La llegada de las Aeronaves Eléctricas de Despegue y Aterrizaje Vertical, mejor conocidas como eVTOL, ha significado un gran avance para la movilidad aérea y su descarbonización. Tanto como para el transporte de pasajeros como para el traslado de paquetes y mercancías.
Aunque aún se trata de distintas pruebas piloto que se han desarrollado en distintos puntos del mundo como los casos de Francia, China, Arabia Saudita y Orlando (Estados Unidos), como ha sido citado por notas respectivas por Utopía Urbana, la carrera por conseguir el desarrollo de estas aeronaves se ha convertido en un anhelo de las potencias. Ahora Londres se sumó a esta intención con la creación del primer aeropuerto eVTOL del mundo.
La intención del Reino Unido es poder darle una estructura a este tipo de movilidad, ya que la falta de inversión en aeropuertos y otro tipo de centrales de mando son el primer inconveniente que tienen las eVTOL para su desarrollo y expansión.
Por esta misma razón, la intención del gobierno londinense es brindar un espacio operativo para la gestión de drones y aerotaxis que permitan un tráfico fluido tanto de personas o de mercancías.
Tendrá lugar en la ciudad de Coventry y se estrenará en el mes de abril. Además del gobierno londinense hay otras empresas interesadas en el proyecto como el caso de la startup Urban-Air y la reconocida empresa Hyundai por medio de la División de Movilidad Aérea Urbana que busca especializarse en el desarrollo de los eVTOL.
Si bien aún no hay un desarrollo instaurado en el mundo sobre este tipo de movilidad, los especialistas le adjudican la dificultad de su implementación a la falta de infraestructura que permita el desarrollo de las aeronaves. De esta manera, por más que existan millones de drones y aerotaxis si no tienen donde estacionar y operar no tiene sentido su desarrollo.
Lo saben muy bien los gobiernos y las empresas, como el caso de Electric Vehicles Research, que señala que solo el 3% de las inversiones de la industria de la movilidad se destinan al desarrollo de los eVTOL. En números, esto se traduce a que de los US$ 5.000 millones que mueve la industria solo US$ 150 millones se dedican a estos proyectos.
Desde Urban-Air, la empresa que busca desarrollar este tipo de movilidad, están convencidos de que es una gran oportunidad para demostrar al mundo la funcionalidad y operabilidad de esta aeromovilidad para descongestionar el tráfico y mejorar la calidad del aire descarbonizando el transporte aéreo, uno de los máximos contaminantes del mundo.
De esta manera, tanto el gobierno londinense como las empresas que buscan desarrollar este transporte esperan que el 2022 sea finalmente el año que logren despegar en todo sentido. No descartan que esta iniciativa se traduzca en nuevos aeropuertos, como es el caso de Francia, que ya elaboró pruebas piloto del mismo calibre.