Históricamente los mundiales de fútbol se realizaron en países exclusivamente futboleros para poder aprovechar la infraestructura ya levantada en el territorio. De esta manera, podrían utilizarse los estadios y canchas de los clubes más importantes del mundo en vez de construir nuevos edificios.
Con el paso del tiempo, el deporte fue cruzando los límites establecidos en sus orígenes despertando el interés de gran parte de la población mundial, convirtiéndose en el deporte más seguido en el planeta y, con esto las fronteras mundialistas se extendieron.
Durante las últimas ediciones, con la aparición de la tecnología y las nuevas formas de construcción, se han levantado estadios en pocos años para cumplir con las obligaciones de la FIFA y muchos de ellos han quedado abandonados cual elefantes blancos.
Al no ser propiedad de ningún club, los estadios quedan sin ser utilizados por distintos Estados nacionales que no los aprovechan después de la competencia. Casos como este se pudieron ver en Brasil, donde se construyeron gigantes con la premisa de ser desbaratados una vez terminado el mundial, sin embargo eso nunca pasó.

Ahora, para la edición 2022 de la competición más importante a nivel selecciones, Qatar aparece como una sede extraña y prometedora. Por un lado es un desafío para los amantes del fútbol que la sede sea un país con casi nula tradición deportiva, pero por el otro lado, las facilidades inteligentes y tecnológicas que dispone facilitarán y mejorarán la experiencia de los aficionados.
¿De qué se trata esto? Por un lado, una de las expectativas que tienen desde el gobierno qatarí es que no haya mucha distancia entre las diferentes sedes para evitar largos viajes durante la competencia.
De esta manera, la que se encargó de explicar mejor esta iniciativa fue la directora de comunicación del Comité Supremo, Fatma Al-Nuaimi, que aseguró: “Se podrá asistir a tres partidos de forma presencial en el mismo día, aunque quizá se tenga que perder algún inicio o final de alguno. Pero es una ventaja que Qatar 2022 ofrece, también porque los estadios estarán conectados por la nueva red de metro que atraviesa Doha“.
De esta manera, con la red conectada, se aseguran que la gran mayoría de los viajes durante el mundial se hagan de manera eléctrica y así reducir la huella de carbono considerablemente. Algo totalmente distinto a lo que pasó en la última edición en Rusia, o en la anterior en Brasil, donde había que hacer cientos de kilómetros para viajar de una ciudad a otra.

Para lograr ello, se han levantado 8 estadios de primer nivel ubicados en 78 km a la redonda y todos contarán con un sistema de refrigeración único que permitirá establecer la temperatura del ambiente a 22°C, teniendo en cuenta que incluso en los meses de menor calor, el promedio ronda los 30 grados centígrados.
Sin embargo no solo se trata de una experiencia tecnológica, la realidad es que también buscarán que la competencia sea amigable con el medio ambiente y se encuentre dentro de los parámetros de la sustentabilidad.
En primera instancia, para evitar que los estadios queden levantados juntando basura en sus respectivas ciudades, más teniendo en cuenta que el fútbol no es un deporte popular allí, o que al menos el fútbol que siguen no es el nacional, algunos de ellos tendrán la capacidad de ser desmontados.
Así lo aseguraron desde el Comité Supremo de la organización en el estreno de uno de los estadios de la sede, el Estadio 974. Se trata de un prototipo que fue habilitado para la Copa Árabe de FIFA, que tuvo sede en el mismo lugar y será desmontado tras la finalización de la Copa del Mundo.
Así lo aseguró el director de la obra, el ingeniero Mohammed Al Mulla, quien explicó: “Es el primer inmueble que cumple con las normas de la FIFA, un lugar que se está diseñando y construyendo para ser desmantelado por completo después del torneo”. Sus partes, según explicaron, serán utilizadas para nuevas edificaciones.
Cabe destacar, que tanto el 974 como el resto de los siete estadios, han sido aprobados con 4 o 5 estrellas en el Sistema de Evaluación de Sostenibilidad Global, por lo que las autoridades qataríes están convencidas que se tratará de un evento único en el mundo dejando en evidencia que se puede organizar una convocatoria masiva de manera sustentable y amigable con el medio ambiente.
Incluso algunos de ellos serán desmontados parcialmente, como por ejemplo el Estadio de Al Thumama, que tendrá una capacidad de 69.000 espectadores durante el mundial y será reducida a la mitad tras su finalización para adaptarse a las necesidades locales. Lo mismo sucederá con el Estadio de Al Janoub que pasará de tener 40.000 asientos a 20.000.
Además, los estadios contarán con paneles solares en sus techos para aprovechar la luz disponible. No solo le brindarán autonomía a las luces del estadio, sino que también permitirán el funcionamiento del sistema de refrigeración.
Uno de los que expresó la importancia de este proyecto es el director de la constructora Fenwick Iribarren Architects (FIA), Mark Fenwick, quien aseguró: “Es gran hito en la sostenibilidad de los estadios porque es el primero del mundo en el que se consigue refrigerar una zona tan abierta con un combustible limpio como es la energía solar”.