“La falta de conocimiento e información de las nuevas generaciones de mujeres sobre qué implican las áreas de ciencia y tecnología, qué trabajos hay por detrás, qué actividades se desarrollan y para qué sirven, es una de las principales barreras para el acceso a su estudio” asegura Paula Coto, enérgica.
Paula es la Directora Ejecutiva de la ONG Chicas en Tecnología (CET). Su cabello castaño oscuro, corto y ondulado, contrasta con sus ojos claros que se esconden tras sus lentes y que acompañan una expresión que transmite simpatía sin quitarle, de a ratos, su seriedad.
Paula Coto, Directora Ejecutiva
“Otra barrera es la cultural, que tiene que ver con la división social de los roles y las expectativas familiares sobre las carreras a seguir por las mujeres, que están más asociadas a las humanísticas porque ellas son más emocionales a diferencia de los hombres que tienen que ir a carreras más duras de ciencia y tecnología” agrega Paula,
También señala como un factor importante en la elección de las carreras, el hecho de que no haya conocimiento sobre profesionales femeninas de referencia en áreas de ciencia y tecnología, lo que dificulta a las mujeres proyectarse en estos ámbitos.“No pueden aspirar a ser lo que no conocen” explica.
A partir de esta realidad compleja surgió Chicas en Tecnología. Sus 4 co-fundadoras (Melina Masnatta, Carolina Hadad, Sofía Contreras y Mariana Varela), que provienen del sector de la tecnología, “a lo largo de sus recorridos habían encontrado un montón de barreras que habían dificultado su desarrollo y, cuando se conocieron, se dieron cuenta que esas dificultades eran muy similares entre sí y con las de otras mujeres. Entonces decidieron formar la organización para trabajar con jóvenes mujeres y acompañarlas en su formación para que superen esas barreras al acceso y la permanencia dentro de las áreas de ciencia y tecnología” relata Paula, que forma parte de un equipo de 8 personas que conforman el staff permanente, aparte de sus fundadoras.
La ONG inició su camino en 2015 y creció exponencialmente. En la actualidad se extiende a 18 países de la región, con más de 7 mil mujeres que participaron de sus programas y crearon más de 700 soluciones de impacto social.
La pandemia de COVID-19 fue tomada por sus miembros como una oportunidad para digitalizar sus propuestas y extender su alcance regional. E incluso permitió “enriquecer la inteligencia cultural que se plasma al momento de construir soluciones tecnológicas orientadas a resolver problemas cotidianos de estas jóvenes”, comenta Paula Coto.
Un proceso de crecimiento
La propuesta educativa de Chicas En Tecnología está planteada como un proceso en el cual, la joven, pasa por distintas etapas de formación que la van nutriendo de conocimientos a medida que orienta su educación en base a los intereses que van surgiendo en su camino.
A partir de esta idea, ofrecen espacios de educación para las diferentes etapas de aprendizaje, que son de carácter gratuito y para mujeres de entre 13 y 23 años.
Como parte de la etapa inicial, tienen programas de motivación y talleres, “donde las jóvenes se interiorizan sobre lo que trata la ciencia y la tecnología, se les muestra quienes trabajan en estos sectores y que líderes hay, en muchos casos es el primer acercamiento con este tipo de temáticas.”, explica Paula y agrega que también tenemos propuestas de desarrollo inicial, donde desarrollan una solución tecnológica y aprenden sobre el método científico, programación, análisis de datos, etc”.
Estos espacios no requieren conocimientos previos y son necesarios para que las alumnas iniciales comiencen a sumergirse en el mundo de la tecnología, con la posibilidad de diseñar su recorrido académico en caso de que quieran seguir aprovechando las oportunidades que CET ofrece.
“Hay muchísimas barreras de acceso y permanencia que se van marcando”
A las mujeres que ya transitaron por esas instancias se les abren otras oportunidades de desarrollo como talleres, webinars, charlas, procesos de mentorías, pasantías, programas de becas y contenidos más específicos con mayor grado de especialización.
Respecto a esta oferta, Paula Coto dice: “Estas instancias están más orientadas a jóvenes que ya pasaron por espacios de formación iniciales y lo que se busca es acompañar y potenciar sus recorridos”.
“Lo que para nosotros es particularmente valioso es acompañar a las chicas ya que hay muchísimas barreras de acceso y permanencia que se van marcando, no en un punto particular de su vida sino en un continuo. Entonces tratamos de generar su empoderamiento y que entiendan que ellas pueden llevar adelante estos estudios” remarca la Directora Ejecutiva, dando cuenta del compromiso de Chicas En Tecnología con cada joven que se moviliza y adquiere experiencias en la organización.
