El reciclaje de aceite vegetal usado, tanto en hogares como en restaurantes, se ha convertido en una necesidad creciente en nuestra sociedad. Cada año, miles de millones de litros de aceite son desechados de manera incorrecta, lo que genera graves problemas medioambientales al contaminar el agua y el suelo. En ese sentido que las empresas empiecen a trabajar en el reciclaje de este componente es de vital importancia para la salud de las ciudades. DH-SH es una empresa de la provincia de Santa Fe (Argentina), localizada en el corazón del polo aceitero, que ha avanzado significativamente en este recurso y desde Utopía Urbana te contamos su historia.
Para eso charlamos con Antonella Druetta, responsable de Medio Ambiente en DH-SH SRL, quien explicó: “El aceite usado termina en el desagüe, en el patio o en una botella al lado de la bolsa de basura, lo cual va a terminar en el basural o en el relleno sanitario. O peor aún, alguien lo sigue cocinando, y sabemos que es peligroso”. Es urgente crear conciencia sobre el impacto de este desecho, y emprender acciones para su correcta disposición.
El aceite reciclado no solo evita la contaminación, sino que puede tener un segundo uso, transformándose en biocombustible, una fuente de energía más limpia que contribuye a la reducción de emisiones de carbono. Para ello, es vital el desarrollo de emprendimientos especializados, como DH-SH SRL, que desde 2017 ha llevado adelante una campaña de recolección de aceite usado en 15 provincias de Argentina.
UNA EMPRESA PIONERA EN LA GESTIÓN DE RESIDUOS ACEITEROS
DH-SH SRL, con más de 20 años de experiencia en logística y saneamiento industrial, ha extendido su labor al reciclaje de aceite vegetal. Desde su sede en la localidad de Capitán Bermúdez, en el corazón del polo aceitero más grande del mundo, la empresa presta servicio a locales gastronómicos y hogares. “Empezamos a recolectar aceite usado en 2017, viendo que había una gran falencia en este servicio”, señala Druetta.
El proceso de reciclaje de DH-SH SRL comienza con la recolección de aceite usado en restaurantes y comercios gastronómicos, para lo cual cuentan con camiones propios y personal capacitado. A través de un servicio gratuito, garantizan que los residuos sean retirados y gestionados de manera adecuada. Además, la empresa ha instalado puntos verdes en 100 municipios del país, permitiendo que cualquier ciudadano deposite su aceite usado de manera segura.
“Firmamos más de 100 convenios con municipios para que los vecinos puedan llevar su botella de aceite a los puntos verdes. De esta manera, evitamos que el aceite termine en lugares inapropiados”, destacó Druetta. El compromiso de la empresa con la educación también ha sido clave, llevando adelante campañas educativas que han alcanzado a más de 3.000 alumnos, multiplicando el mensaje de reciclaje en sus comunidades.
DEL ACEITE USADO AL BIOCOMBUSTIBLE: UN CICLO SOSTENIBLE
Una vez recolectado el aceite, DH-SH SRL lleva a cabo un proceso de restauración que permite su transformación en biocombustible de segunda generación. Este proceso incluye la filtración, decantación y mediciones químicas para garantizar la calidad del producto final. “El aceite viene en diferentes variedades y no le pedimos al generador que lo filtre. Nosotros nos encargamos de todo, desde el acondicionamiento hasta la comercialización del biocombustible”, explicó Druetta.
Este biocombustible es una fuente de energía más limpia que los combustibles fósiles tradicionales y contribuye a la reducción de la huella de carbono. Además, el proceso asegura que el aceite no regrese al circuito alimentario, evitando riesgos para la salud pública.
UN FUTURO SOSTENIBLE A TRAVÉS DEL RECICLAJE DE ACEITE
El reciclaje de aceite vegetal es una tarea esencial para la protección del medio ambiente y la generación de energías limpias. Empresas como DH-SH SRL, con su enfoque integral que incluye la recolección, el tratamiento y la conversión del aceite en biocombustible, están allanando el camino hacia un futuro más sostenible. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas depende también de la concientización de la sociedad. Como subraya Druetta, “el desarrollo es una cuestión continua que va mucho de la mano de la concientización”.