envergadura. “Si no logramos fuertes reducciones de las emisiones de forma inmediata en todos los sectores, limitar el calentamiento global a 1,5°C (2,7°F) estará fuera de nuestro alcance”, aseguraron en un comunicado de prensa los especialistas. 

Sin embargo, para el presidente de la institución Hoesung Lee, no todo está perdido. Por ello avisó: “Estamos en una encrucijada. Las decisiones que adoptemos ahora pueden asegurar un futuro digno. Contamos con las herramientas y los conocimientos especializados necesarios para limitar el calentamiento. Me alientan las acciones climáticas adoptadas en muchos países. Hay políticas, reglamentaciones e instrumentos de mercado que están resultando eficaces y que, si se amplían y se aplican de una manera más generalizada y equitativa, pueden respaldar una fuerte reducción de las emisiones y fomentar la innovación”. 

Qué debe suceder para evitar el colapso

Los especialistas del IPCC han advertido que es necesario tomar cartas en el asunto de manera urgente para poder salvar al planeta del colapso ambiental. Sin embargo, también saben que no es una tarea facil la de reducir el consumo mundial. 

Para limitar el calentamiento global, según aseguraron en el informe “se necesitarán transiciones importantes en el sector energético. Esto implicará reducir de forma contundente el uso de los combustibles fósiles, extender la electrificación, mejorar la eficiencia energética y utilizar combustibles alternativos (como el hidrógeno)”. 

Esto claro, implica la llegada de nuevos sistemas para aprovechar la utilización de recursos. Uno de ellos, sin dudas, es la economía circular como alternativa a la reutilización de los materiales. Según avisaron en el comunicado, “La reducción de las emisiones en la industria implicará el uso de los materiales de manera más eficiente, la reutilización y el reciclaje de productos, y la reducción al mínimo de los residuos. En el caso de los materiales básicos, incluidos el acero, los materiales de construcción y los productos químicos, los procesos de producción de bajas emisiones o de emisión cero de gases de efecto invernadero se encuentran en las etapas de pruebas o cercanas a la comercialización”. 

Conclusiones 

Teniendo en cuenta los resultados de la investigación, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, no dudó a la hora de ser tajante con la situación actual del mundo: “Es hora de que dejemos de quemar nuestro planeta y empecemos a invertir en las abundantes energías renovables que nos rodean”. 

Además, en torno a los comentarios de algunos sectores privados con respecto a los activistas climáticos, aseguró: “Los activistas climáticos a veces son representados como radicales peligrosos”, comentó. “Pero los radicales verdaderamente peligrosos son los países que aumentan la producción de combustibles fósiles”, dándole un guiño a todas aquellas personas que luchan por un lugar a salvo del calentamiento global. 

Como para pasar en blanco, desde el IPCC han dejado en claro algunas cuestiones a tener en cuenta para frenar el cambio climático, o al menos lograr reducirlo dentro de los parámetros establecidos en el Acuerdo de París. 

En primera instancia, según los especialistas es imperiosa la necesidad de disminuir, para el 2025 al menos un 43% de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y, ni siquiera ese logro, aseguraría que no se sobrepase los 1,5° que se estipulan. 

Además, la necesidad de reducir sustancialmente la utilización de combustibles fósiles resulta pertinente para lograr el objetivo. Para ello, desde el IPCC proponen la utilización de combustibles alternativos. Como así también se recomendaron las dietas vegetarianas por su bajo impacto ambiental. 

Por último, para los especialistas, hay un halo de esperanza teniendo en consideración los avances en materia sostenible de algunas de las grandes ciudades del mundo. Sin embargo, de momento creen que los esfuerzos e inversiones no son suficientes. ¿Podrán las ciudades del mundo frenar el calentamiento global por medio de las políticas públicas?

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