En una ambiciosa estrategia de movilidad, el Ayuntamiento de Praga (capital de la República Checa) ha dado un paso audaz hacia el futuro del transporte público por medio de una medida que permitirá el avance hacia la implementación del metro autónomo. Con este increíble plan buscan mejorar el servicio para sus usuarios y avanzar en la automatización del transporte subterráneo.
Para ello aprobaron la compra de 69 trenes sin conductor, que revolucionarán el servicio en las líneas C y D del metro local. Esta iniciativa marca el comienzo de un proceso de automatización que promete mejorar la eficiencia y seguridad del sistema de transporte subterráneo mejorando la trazabilidad del esquema de transporte y reduciendo accidentes de tránsito.
Según las autoridades locales, los nuevos trenes automatizados estarán operativos a partir de 2029, reemplazando a los modelos obsoletos y mejorando significativamente la experiencia del usuario. El vicealcalde Zdeněk Hřib defendió la propuesta inicial de automatización argumentando que los trenes convencionales ya no son una opción viable para el futuro.
“El objetivo es reducir el tiempo pico de espera actual de 115 segundos a 90 segundos. También queremos aumentar la capacidad de transporte y la velocidad de viaje de los pasajeros, y aumentar la seguridad y confiabilidad de la operación de los trenes mediante la instalación de puertas mosquiteras en los andenes de las estaciones”, expresó el funcionario.
PUNTOS FLOJOS DEL PLAN
Praga es una ciudad que viene trabajando en muchos sentidos para su modernización y transición hacia una ciudad inteligente y sustentable, siendo un ejemplo de ello la priorización del “turismo sostenible” mediante medidas innovadoras y un enfoque centrado en la comunidad.
Ahora en el caso del transporte, con la introducción del Metro autónomo, busca dar un paso para la mejora de la movilidad urbana. Sin embargo, la introducción de esta tecnología no está exenta de preocupaciones y críticas. Uno de los principales puntos de preocupación gira en torno a los costos asociados, que se estima ascenderán a alrededor de 3,45 mil millones de euros, incluidos los gastos de mantenimiento hasta la década de 2060. Algunos funcionarios locales expresaron su inquietud por el impacto financiero a largo plazo en el presupuesto de la ciudad.
Además, existe una preocupación legítima sobre la seguridad de la introducción de trenes sin conductor en un entorno donde la seguridad de los pasajeros es primordial. No obstante, Martin Sedeke, jefe del comité de transporte, señaló que las máquinas suelen cometer menos errores que los humanos, destacando la racionalidad de confiar en la tecnología para operar los trenes.
La estrategia de Praga para impulsar el metro autónomo tiene como objetivo principal mejorar la seguridad y eficiencia del sistema de transporte subterráneo. Se espera que la automatización reduzca los tiempos de espera en horas pico y aumente la capacidad de transporte en la línea C hasta en un 20%. Además, se prevé una reducción significativa de los costos operativos, con un ahorro anual de hasta 30 millones de euros.
En cuanto al impacto en el empleo, el teniente de alcalde de Transportes de Praga, Zdenek Hřib, aseguró que la automatización se compensará con nuevas posiciones operativas en la línea D del metro y jubilaciones previstas. Se está implementando un programa social específico para mitigar cualquier impacto negativo en el empleo.
En resumen, la estrategia de Praga para impulsar el metro autónomo representa un paso crucial hacia el futuro del transporte público en la ciudad. Con la promesa de mejorar la eficiencia, seguridad y capacidad del sistema de metro, esta iniciativa demuestra el compromiso de Praga con la innovación y la mejora continua de la calidad de vida de sus ciudadanos, en una de las ciudades más hermosas del mundo.
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