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sustentables e inclusivas.

El especialista asociado a Pacto Global Argentina dialogó en exclusiva con Utopía Urbana y brindó detalles sobre el reciente estudio realizado por la entidad. En el mismo buscan avanzar sobre el conocimiento de los esfuerzos de las empresas por reducir y mitigar su huella de carbono. Conoce la visión de Nicolás Liarte-Vejrup en esta entrevista. 

En una conversación reveladora con Nicolás Liarte-Vejrup, líder especialista en sustentabilidad y consultor asociado a la red Pacto Global Argentina, nos sumergimos en el fascinante universo del Estudio de Huellas de Carbono en Empresas recientemente realizado por dicha organización. Liarte-Vejrup nos transporta al contexto en el cual se gestó este estudio, destacando la importancia de comprender la huella de carbono en un nivel global y la necesidad de abordar la sustentabilidad de manera integral. El rol de Pacto Global Argentina es clave en este impulso, ya que se trata de la iniciativa de responsabilidad social corporativa más grande del país (más de 900 participantes). Su objetivo es movilizar al sector empresarial así como a otros stakeholders a comprometerse con 10 principios universales de las Naciones Unidas.

Al desentrañar los resultados del estudio, Liarte-Vejrup nos introduce a un panorama donde el 59% de las firmas participantes manifiestan un interés en medir su huella de carbono, aunque con conocimientos escasos. En este análisis, el especialista destaca la necesidad de fortalecer iniciativas formativas que involucren al empresariado argentino en la lucha contra el cambio climático. La falta de diferencias sectoriales notables indica una oportunidad para el desarrollo de programas que fomenten la medición y gestión de emisiones a lo largo de toda la cadena de valor.

La entrevista nos lleva más allá al explorar el nivel de compromiso de las empresas argentinas en la reducción de su huella de carbono. Liarte-Vejrup revela que del 59% que no mide su huella, un significativo 44% expresa la intención a corto plazo de tomar acciones de medición. Aquí, se destaca la necesidad de una metodología estandarizada internacionalmente, respaldada por el Gobierno, que facilite la medición y la toma de decisiones para lograr una descarbonización gradual.

El diálogo se expande hacia la importancia estratégica de que las empresas trabajen en sus huellas de carbono, conectando estos esfuerzos con objetivos basados en la ciencia y promoviendo una agenda compartida. La participación del gobierno, a través de programas de incentivos y políticas públicas, es crucial para catalizar la descarbonización de la economía, convirtiéndola en una oportunidad para construir un modelo económico verde e inclusivo.

Finalmente, Liarte-Vejrup comparte sus reflexiones sobre la identificación de sectores más comprometidos en la industria, señalando la tendencia de las empresas vinculadas al mercado internacional a priorizar la medición de la huella de carbono en sus KPI estratégicos. Además, destaca ejemplos inspiradores a nivel nacional, destacando las estrategias de Grupo Andreani y Schneider Electric, quienes han colocado la medición, reducción y mitigación de su huella de carbono como pilares fundamentales en sus estrategias a largo plazo.

Aquí te dejamos detalles de la entrevista.

Los participantes del estudio manifestaron interés en medir la huella de carbono, aunque con un conocimiento escaso. Es destacable que, quién reconoce medir la huella de carbono lo hace gestionando sus impactos directos e indirectos. En dichos casos sería oportuno darle mayor visibilidad, como mejores prácticas para estimular el contagio virtuoso. 

En este sentido, también es clave el trabajo con la cadena de valor, acompañando, capacitando y finalmente exigiendo gestión sobre sus emisiones. Por los datos analizados entendemos que se hace imperioso fortalecer iniciativas formativas que inviten al empresariado argentino a involucrarse con mayor fuerza en la lucha contra el cambio climático a través de la medición de huella de carbono y extender su responsabilidad ambiental a su cadena de suministro. No se avizoran diferencias sectoriales notorias que determine que un sector cuente con mayor compromiso en la medición de la huella de carbono.

