No son nada nuevos los esfuerzos de los todo tipo de gobiernos por adaptar su enfoque de gestión ante un mundo desafiante. Dentro de esto, descarbonizar la movilidad aparece como uno de los principales objetivos a mediano y largo plazo. En Argentina, por sus características físicas y su gran perfil urbano, esta problemática esta plenamente vigente y los gobiernos de diferentes niveles (nacional, provincial y municipal) están trabajando decididamente en diversas estrategias para transformar la realidad y la dependencia a los combustibles fósiles.
En este contexto, en el curso del 2023 desde la Dirección Nacional de Evaluación Estratégica de Programas de Transporte del Ministerio de Transporte de la Nación presentaron una imponente Guía para la Planificación de la Movilidad Urbana Sostenible en Argentina. En esta nota te contamos algunos de sus principales objetivos, ideas y planes.
La misma se hizo en un escenario donde las ciudades continúan su expansión y la población urbana crece de manera constante, América Latina, y en particular Argentina, enfrenta desafíos significativos en el ámbito de la movilidad urbana. Con más del 90% de su población viviendo en zonas urbanas, el país se ve compelido a repensar sus sistemas de transporte en pos de la sostenibilidad y la calidad de vida de sus ciudadanos.
MOVILIDAD URBANA, DESAFÍO ARGENTINO
La movilidad urbana sostenible emerge como una oportunidad para transformar el actual modelo de transporte y desarrollo de ciudades. El Ministerio de Transporte ha respondido a este desafío con el lanzamiento del Plan Nacional de Transporte Sostenible, aprobado por la Resolución Nº 635/2022. Este plan busca impulsar la transición y eficiencia energética en el transporte, reducir las emisiones y mejorar la accesibilidad en todo el país.
Argentina se encuentra entre los países más urbanizados de América Latina. Sin embargo, las tendencias actuales señalan un crecimiento de las ciudades intermedias, generando un desafío adicional en términos de movilidad. El crecimiento en la extensión territorial de las ciudades sin un aumento proporcional en la población resulta en una disminución de la densidad, afectando la movilidad y generando externalidades negativas.
La Guía promueve un enfoque de movilidad sostenible. Al respecto expresa que “es un modelo de desplazamiento que contempla las dimensiones sociales, económicas y ambientales. El paradigma de la sostenibilidad al atender los impactos ambientales de los medios de transporte y la inclusión de la estructura social en el tratamiento de la movilidad cotidiana, espera brindar un acceso equitativo a bienes, servicios y fuentes de trabajo, limitando las externalidades negativas de la movilidad en las distintas dimensiones trabajadas”.
Bajo este enfoque, algunas premisas son avanzar hacia: Ciudades saludables, equitativas y accesibles; Escala humana; Priorización de los modos de transporte más sostenibles; y Eficiencia de los sistemas de transporte e intermodalidad.
Vale aclarar que el armado de esta Guía de movilidad fue financiado por la Unión Europea y el Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) a través de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) en el marco del programa Euroclima
DESIGUALDAD SOCIAL Y MOVILIDAD
La relación entre movilidad, desarrollo urbano y desigualdad social es un aspecto crucial que se debe abordar en la planificación de la movilidad urbana sostenible. Estudios en Argentina revelan que los hogares de menores ingresos viajan menos, utilizan predominantemente modos masivos o no motorizados, y muestran un significativo uso de la motocicleta. La movilidad se convierte así en un factor determinante en la calidad de vida y en la participación de todos los estratos sociales en las oportunidades que brinda la ciudad.
Otro factor importante citado en el documento es el incremento sostenido de la tasa de motorización en el país, dado que ya existe un parque circulante de más de 1 vehículo cada 2 personas, contemplando todo tipo de vehículos (vehículos automotores, motos, maquinaria agrícola, etc.).
Asimismo se da cuenta de los diferentes perfiles de viajes (Movilidad activa, Automóvil, Moto o Transporte colectivo) según el perfil urbano en el que se viva.
Distribución modal de los viajes en las ciudades argentinas.
Fuente: Barbero, Millán, Sicra (2020), con base en (INDEC, 2020), (Muller A. c., 2020) y (INDEC-MIyT, 2014).
