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En Argentina, el debate sobre la electromovilidad cobró fuerza en el segundo Foro Legislativo de Movilidad Sostenible y Agenda 2030. El  proyecto de ley que impulsaba esta transición hacia vehículos más limpios sigue relegado, pero ahora  se despertó la necesidad de retomar la discusión para avanzar hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

En el marco del segundo Foro Legislativo de Movilidad Sostenible y Agenda 2030 en Argentina, cientos de expertos se reunieron para debatir el futuro de la electromovilidad en el país. Esta iniciativa, que reunió a destacados referentes del sector, ha puesto sobre la mesa la urgencia de avanzar en políticas que impulsen el uso de vehículos eléctricos y sostenibles como parte de una estrategia integral hacia un futuro más verde.

Argentina, que cuenta con un proyecto de Ley de Movilidad Sostenible desde hace algunos años, lamentablemente ha visto cómo esta legislación ha quedado relegada y sin el tratamiento adecuado. La propuesta original, compuesta por 82 artículos, buscaba establecer un marco normativo que incentiva tanto la adquisición como la producción de vehículos eléctricos, pero ha sido postergada en el olvido político, siendo catalogada como “cajoneada”. 

Entre los puntos más controversiales de esta ley se encontraba el artículo 79, que planteaba la prohibición de la comercialización de vehículos con motor de combustión interna a partir del año 2041. Esta medida, si bien generó resistencia, es vista por muchos como fundamental para avanzar hacia una movilidad más limpia y sustentable en el país.

La diputada del Pro, Silvana Giudici, ha sido una de las voces más firmes en este debate, instando a la necesidad de consensuar una normativa que promueva la electromovilidad en Argentina. En sus palabras, relevadas por la cobertura de Mobility Portal explicó: “No se trata solo de una mirada parcial. Debemos generar toda la normativa que impulse tanto el desarrollo de las energías alternativas como el crecimiento de la industria. Debemos hablar no solo de la punta de la cadena, sino de todos los actores que deben movilizarse para regular la electromovilidad en Argentina”.

El debate viene porque durante los últimos años, si bien el tema estuvo en discusión, no se lograron resultados grandilocuentes en materia de impulso a la transición a la movilidad sostenible. La actualidad muestra que en Argentina se patentaron sólo 9.601 unidades en el año 2023 según SIOMAA, un 22% más que el año previo, pero el número es sólo el 2,1% del total de vehículos comercializados en el país. Por otra parte, a nivel de electromovilidad en transporte de pasajeros, la dinámica también es lenta y está alejada de países como Colombia y Chile, que marcan el rumbo en la región.

 El que sabe de esta evolución errática y llamó la atención al presidente, fue el dirigente alemán Peter Neven, ministro de la embajada de Alemania quien aseguró: “Si el Estado no se involucra va a costar mucho la transición energética. No podemos tomarnos 100 años porque será tarde para el cambio climático”.

El impulso hacia una legislación integral en materia de electromovilidad no solo representa una oportunidad para reducir la huella ambiental del transporte en Argentina, sino que también puede ser un motor de crecimiento económico y de innovación tecnológica en el país. Es crucial que los distintos sectores políticos y la sociedad en su conjunto se unan en este esfuerzo por promover una movilidad más limpia y responsable en Argentina, en línea con los objetivos de desarrollo sostenible planteados para el año 2030.

Por otra parte, el alemán aseguró que Argentina tiene un lugar de privilegio dentro de la industria mundial por ser una de las máximas reservas en la industria del hidrógeno verde. “Argentina tiene todas las oportunidades para convertirse en el próximo Arabia Saudita por el potencial de producción de hidrógeno verde”, claro que para ello hay que trabajar en pos de la producción nacional algo que de momento no está sucediendo. 

El camino hacia la electromovilidad no es solo una opción, sino una necesidad imperante en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental. Es hora de que Argentina asuma un liderazgo en este ámbito y se sume al movimiento global hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

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