Del 59% que mencionó no medir, un importante 44% de respuestas reconoció la intención a corto plazo de tomar acciones de medición. Dicho dato representa una oportunidad para aquellos organismos, e instituciones para el desarrollo de programas que dejen capacidades instaladas en las empresas y así comenzar a medir y posteriormente tomar medidas concretas para descarbonizar paulatinamente la producción.

Considero que se debería facilitar una metodología estandarizada internacionalmente desde un ente gubernamental, que facilite la medición, el análisis y toma de decisiones para comenzar a reducir y mitigar la huella de carbono. No menos importante es lograr estímulos para la descarbonización de la producción. Seguramente frente a escenarios económicos con menor incertidumbre sería más fácil incorporar conceptos y herramientas que faciliten la descarbonización.  

Entendemos que en forma consecuente se debería avanzar en una agenda compartida que promueva en primera instancia la medición de huella de carbono en sus 3 scopes teniendo en cuenta los objetivos basados en la ciencia. Se podría también contar con definiciones y metodologías estandarizadas, que hayan sido probadas y avaladas en otras latitudes. No menos importante para dicha agenda es incorporar preocupaciones como el transporte y la movilidad sostenible.

En ambos casos, es el Gobierno un actor central para establecer programas de incentivos y políticas públicas que alienten a asumir los desafíos de descarbonización de la economía como una oportunidad para construir un nuevo modelo económico, verde e inclusivo. El Acuerdo de Escazú, primer tratado ambiental regional de América Latina y el Caribe, establecido en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río 20). Este Acuerdo es el resultado de la simbiosis entre el derecho ambiental y los derechos humanos en el ámbito del derecho internacional. 

El núcleo del Acuerdo de Escazú es asegurar la aplicación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los “tres derechos de acceso”: información ambiental, participación pública en la toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en temas ambientales; construir, fortalecer capacidades y cooperar para contribuir a proteger a todos, las generaciones presentes y futuras, para vivir en un medio ambiente saludable y desarrollarse de manera sostenible (art. 3). 

En su artículo 5 el acuerdo nos menciona, que se garantiza el derecho del público de acceder a la información ambiental, de acuerdo con el principio de máxima publicidad, es decir que la divulgación de información ambiental debería estar disponible en formatos accesibles, lo cual representa una oportunidad para que organismos y empresas alineen sus estrategias ambientales y de sostenibilidad en relación con el acuerdo. Fortaleciendo el diálogo multi–stakeholders. 

Del estudio no se desprende una mejor situación de un sector sobre el otro, sin embargo, por lo general es de público conocimiento que las empresas vinculadas al mercado internacional, ya bien por comercializar o por estar integrados en una cadena global, que tengan en su agenda la medición de la huella de carbono en sus KPI`s estratégicos.

Tuvimos la posibilidad a través del Estudio de tomar contacto con la estrategia del Grupo Andreani y Schneider Electric, ambos caminos recorridos fueron diferentes sin embargo dignos de emular. Como eje central de su estrategia cuentan el medir, reducir y mitigar su huella de carbono en cada periodo. Estrategia de largo plazo y construcción de equipos.

A medida que las empresas argentinas muestran un interés creciente en la medición de su impacto ambiental, surge una oportunidad única para la implementación de iniciativas educativas y estrategias de gestión sostenible. El llamado a la estandarización internacional y el respaldo gubernamental resuenan como elementos esenciales para catalizar un cambio significativo, mientras se subraya la necesidad de construir un modelo económico verde que no solo sea beneficioso para las empresas, sino también para el medio ambiente y la sociedad.

La entrevista revela un panorama diverso y dinámico, donde empresas como Grupo Andreani y Schneider Electric destacan como faros guía en la adopción de prácticas sustentables. A medida que estas compañías demuestran que la medición, reducción y mitigación de la huella de carbono pueden ser parte integral de una estrategia empresarial exitosa, queda claro que la sustentabilidad no es sólo un imperativo ético, sino una oportunidad para construir un futuro empresarial más resiliente y en armonía con el entorno. 

La colaboración entre sectores, la implementación de políticas públicas, la adopción de estándares internacionales y el rol de actores como la Red Pacto Global Argentina emergen como elementos cruciales en el camino hacia un mundo empresarial más sostenible y consciente de su impacto ambiental.

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