Hacia la reducción de la brecha de género
«Cada vez hay más interés social por llevar el tema de la brecha de género a la agenda pero todavía queda mucho camino por recorrer, porque no es solo que las jóvenes se inserten a estas áreas, sino que sostengan sus trabajos, que puedan permanecer dentro del sector” dice Paula, consciente de los avances pero ocupada de lo mucho que falta.
Más allá del problema del acceso femenino a áreas de ciencia y tecnología, las mujeres que ya trabajan en el sector sufren muchas disparidades. Como describe Paula, “las mujeres perciben 30% menos de salario que los hombres en iguales posiciones, tienen menos reconocimiento por sus desarrollos y reciben menos ascensos, por eso menos del 20% tiene posiciones de liderazgo dentro del sector”.
Estas situaciones desiguales suelen desmotivar a las mujeres en sus carreras. Debido a eso Chicas En Tecnología no se concentra sólo en su ingreso a estos ámbitos sino en su formación y desarrollo continuo. Ya que “cuando vemos sus principales motivaciones en su carrera profesional, lo que más valoran son las oportunidades de desarrollo, que en muchos casos no reciben” comenta Paula son seguridad.
“No es solo que las jóvenes se inserten a estas áreas, sino que sostengan sus trabajos”
A partir de este diagnóstico es que CET diagramó 3 líneas de trabajo que abordan la brecha desde distintos ángulos:
La primera refiere a la formación y desarrollo de las jóvenes con distintas propuestas de todo tipo, que ya describimos anteriormente.
Por otro lado, se realizan trabajos de investigación e incidencia, donde “generamos diferentes datos e investigaciones que publicamos para entender más sobre la brecha de acceso y creamos indicadores que no existían para medirla”, explica Paulta Coto. Y agrega que esos datos los utilizan para generar incidencia diseñando campañas para visibilizar los problemas y ponerlos en agenda, “porque la invisibilización hace que muchos crean que no es un problema real sino algo puntual, pero si se ve la imagen completa del sector los patrones de falta de mujeres se repiten en todos los espacios”.
En última instancia, ya que, como dice Paula Coto, “no queremos solamente quedarnos con los datos”, desde Chicas En Tecnología trabajan junto al ecosistema de empresas, gobiernos, escuelas y universidades “para generar una red donde compartir buenas prácticas y mitigar estas cuestiones y para crear un espacio de contención que permita a las jóvenes formarse, acceder y permanecer dentro de estos ámbitos” concluye la integrante de CET.
En red es mejor
«Entendemos que la brecha de género en estas áreas requiere de un compromiso de todos al momento de fomentar que las próximas generaciones no tengan esta brecha y puedan desarrollarse plenamente, por eso es super importante trabajar con una mirada sistémica”, afirma Paula Coto convencida.
Para CET, un abordaje sistémico “implica formar integralmente a las jóvenes y acercarles experiencias y oportunidades de desarrollo pero también trabajar con todos los actores que forman parte de su recorrido y en muchos casos posibilitan que ellas se interesen en la ciencia y la tecnología” explica la Directora.
“La brecha de género en estas áreas requiere de un compromiso de todos”
A partir de esta visión es que Chicas en Tecnología trabaja, como se mencionó, junto con el sector público en distintas jurisdicciones, con escuelas y universidades y con el sector privado, que ofrecen oportunidades de desarrollo para ellas y nutren su recorrido. También articulan con otras ONGs que vienen trabajando estas temáticas desde diferentes enfoques.
“Esta gran red de actores entra en juego siempre para ver qué aporte puede hacer para el acompañamiento de las jóvenes”, explica Paula.
En efecto la comunidad con la que trabaja CET es muy grande y sus alianzas se extienden a altas esferas empresariales y gubernamentales, lo que les permitió ganar en influencia y en financiación para sus iniciativas, que cada vez son más solicitadas por jóvenes de toda la región.
Este gran crecimiento condujo a la ONG a recibir numerosos reconocimientos y premios, que las impulsan a seguir en este camino y a no desviarse. Porque, aunque el sendero sea tupido e incierto, el equipo de personas activas y comprometidas que conforman Chicas En Tecnología no dudará en abrirse paso por él.
4ta edición del Desayuno para empresas del ámbito tecnológico emprendedor
En síntesis
Chicas En Tecnología
- Año de inicio: 2015
- Misión: reducir la brecha de género en tecnología en la región.
- Principales acciones: cursos, talleres, webinars, charlas, procesos de mentorías, pasantías, programas de becas, investigaciones, publicaciones.
- Visión a futuro: Motivación, formación y acompañamiento a la próxima generación de mujeres líderes en tecnología.
- ¿Cómo ayudar? Donando aquí.
Medios de contacto
Mail: prensa@chicasentecnologia.org
Página WEB: https://chicasentecnologia.org/
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