El avance hacia ciudades inteligentes y sustentables ha puesto en evidencia la falta de eficacia de algunos gobiernos del mundo para cubrir las necesidades de sus ciudadanos. La búsqueda de perfeccionar la democracia pone un lugar de privilegio a los espacios de participación ciudadana, una costumbre propia de las polis griegas. Y ahora que con la ayuda y la organización de la tecnología todo puede hacerse en “tiempo real”.
De esta manera, el pueblo busca hacer llegar sus propuestas y solicitudes, siendo un sostén fundamental de los gobiernos en todos sus estratos. Conceptos como el de Gobierno Abierto han empezado a modificar a la gobernanza moderna y hasta ya hay plataformas digitales de participación ciudadana. Están toman un rol importante especialmente en la dinámica municipal, el nivel de gobierno “más próximo” a la población.
Teniendo en cuenta las necesidades sociales y la dificultad de que las mismas sean escuchadas, los distintos gobiernos del mundo han abierto el juego de la política a otros sectores antes no escuchados. En el caso de Argentina ya se ha presentado, incluso, una Mesa Federal de Participación Ciudadana para atender estas cuestiones.
Su presidenta, Fernanda Alonso dialogó con Utopía Urbana y opinó sobre la importancia de implementar esta opiniones en la gestión pública: “Así como creo que el Estado tiene que estar presente, el ciudadano tiene que ser protagonista. Una cosa sin la otra no existe.
Desde su rol en la mesa, pero también como intendenta de General Pico, Buenos Aires, ya empezó a poner en marcha alguno de los conceptos: “El Estado somos todos. Entonces para esta concepción, la participación ciudadana es un eje fundamental de la gestión”.
Cómo funciona una Plataforma Digital de Participación Ciudadana
Muchas veces articular estos esquemas de participación ciudadana termina siendo muy costoso para los estados municipales o provinciales, o incluso nacionales. Ahí es donde aparece la importancia del sector privado y sus inversiones para que estas iniciativas puedan empezar su curso.
Una de las herramientas más implementadas es Decidim, un servicio de software diseñado para la participación ya sea para organizaciones políticas como para entidades públicas o privadas y permite crear y configurar un portal o plataforma web, a modo de una red social, para la participación democrática.
Esto lo realizan bajo la creación de procesos masivos de planificación, de presupuestos participativos, de diseño colaborativo de reglamentos, espacios urbanos o elecciones.
También permite organizar reuniones presenciales, convocar encuentros, inscripciones, publicación de actas, estructurar órganos de gobiernos o asambleas, convocar consultas o canalizar iniciativas.
Decidim: From social to political network
“¿Qué pasaría si en lugar de quejarnos pudiéramos conectarnos con nuevas opiniones, discutir preocupaciones comunes y alcanzar acuerdos vinculantes para hacer cambios reales en nuestras vidas?” preguntan desde el video de presentación de la compañía.
“Una red política, una plataforma de participación democrática, fácil de usar para cualquier tipo de personas, desde el más pequeño hasta el más grande”
Dentro de las opciones que brinda, permite una mayor organización para evaluar los presupuestos públicos presentando diversas propuestas posibles de inversión para las comunidades analizando la realidad del lugar u organización. Sin olvidarse, claro, de votar por ello.
También resulta una herramienta de ayuda para cooperativas, ONG o simplemente un grupo de personas facilita el contacto y la información “para lograr el objetivo común”.
Esta aplicación ya se encuentra disponible y funcionando en más de 450 administraciones y empresas de más de 30 países del mundo, ubicando su actividad en Europa, Estados Unidos y Asia.
Incluso la Unión Europea esta desarrollando con esta plataforma la Conferencia sobre el Futuro de Europa con la participación de más de 200.000 personas y la aportación de más de 10.000 ideas.
Uno de los lugares donde más desarrollado se encuentra este software es Barcelona, donde ya hay más de 100.000 personas inscritas y ha ayudado a desarrollar unos setenta procesos, siendo el más destacado el presupuesto participativo.
Aunque aún parece incipiente la llegada de estas aplicaciones “tecnopolíticas para construir la democracia del futuro” ofrecen una propuesta interesante para desarrollar políticas de Gobierno Abierto o para aquellas organizaciones que resultan complementarias al Estado. Por suerte, países como Argentina ya han empezado este camino y la llegada de las mismas no parece ser tan utópica.