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En el Informe de Brecha de Circularidad  se resalta la oportunidad de reducir la huella de carbono de la región en un tercio a través de la economía circular, lo que también fortalecería la resiliencia contra el cambio climático. Conoce detalles y recomendaciones de este reporte aquí. 

En un mundo impulsado por la producción y el consumo a gran escala, la economía circular se ha convertido en un imperativo global. Esta aborda la necesidad de un uso sostenible de los recursos naturales y busca minimizar el impacto ambiental a través de la reutilización y reciclaje eficiente de materiales. 

Sin embargo, medir y monitorear con precisión el progreso hacia una economía circular ha sido un desafío. En este contexto, surge el “Circularity Gap Report -CGR-“ (Informe sobre la Brecha de Circularidad), una iniciativa vital que arroja luz sobre la situación actual y las perspectivas de la economía circular en el mundo y en cada regiòn. Hace unos meses te contábamos la preocupación por los resultados del Circularity Gap Report 2023 a nivel mundial que indicaban que desde el 2018 a la actualidad se ha reducido la aplicación de la economía circular de un 9,8% a un 7,2%, siendo actores clave las empresas y los gobiernos que cada vez explotan más los recursos naturales.

En esta oportunidad analizaremos los resultados del Circularity Report 2023 de América Latina y el Caribe (ALC). Históricamente los países más pudientes han puesto sus ojos en ALC que se ha destacado como un foco mundial de extracción de materiales, contribuyendo con más del 11% de las materias primas extraídas a nivel global

Esto, según este reporte es sorprendente, considerando que la región sólo representa aproximadamente el 8% de la población mundial. Cada persona en los países de ALC consume, en promedio, alrededor de 12,4 toneladas de materiales al año, una cifra cercana a la media mundial de 12,2 toneladas, pero que supera el nivel estimado de consumo ‘sostenible’ de 8 toneladas por persona y año.

Aproximadamente el 40% de estos materiales extraídos se destinan a la exportación para satisfacer la demanda mundial, especialmente en forma de biomasa y minerales metálicos. Sin embargo, esta extracción tiene un costo significativo para los ecosistemas y las comunidades locales. Desde la deforestación hasta el cambio climático, las poblaciones locales a menudo sufren las consecuencias de esta sobreexplotación de la naturaleza.

NECESIDAD DE AVANZAR A UNA ECONOMÍA CIRCULAR

La economía de ALC depende en gran medida de materias primas vírgenes y reutiliza solo una pequeña fracción de lo que extrae de sus vastos recursos naturales. Además, aunque importa solo el 20% de las materias primas que utiliza, se mantiene en gran medida como una economía lineal. Esta dependencia de los recursos naturales presenta desafíos significativos para la sostenibilidad a largo plazo y la preservación del bienestar de la región.

El Circularity Gap Report (CGR) para América Latina y el Caribe surge como un llamado a la acción ante estas realidades preocupantes. La extracción insostenible de materiales y la dependencia de las economías de la región en los recursos naturales son problemas apremiantes que exigen una atención inmediata. Este informe destaca la necesidad de abrazar la economía circular como una vía para mitigar las presiones medioambientales, mejorar la calidad de vida de las sociedades y desbloquear nuevas oportunidades económicas.

El análisis del CGR revela que la implementación de estrategias de economía circular en sectores clave, como la agricultura y la manufactura, puede reducir significativamente las huellas de materiales y carbono de ALC. Incluso mejorar la gestión de residuos podría elevar la Métrica de Circularidad de menos del 1% al 6%. Además, esta transición hacia la economía circular tiene el potencial de crear hasta 8,8 millones de nuevos empleos formales en la región.

Asimismo, para ser más contundentes, desde CGR  ejemplifican con 5 vías para reducir la brecha de circularidad en en LAC:

  • Cambiar a un sistema alimentario circular (ejemplo: Brasil): implica “promover prácticas de agricultura regenerativa, como la agrosilvicultura, la permacultura y la gestión integrada de la ganadería, al tiempo que se fomentan dietas más equilibradas. Tambièn reducir y valorizar la pérdida y el desperdicio de alimentos”.
  • Construir un entorno circular (ejemplo: Colombia): (re)circulando los residuos de demolición y dando prioridad a las renovaciones frente a las nuevas construcciones, así como con métodos y prácticas más circulares en la construcción y eficiencia energética.
  • Desarrollar la circularidad en la manufacturación (ejemplo: Chile): se refiere a “mejorar los procesos y emplear tecnologías modernas para aumentar la eficiencia de los recursos y reducir y valorizar los residuos industriales para obtener más con menos”, así como avanzar hacia modelos de negocio circulares.
  • Transformar el sistema energético (ejemplo: Uruguay): aumento de la eficiencia y la reducción de la cantidad de energía desperdiciada, al tiempo que se amplían las energías renovables.
  • Reducir la generación de de residuos y mejorar su recirculación (ejemplo: Brasil): según CGR para controlar y limitar los crecientes flujos de residuos, ALC necesita recopilar más datos sobre los mismos, además de ampliar y renovar la infraestructura de gestión de residuos, introducir normativas más estrictas y capacitar a los recicladores informales.

UNA OPORTUNIDAD CONTINENTAL

El Circularity Gap Report para América Latina y el Caribe es una advertencia y una llamada a la acción. ALC tiene el poder de transformar su economía y abrazar la sostenibilidad a través de la economía circular. Esto no solo mejorará la calidad de vida de sus habitantes y protegerá sus riquezas naturales, sino que también puede desencadenar un impacto económico positivo a través de la creación de empleo y la reducción de las presiones ambientales.

Para lograrlo, es esencial que los responsables políticos en la región se comprometan y actúen en base a los hallazgos y recomendaciones de este informe, así como una sociedad comprometida en este nuevo enfoque. Además, la necesidad de datos precisos y actualizados se vuelve fundamental para tomar decisiones informadas y monitorear el progreso hacia una economía verdaderamente circular. 

América Latina y el Caribe tienen una oportunidad única de liderar el camino hacia un futuro más sostenible a través de la adopción de la economía circular y la gestión responsable de sus recursos naturales. 

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