Con el foco especialmente puesto en el sector de la salud, la pandemia de coronavirus ha ocasionado diversos cambios de paradigma que permiten asegurar que ya nada será como antes. Desde los municipios lo saben muy bien, por esa razón han articulado sus trabajos para mancomunar estrategias en la etapa post covid.
En esta oportunidad se realizó el evento Jornadas de Gobiernos Locales de América del Sur, con el foco puesto en el sector salud y su labor pandémica. Se trata de una actividad realizada en el marco de Mercociudades, organizada por la Municipalidad de Rosario (Argentina).
Cabe destacar que Mercociudades se trata de una organización fundada y conformada por distintos gobiernos de las ciudades más importantes del Mercosur y el UNASUR y busca generar redes e intercambios entre las distintas ciudades.
Diversos especialistas de la salud del continente se unieron en este evento en la búsqueda de desarrollar un espacio de debate técnico político entre municipios para intercambiar experiencias que permitan identificar los problemas comunes de salud y las posibles soluciones.
Ha quedado demostrado durante estos últimos años que la mejor forma de afrontar las problemáticas es con una red de contención, que además ayude a soportar las diversas situaciones presentadas,
Una de las presentes, Virginia Cardozo, Directora de Salud de Montevideo (capital de Uruguay) expresó: “Compartir la experiencia de este trabajo en salud, que como bien saben ha sido definido uno de los ejes prioritarios de la gestión en particular lo que tiene que ver con el programa de apoyo básico a la ciudadanía con ejes relacionados a igualdad, territorio , trabajo alimentación y salud como una prioridad”.
Para la especialista es necesario retomar una forma que permita ver la política pública “desde la construcción con una lógica fuerte de la actividad participativa de los actores que forman parte de la vida en sociedad”. Es decir, hacer de la salud una cuestión de gobierno abierto al mismo tiempo que permita avanzar sobre aquellas personas que más lo necesitan.
Desde el municipio uruguayo han destinado su política, además de la situación post pandemia, a la aplicación de una estrategia de atención hacia la violencia de niños, niñas y adolescentes. “Nos queremos asegurar de que haya un fondo para medicamentos que nos permita garantizar la continuidad de los mismos en la pandemia”, expresó.
Otra de las estrategias mancomunadas por los distintos municipios, además de focalizar el plan de acción a determinados grupos sociales fue la expansión de los límites territoriales de la aplicación de la salud. Por eso mismo, han establecido policlínicos móviles que buscan ampliar emergen de acción del sector.
En Chile, por ejemplo, más específicamente en Santiago han llevado a cabo una política similar. La encargada de explicar esta realidad fue Diana del Salto, encargada del área de Salud en el municipio de Santiago quien expresó: “Se crearon estaciones médicas barriales que acercan los servicios a la comunidad teniendo en cuenta que el territorio de Santiago es sumamente extenso. Queremos que los usuarios puedan acceder de manera inmediata”.
Además, con el foco puesto en resolver la mayor cantidad de problemas generados por la pandemia, han sumado diversas patologías asociadas a la salud mental, que ha tenido un incremento sustancial en las consultas post pandemia.
La realidad chilena es distinta, sin dudas, a la del resto de los municipios latinoamericanos, ya que se trata de un sistema mixto con una fuerte participación de las empresas dentro del sector. Allí, este sistema se financia con el 7% del sueldo de los afiliados al sistema. Esto es algo que buscan cambiar desde el entramado chileno en busca de aportar una mayor atención pública a sus ciudadanos.
Decisión política y salud pública
Tras la experiencia de los municipios uruguayo y chileno, el enfoque argentino caracterizado en la realidad de los municipios de Quilmes y de Rosario, estuvo puesto en conocer los límites del sector público en el país, que decidió volcarse de lleno a la participación ciudadana para lograr comprender y expandir los límites del servicio ofrecido.
En ese sentido, Jonatan Konfino, Secretario de Salud del Municipio de Quilmes, expresó: “Hay que destacar la participación ciudadana en este tiempo de crisis con la creación de los Comités Operativos de Emergencia (COES). Siempre que el pueblo se involucra es garantía de que las cosas salgan mejor en un contexto donde surgió la solidaridad”.
De esta manera, gracias a la expansión del sector hacia la ciudadanía lograron identificar que durante la pandemia miles de usuarios pospusieron estudios médicos, lo que hoy supone un desafío importante para la actualidad.
En ese sentido, el debate de los especialistas giró hacia la importancia de tomar medidas políticas y decisiones concretas para resolver la problemática generada y ocasionada por la pandemia. “No puede haber medicina sin política social, como tampoco puede haber política social si no está respaldada por una economía organizada en beneficios de la mayoría. No podemos pensar en la ampliación de derechos y en la garantía del acceso a la salud si no tenemos mínimas pautas en la sociedad”, concluyó el especialista.
Leonardo Caruana, Secretario de Salud Pública del municipio de Rosario compartió ese pensamiento y explicó: “La pandemia y la potencia de los gobiernos locales tuvo el abordaje específico de la pandemia pero también una oportunidad para repensar el acceso a los servicios de salud y una dimensión de lo que significa la participación de la población en esos procesos”.
En ese sentido, además de destacar la labor del municipio quilmeño, destacó la labor de Rosario dentro de la estructura de la salud argentina: “Hay una decisión política de asumir un municipio donde la salud sea un derecho. El esquema no es parte de un plan de gobierno del último intendente o del último secretario de salud sino de un plan que tiene muchos años y que tiene la caracterización de haber construido infraestructura pública”.
Allí, por ejemplo, creen en la inversión como puerta de entrada a la toma de decisiones. “Rosario dotó al sistema de salud de la capacidad de resolver gran parte de los problemas” y en parte se debe a que se trata de una ciudad “que tiene 11 mil empleados y el 47% integran la secretaría de salud pública y el 26% del presupuesto municipal está destinado a la salud”.
De esta manera, la conclusión de los especialistas está puesta en la necesidad de avanzar en la toma de decisiones políticas innovadoras que permitan expandir los límites territoriales y que permita brindar un acceso a la salud pública para todas las personas del territorio.
Para ello está claro que es necesaria una gran inversión, pero también estar dispuesto a escuchar a las propias personas y sus necesidades para poder implementar un plan de acción que permita avanzar a los gobiernos y conseguir ciudades más saludables e inclusivas.