Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Así lo destacó la consultora internacional Clean Cities Campaign, que analizó 36 ciudades europeas en torno a su relación con el medio ambiente. Amsterdam (Holanda) y Helsinki (Finlandia) completaron el podio. Nápoles (Italia) y Cracovia (Polonia) son las más contaminadas.

La agenda 2030, marcada por la urgente necesidad de reducir las emisiones de CO2 en el planeta, ha obligado a los países más importantes del mundo a tomar cartas en el asunto. Tras el Acuerdo de Glasgow, que tuvo lugar en el 2021, el objetivo de disminuir los efectos del cambio climático y el calentamiento global han pasado a ser prioridad para los gobiernos. 

Sin dudas que el viejo continente, al ser uno de los que más densidad demográfica presenta y uno de los más avanzados tanto económica como tecnológicamente, es el que más urgido está de lograr una descarbonización del transporte. Por otra parte, se trata de una zona de países pioneros en el desarrollo tecnológico, por ello que el mundo presta atención a lo que suceda en este continente con la esperanza de aplicar, algún día, sus políticas innovadoras. 

Siguiendo este incentivo, diversas consultoras han realizado estudios y estadísticas para indicar cuales son las regiones más avanzadas en la temática. El estudio Clean Cities Campaign analizó a 36 de las ciudades más importantes de Europa en relación factores como la seguridad vial para peatones, el acceso a un transporte de cero emisiones y la calidad del aire

En este estudio, realizado por la consultora conformada por una coalición de organizaciones no gubernamentales, Oslo resultó como la ciudad con mayor recorrido hecho para lograr la descarbonización de la movilidad. Le siguen completando el podio Amsterdam y Helsinki. En el otro extremo del ranking, Nápoles y Cracovia obtuvieron el último puesto por la gran congestión del tráfico que se ve en la región. 

Las ciudades de Europa, hogar de casi el 75% de los ciudadanos de la región, necesitan reducir urgentemente las emisiones del transporte para cumplir con los objetivos climáticos, pero ninguna de ellas está en camino de lograr una movilidad libre de contaminación antes de 2030.

La que habló al respecto fue Barbara Stoll, Directora de la consultora quien aseguró: “Si queremos hacer algo en relación al cambio climático tenemos que abordarlo a través de las grandes ciudades, ya que allí se concentran las emisiones de carbono”. 

Según la Unión Europea (UE), los centros urbanos son responsables de más de una quinta parte de las emisiones del continente, por lo que la reducción de este tipo de contaminantes se ha convertido en uno de los principales objetivos de la política regional. 

De hecho, desde la Comisión Europea (CE), presentaron el plan conocido como Marco de Movilidad Urbana, que obliga a 424 ciudades europeas a adoptar estrategias de movilidad sostenible para descarbonizar el transporte y lograr mejorar la calidad del aire. Dentro de este listado, España es una de las más avanzadas. 

En ese sentido, Stoll aseguró: “Incluso las ciudades mejor posicionadas no van por buen camino. Debería ser un llamado de atención para los líderes de las ciudades”. Sin embargo, dentro de esta situación, hay algunos países que han logrado avanzar, como es el caso de Noruega, cuya capital se encuentra dentro de los centros urbanos más sustentables del planeta. 

Oslo, otra vez elegida

Oslo viene siendo destacada desde hace algunos años por su gran trabajo en convertirse en una ciudad completamente amigable con el medio ambiente. De hecho, fue elegida Capital Verde en 2019 y ha presentado, desde entonces, un plan de acción y de innovación sustentable que establece el objetivo de lograr las cero emisiones para el 2050. 

En palabras del Comisario Europeo de Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, “Oslo se enfoca en mejorar el transporte público, promover vehículos eléctricos, mejorar la circulación de los ciclistas y, entre otras muchas cosas, ha mejorado la gestión de residuos. Las acciones de Oslo no solo beneficiarán a Oslo, sino que tendrán un efecto global“.

Buscando convertirse en una ciudad modelo, que sirva de ejemplo en la transición inteligente y sostenible, ha propuesto diversos y ambiciosos planes de acción para transformar la ciudad, dentro de las que se incluyen la creación de espacios verdes, áreas de ocio e incentivos a la movilidad eléctrica. 

Si bien se trata de una ciudad pequeña, con apenas un puñado de más de 600 mil habitantes, ha logrado demostrar que no es necesario ser un monstruo tecnológico para incentivar el desarrollo sostenible de las ciudades y que, estas políticas pueden insertarse tranquilamente dentro de las grandes urbes.

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