El Aeropuerto Ecológico de Galápagos, en Ecuador, es un ejemplo a seguir en cuanto a la implementación de prácticas sustentables en la industria aeronáutica. Ubicado en la Isla Seymour de Baltra, el mismo es el primero de su tipo en el mundo y el primero en América Latina y el Caribe en ser Carbono Neutro.
El aeropuerto fue construido bajo los más altos estándares de construcción sostenible, lo que le valió la certificación LEED Nivel Oro del Consejo de Construcción Verde de Estados Unidos. La ubicación de la terminal en dirección de los vientos predominantes permite el aprovechamiento de la brisa natural para bajar la temperatura promedio sin necesidad de utilizar aire acondicionado, lo que mejora la ventilación y permite regular con mayor control la cantidad de luz solar.
El Aeropuerto Ecológico de Galápagos cuenta con su propia planta desalinizadora que capta el agua de mar y la trata para su uso en el terminal. Además, funciona al 100% con energía renovable generada por paneles fotovoltaicos instalados en la terminal y molinos de viento estratégicamente ubicados.
El recapeo de la pista del aeropuerto se realiza con pavimento asfáltico reciclado, lo que contribuye a la reducción de residuos y ahorro de energía. La emulsión asfáltica que se emplea para su mezcla proviene de material abandonado en la isla Baltra hace más de 20 años, siendo un ejemplo único en el mundo de cómo se puede reutilizar este material tan contaminante.
Como parte de sus operaciones sostenibles, el Aeropuerto Ecológico de Galápagos lidera la Mesa de Trabajo del ODS 13 en el marco del programa Líderes por los ODS de Pacto Global Red Ecuador, con el objetivo de orientar a las empresas miembros en el camino hacia una operación sostenible y contribuir al cambio climático que afecta al mundo. Además, fue medido a través de la Herramienta Empresarial de Género del Banco Interamericano de Desarrollo y fue catalogado como Empleador de Preferencia.
Gracias a los reconocimientos internacionales, pero también a los esfuerzos del Aeropuerto Ecológico de Galápagos se ha convertido en un verdadero ejemplo a seguir en cuanto a la implementación de prácticas sustentables en la industria aeronáutica, y una muestra clara de que es posible llevar a cabo operaciones sostenibles sin comprometer la calidad del servicio que se brinda.
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