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Con técnicas innovadoras y materiales sostenibles, la bioconstrucción no solo reduce costos, sino que también promueve una vida en armonía con la naturaleza de manera más sostenible. Conoce el caso de “Arte y Tierra” en esta entrevista con Beli Ortiz, fundadora del emprendimiento que ya impactó en casi 4000 personas. 

La bioconstrucción se presenta como una solución innovadora y ecológica para los problemas de vivienda en Argentina. Este enfoque no solo reduce los costos de construcción, sino que también genera una experiencia de vida en armonía con la naturaleza. Por eso, desde Utopía Urbana dialogamos con Beli Ortiz, fundadora de “Arte y Tierra”, que destaca la importancia de esta práctica y su creciente popularidad a nivel mundial. 

Según Ortiz, «los pilares de la bioconstrucción están hechos de la convicción que nace del corazón sensible, de saberse parte de un mundo natural, de saberse responsable y hacerse parte activa en la aplicación y la reproducción de esta forma de construir y de ser uno con el mundo».

A lo largo de estos años trabajando en la bioconstrucción, desde “Arte y Tierra” trabajaron en 7 países, realizando casi 100 talleres y mejorando la calidad de vida de alrededor  4 mil personas, teniendo un impacto más que positivo en su forma de trabajar. 

La construcción tradicional, especialmente el uso de concreto y hormigón, es una de las actividades humanas que más contribuyen a la contaminación ambiental. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la industria de la construcción es responsable de aproximadamente el 39% de las emisiones de CO2 a nivel mundial. Además, la producción de concreto y hormigón genera una cantidad significativa de residuos y consume grandes cantidades de energía eléctrica. En contraste, la bioconstrucción utiliza materiales naturales y técnicas sostenibles que minimizan el impacto ambiental.

Para ello, además de los fundamentos de la bioconstrucción, han surgido distintas alternativas que desde Utopía Urbana hemos resaltado a lo largo de este tiempo, algunos de los más destacados son los ladrillos hechos de bacterias, la construcción hecha mediante hongos o incluso la impresión de casas con impresión 3D

La bioconstrucción emplea técnicas de diseño inspiradas en la naturaleza y la arquitectura bioclimática. Entre las técnicas más comunes se encuentran la construcción de muros con quinchas, tapiales, rollos de paja, corwood, paja encofrada, y techos vivos. Estas técnicas no solo son más sostenibles, sino que también promueven la eficiencia energética y la durabilidad de las estructuras. Para conocer un poco más sobre esta cuestión es que la especialista nos clarifica: «Utilizamos técnicas de diseño inspirados en la naturaleza, de arquitectura bioclimática, técnicas de levantamiento de muros como quinchas, tapiales, rollos de paja, corwood, paja encofrada, techos vivos, tadelakt, modelado directo y relieves, pinturas naturales», señala Ortiz.

A pesar de sus beneficios, la bioconstrucción aún enfrenta ciertos mitos y prejuicios. Algunos creen erróneamente que este tipo de construcción es menos resistente o que está destinada solo a personas de bajos recursos. Sin embargo, Ortiz subraya que «los mitos a transformar van desde la creencia de que es mucho más económico construir de manera tradicional que convencional, hasta que las casas de barro son menos resistentes a sismos, tormentas, para personas pobres o nichos de insectos peligrosos».

Poder emplear la bioconstrucción en el día a día es parte de pensar en un medioambiente más sano con practicas sostenibles y de buena calidad. Reducir la contaminación es uno de los ejes fundamentales de este tipo de hogares que además permiten y facilitan el acceso a una mejor calidad de vida. 

La bioconstrucción también promueve el trabajo en comunidad y el aprendizaje colectivo. «La recomendación principal es tener claro de dónde nace la idea de construir con barro, haciendo un proceso introspectivo a propósito, escudriñando para aprender y estando decididamente abiertos a las infinitas posibilidades que crea animarse a retornar al origen de este oficio sagrado que es la construcción», explica Ortiz. Esta práctica no solo crea hogares sostenibles, sino que también fortalece los lazos comunitarios y fomenta una mayor conciencia ambiental.

En conclusión, la bioconstrucción se presenta como una alternativa viable y sostenible para abordar parte de los desafíos de vivienda en Argentina. Con su enfoque en materiales naturales y técnicas tradicionales, esta práctica no solo reduce el impacto ambiental, sino que también promueve una vida en armonía con la naturaleza. Como menciona Ortiz, «en todo el mundo se está recordando que existen formas amorosas, respetuosas, profesionales y hermosas de llevar adelante la construcción natural». A medida que más personas y comunidades adopten estas prácticas, podremos avanzar hacia un futuro más sostenible y equitativo.

  • Emprendimiento: Arte y Tierra
  • Ubicación: Trabaja en 7 países
  • Técnicas Utilizadas: Bioconstrucción, técnicas de diseño inspiradas en la naturaleza, arquitectura bioclimática, quinchas, tapiales, rollos de paja, corwood, paja encofrada, techos vivos, tadelakt, modelado directo y relieves, pinturas naturales.
  • Impacto:
    • Mejoró la calidad de vida de alrededor de 4.000 personas.
    • Realizó casi 100 talleres.
    • Promovió la construcción sostenible y la vida en armonía con la naturaleza.
  • Logros:
    • Reducción de Costos y Sostenibilidad: La bioconstrucción no solo reduce los costos de construcción, sino que también genera una experiencia de vida en armonía con la naturaleza.
    • Impacto Ambiental: Utiliza materiales naturales y técnicas sostenibles que minimizan el impacto ambiental, en contraste con la construcción tradicional que es responsable de aproximadamente el 39% de las emisiones de CO2 a nivel mundial.
    • Educación y Comunidad: Fomenta el trabajo en comunidad y el aprendizaje colectivo, fortaleciendo los lazos comunitarios y promoviendo una mayor conciencia ambiental.

  • La industria de la construcción es responsable del 39% de las emisiones de CO2 a nivel mundial (PNUMA).
  • La producción de concreto y hormigón genera una cantidad significativa de residuos.
  • El proceso de construcción tradicional consume grandes cantidades de energía eléctrica.

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