Durante los últimos años la intención de generar una normativa que proteja los humedales del mundo se ha puesto en boga más que nada por organizaciones sin fines de lucro o por parte de movimientos ciudadanos organizados.
En otras palabras, los humedales son una porción viva de la tierra y albergan a millones de especies nativas de todo el mundo. Además son grandes reservorios de agua y de carbono, lo que ayuda directamente a impactar sobre el Cambio Climático.
En el mundo, ocupan más de 12 millones de km2, pero desde 1970 se ha perdido un 35% del total y son realmente pocos los gobiernos que se han dedicado a la protección de estos espacios.
Estos pocos espacios que han avanzado en esta temática se han alineado bajo el tratado internacional de Ramsar, firmado el 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní que lleva el mismo nombre que el acuerdo. Con sede en Gland, Suiza, esta convención se compromete a conservar y utilizar racionalmente los humedales.
De momento cuenta con la adhesión de 119 países, entre ellos Argentina. Con este acuerdo se elabora una lista de los humedales más importantes del mundo que incluye sitios cuya relevancia hace que sean considerados por la comunidad internacional como dignos de ser preservados, mediante un uso sustentable que no modifique sus características hidrológicas, biológicas y ecológicas.
El término humedales engloba una amplia variedad de ambientes, que comparten una propiedad que los diferencia de los ecosistemas terrestres: la presencia del agua como elemento característico. Ésta juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas. La Convención sobre los Humedales define a estos ambientes como: “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”
Según la propia RAMSAR, “la misión de la Convención es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.
La importancia de esto radica en que estos espacios proporcionan servicios esenciales y suministran toda nuestra agua potable. Sin embargo, continúa su degradación y conversión para otros usos.
En el marco de los “tres pilares” de la Convención, las Partes Contratantes se comprometen a:
- trabajar en pro del uso racional de todos los humedales de su territorio;
- designar humedales idóneos para la lista de Humedales de Importancia Internacional (la “Lista de Ramsar”) y garantizar su manejo eficaz;
- cooperar en el plano internacional en materia de humedales transfronterizos, sistemas de humedales compartidos y especies compartidas.
De momento no hay otros tratados internacionales que, como RAMSAR, se propongan a cuidar los humedales, de hecho esta situación queda a disposición de los distintos gobiernos y sus necesidades, aunque la realidad indica que no hay políticas en este sentido. ¿Conoces algún humedal?