MEDIDAS A TENER EN CUENTA
En este sentido, podemos decir que el camino hacia una movilidad urbana sostenible implica un enfoque estructurado y adaptable a las necesidades específicas de cada jurisdicción. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) se erige como la herramienta clave para satisfacer las necesidades de movilidad de la población y mejorar la calidad de vida. Este proceso consta de 4 fases esenciales:
- Preparación y Análisis: Comprender la realidad local, diagnosticar necesidades y proyectar soluciones adaptadas.
- Desarrollo de la Estrategia: Diseñar un enfoque integral basado en la realidad particular de cada jurisdicción, con énfasis en la transversalización del género.
- Planificación de Medidas: Implementar medidas específicas para mejorar la movilidad, incluyendo redes peatonales, infraestructuras para ciclistas, reconversión de flotas a esquemas eléctricos y gestión de velocidad.
- Implementación y Monitoreo: Poner en práctica las medidas planificadas y monitorear continuamente para evaluar su efectividad y realizar ajustes según sea necesario.
En la búsqueda de una movilidad urbana sostenible, Argentina ha trazado un camino integral que aborda diversas dimensiones del transporte. Algunos ejes y acciones sugeridas son los siguientes:
- Medidas de movilidad a pie: por ejemplo, consolidando una red peatonal eficiente, veredas accesibles y cruces seguros. Además, se promueve la información peatonal y la creación de caminos escolares, generando entornos seguros y amigables para los peatones, especialmente para los más jóvenes. Esta estrategia no solo contribuye a la salud pública y la calidad de vida, sino que también reduce la congestión vehicular y las emisiones contaminantes.
- Medidas para el uso de bicicletas: en paralelo, se busca potenciar la movilidad en dos ruedas mediante la creación de sendas para ciclistas, esquemas de bicicletas compartidas y estacionamientos seguros. Fomentar el uso de la bicicleta no solo reduce la dependencia de vehículos motorizados, sino que también promueve un estilo de vida activo y saludable.
- Medidas para el Transporte Público de Pasajeros: La apuesta por la movilidad eléctrica en el transporte de pasajeros constituye otro pilar importante, con la reconversión de flotas hacia esquemas eléctricos y la reorganización de la red existente. Esta transición no solo reduce la huella ambiental, sino que también impulsa la innovación en el sector del transporte. También se contemplan acciones como el desarrollo de apps y sistemas de información para la planificación del viaje.
- Medidas para la gestión vial y desincentivo del uso de transporte privado motorizado: Se promueve la jerarquización de vehículos para dar prioridad a formas de transporte más sostenibles, la gestión de velocidad y la intención de reducir accidentes viales reflejan un compromiso hacia una movilidad segura y equitativa. Estas acciones no solo buscan mejorar la fluidez del tráfico, sino también garantizar que la movilidad esté al alcance de todos, independientemente de su posición social, género o capacidades físicas. En conjunto, estas iniciativas marcan un camino claro hacia una movilidad urbana que privilegia la sostenibilidad, la inclusión y la seguridad.
- Medidas para el transporte urbano de cargas: aquí se tienen en cuenta factores como la evaluación de los accesos de vehículos de carga a áreas urbanas, las redes de distribución y transporte de carga de última milla, así como también la reconversión de flotas y nuevas tecnologías.
- Datos abiertos y tecnología aplicada a la tecnología: este ítem se vuelve determinante en tiempos actuales. Se refiere al uso de datos para la gestión y planificación de la movilidad, el monitoreo y seguimiento de la misma, así como la gestión de la demanda.
- Desarrollo urbano, uso del suelo y espacio público: contempla el desarrollo orientado a la accesibilidad; paseos lineales e infraestructura verde; ampliación de espacios públicos; y todo tipo de intervenciones de urbanismo táctico.
En síntesis, la movilidad urbana sostenible no solo es una necesidad, sino una oportunidad para moldear el futuro de nuestras ciudades. La guía proporcionada por el Ministerio de Transporte establece las bases para una transformación positiva, invitando a los tomadores de decisiones a abrazar la movilidad eficiente, equitativa, inclusiva y segura. Con un enfoque en la planificación adaptada a cada realidad local, Argentina puede liderar el camino hacia un futuro donde la movilidad sea un derecho accesible para todos.
Notas recientes sobre Movilidad:
- ¿Cómo es y dónde está la Estación de Carga Eléctrica Más Grande del Mundo?
- Tranvias autónomos, eléctricos y sin vías en China
- Transporte 2050: América Latina y el Caribe en la ruta hacia la descarbonización y la resiliencia climática
- El futuro sostenible de la electromovilidad en América Latina y el Caribe según BID Intal