Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Esta localidad finlandesa publicó una hoja de ruta con la que proyecta impulsar la economía circular priorizando una distribución equitativa.

La economía circular es una gran herramienta para avanzar en un desarrollo sostenible apoyado en la reutilización de residuos con el fin de generar menos daños ambientales.

Por otra parte, esta lógica de producción tiene el potencial de generar nuevos puestos de trabajo (empleo verde) relacionados con el tratamiento de los residuos y suele tener un enfoque orientado a la producción de productos regionales y a la redistribución de los ingresos generados por estos.

Por eso es una forma de producción que está en pleno crecimiento en el mundo y que las ciudades están adoptando y estimulando para alcanzar sus metas de contaminación ambiental y crear dinamismo en el empleo.

Una de estas ciudades es Turku, una pequeña urbe ubicada en Finlandia que está dando grandes pasos hacia el desarrollo sostenible e inclusivo. Está situada en la costa sudoeste del país y tiene una población aproximada de 190 mil personas.Además, es su ciudad más antigua y hasta mediados del siglo XIX fue la más importante.

Turku cuenta con una estrategia de neutralidad climática para el año 2029 y recientemente publicó una hoja de ruta para desarrollar la economía circular en su comunidad.

Este nuevo plan incluye una evaluación del riesgo social de las intervenciones previstas, una medida innovadora que pretende asegurar una transición económica justa e inclusiva.

El proceso hacia la hoja de ruta

La flamante hoja de ruta fue elaborada por 200 actores de diferentes ámbitos de la sociedad civil que pusieron el foco en pensar cómo reducir la producción de residuos y el consumo de recursos en cinco sectores principales: ciclos del agua; alimentación y agricultura; edificios y construcción; sistemas energéticos; y transporte y logística.

En todo el proceso, el municipio de Turku trabajó junto a ICLEI  (Local Governments for Sustainability) para garantizar que las iniciativas incluidas en el proyecto estuvieran diseñadas para favorecer la equidad social.

ICLEI es una red mundial de más de 2.500 gobiernos locales y regionales comprometidos con el desarrollo urbano sostenible. Los gobiernos, que pertenecen a más de 125 países, impulsan la acción local para avanzar en un desarrollo bajo en emisiones, protector de la naturaleza, equitativo y sostenible. 

Por otra parte, con el fin de aprender cómo aplicar la equidad social en la práctica, el gobierno de Turku aprovechó su pertenencia a Urban Transitions Alliance para asesorarse y recibir apoyo. 

Esta alianza la conforman un grupo de ciudades de tradición industrial que forman parte de ICLEI y que cooperan entre sí para lograr transiciones urbanas verdes y justas, que den prioridad a las necesidades específicas de sus poblaciones.

Con esta idea, Urban Transitions Alliance desarrolló un marco de equidad que busca dar prioridad a la ciudadanía a la hora de elaborar planes de sostenibilidad, con especial atención en los grupos vulnerables.

El marco divide la equidad social en tres dimensiones: el acceso a los servicios e infraestructuras públicas, la participación pública de los residentes afectados y el acceso a una educación justa con perspectivas profesionales.

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