La búsqueda de consensos y compromisos por avanzar en estrategias que integren al sector público y privado de cara a la reducción y mitigación del Cambio Climático ha puesto a la COP 27 en el centro de la escena durante los últimos días.
Este evento internacional busca ser un punto de inflexión para que la comunidad internacional reaccione y se comprometa realmente a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para frenar el cambio climático.
Por esta razón, en la ciudad de Sharm el Sheij (Egipto), se han reunido diversos investigadores científicos, presidentes, ministros, activistas, empresarios y CEOs de todo el mundo para debatir el futuro en el marco de la COP 27 y encontrar alternativas de acciones hacia adelante.
En un contexto con una gran superioridad y primacía europea en cuestiones de sustentabilidad y ciudades inteligentes, el compromiso asumido hace un año en Glasgow, en la COP 26, las grandes potencias del mundo se comprometieron a aportar y financiar la transición de los países con más problemas económicos, entre ellos los de América Latina.
Hoy, en la misma convención pero un año después, algunos de estos gobiernos se acercan a exponer sus cambios y avances en la región. Repasemos algunos casos:
Uruguay y un importante compromiso por la reducción de las emisiones de la ganadería
Como parte del panel “Ganadería sostenible en todo el mundo. Trabajando hacia la sostenibilidad en todas las regiones y para todos los sistemas de producción” que se celebró en la COP 27 expusieron algunas autoridades uruguayas con el fin de expresar los compromisos asumidos por la región.
Por su parte, el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos, expresó en este sentido: “La ganadería uruguaya cuida sus recursos naturales desde hace mucho tiempo antes de que se instalara la discusión climática a nivel global».
Además explicó: “Tenemos un país que tiene el tamaño promedio de uno europeo. En términos sudamericanos somos chicos, pero a nivel mundial no lo somos. Nuestro territorio tiene poca población y la mayor parte está concentrada en la zona atlántica. Contamos con el mayor Producto Interno Bruto per cápita de Sudamérica”.
En ese sentido, el compromiso del país es total, teniendo en cuenta que la actividad agropecuaria es la responsable de casi el 80% de las exportaciones nacionales uruguayas. Dentro de esta estadística, los alimentos uruguayos se destinan a unas 40 millones de personas y adicionalmente “el agro emplea a uno de cada seis trabajadores en el país. Esto es porque disponemos de cinco hectáreas por persona y contamos con abundancia de agua. El 100% de nuestro territorio es ecosistema pampeano, compuesto por pastizales naturales que compartimos con Argentina y Paraguay. Son grandes condiciones para producir alimentos”.
Es por esta razón que las autoridades uruguayas han puesto el ojo en el futuro de su país y han invitado al sector privado a cumplir también parte de este acuerdo. De esta manera impulsaron una iniciativa que busca que todos los productores puedan medir su huella de carbono y emplear estrategias de mitigación.
Esto se tradujo en una gran eficiencia en términos productivos y ambientales, al punto que redujo en un 30% las emisiones de metano y aumentó un 90% la producción de carne, que se realiza en un 84% en pastizales naturales.
“La narrativa sobre la ganadería y el cambio climático está dominada por lo negativo. Tenemos que cambiar esa falta de imagen, ya que sostener la ganadería es crítico para la seguridad alimentaria y los ingresos de millones de personas”, concluyó.
Chile y el compromiso de revalidar la estrategia ambiental
En el último bienio el país trasandino se ocupó por encontrar el rumbo acorde a lo ambiental, algo que durante los últimos años las crisis sociales y políticas no le habían permitido hacer con la intensidad necesaria.
Cabe destacar, que estos intentos hicieron que a principios de este año el gobierno chileno presentara la Ley de Cambio Climático, siendo el primer país del continente en lograr conseguir algo así. Esto, además de ser algo histórico, citó los precedentes para el desarrollo ambiental del país.
Esto lo sabe muy bien la Ministra de Medio Ambiente chilena, Maisa Rojas, quien se presentó en la COP 27 y buscó dar a conocer el trabajo realizado por su gestión, además de dar a conocer nuevas medidas y estrategias para impulsar en el país.
“Chile presentó en 2020 su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) -que son los compromisos internacionales que adquiere Chile para enfrentar el cambio climático- y ahora durante esta COP27 entregamos un reforzamiento, con lo que demostramos que la ambición climática es una prioridad y es posible que todos los países hagan sus mayores esfuerzos para impulsar la mitigación y adaptación”, explicó la mujer.
Para conocer qué medidas tomar al respecto, desde el gobierno realizan un inventario GEI, que les permitió por ejemplo conocer cuales son los principales emisores.
- Sitios de disposición de residuos sólidos (39% de las emisiones totales de metano).
- Fermentación entérica (30%).
- Tratamiento y descarga de aguas residuales (9%).
- Gestión del estiércol (9%).
- Emisiones fugitivas relacionadas con la exploración, refinamiento y transporte del petróleo y gas natural (6%).
- Emisiones de la quema de combustible (5%).
Con este conocimiento, Rojas expresó que la intención del país es encontrar estrategias de mitigación destinadas a reducir las emisiones de lo inventariado. Por lo pronto, uno de los compromisos es “revertir la tendencia creciente de emisiones nacionales a 2025, las que hacia 2020 representaban un 14% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del país”.
“Además, reforzamos nuestros compromisos para que detengamos el crecimiento de las emisiones de metano del país al 2025, avanzando hacia una tendencia decreciente. Este es un gas efecto invernadero muy poderoso –unas 25 veces más poderoso que el dióxido de carbono-, que se emite mayormente a través de la sistemas alimentarios y gestión de residuos, por lo que este nuevo compromiso nos obliga a trabajar en estos sectores para reducir nuestras emisiones”, concluyó la especialista.
México y una importante estrategia de mitigación
Sin dudas que uno de los países que más ha hecho durante los últimos años para acelerar la transición ambiental, fortaleciendo el camino a ciudades inteligentes y sustentables es México. Entre ellos se cuentan, cómo ejemplos, los intentos de transformar algunas de sus ciudades en urbes sustentables, e incluso la búsqueda de impulsar la electromovilidad en la región.
Ahora, en medio de la COP 27, el país expresó que, además de todas estas estrategias realizadas desde el gobierno, buscarán “aumentar las metas de reducción de emisiones contaminantes para el año 2030, al pasar del 22% al 35% la reducción de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global”, según declaró el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
La intención del funcionario, en conjunto con la mesa chica del gobierno, es lograr esta transformación durante los próximos 8 años de gestión con una inversión de 48.000 millones de dólares. Esas medidas contemplan la «reducción de emisiones en 52 millones de toneladas de carbono; y generación del doble de la emisión actual de energía limpia para 2030: 40 gigavatios más».
De esta manera, algunos países de América Latina demostraron que siguen encaminados para avanzar en la transición hacia un futuro más sostenible, en línea con los ODS y así poder mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. ¿Y tu país hizo algo al respecto?