El impacto del cambio climático es una realidad, se trata de algo tangible y no es necesario ya esperar las proyecciones para conocer los efectos negativos que trae consigo al planeta. Muy bien lo saben en Indonesia, cuya capital ,Yakarta, de unos 10 millones de habitantes, ya tiene un 20% de su territorio debajo del nivel del mar y está en un proceso de hundimiento continuo.
Esta situación obligó al presidente de este país de 270 millones de habitantes, Joko Widodo, a tomar la drástica decisión de cambiar la capital del país y construirla desde cero en otro lugar. La intención es mudar a la población de Yakarta, ya que se estima que para el 2050 se encontrará casi en un 50% por debajo del mar.
Por otro lado, la ciudad se encuentra altamente contaminada a punto de considerarse crítico e irreversible. Incluso la propia población ha solicitado a los gobernantes, desde comienzos del nuevo milenio, que tomen medidas en el asunto. De hecho en el año 1999 se firmó una demanda contra el gobierno de Indonesia por no cumplir con la reglamentación medioambiental.
Sin embargo, el desinterés de los dirigentes sumado al aumento sostenido en el tiempo de los niveles de contaminación y las consecuencias del cambio climático, fueron un cóctel que terminó con la senda menos esperada.
Por un lado una gran concentración industrial, por el otro una gran cantidad de tráfico de motores a combustión y una producción exagerada de carbón son los principales contaminantes a los que se le atribuye la situación actual tan crítica.
La realidad indica además, que estos efectos de momento no son reversibles y que de ahora en adelante solo se intensificarán las cuestiones negativas en este sentido. Por otra parte, Yakarta está edificado sobre tierras pantanosas, lo que hace que las napas siempre se encuentran con grandes cantidades de agua disponibles.
No solo eso, sino que se encuentra ubicada a las costas del Mar de Java y nada más y nada menos que unos 13 ríos atraviesan su territorio. En otras palabras, hay grandes probabilidades de que en los próximos años la ciudad siga el mismo destino que Atlantis. De hecho es considerada como la ciudad que más rápido se está hundiendo en todo el mundo, un récord que sin dudas nadie puede estar contento de tener.
Soluciones al problema
Claramente que no hay nada que se pueda inventar para frenar este desastre natural ocasionado por las altas contaminaciones a las que se ha sumergido el mundo a lo largo de su historia. Tampoco es posible crear un muro de contención, ya que el principal problema son las napas.
Esto obliga, sin dudas, a tomar medidas drásticas como el traslado de la capital de Indonesia hacia un nuevo territorio. Buscarán construirla desde cero con características disímiles a la actual y tendrá el nombre Nusantara. Cabe destacar que así llamaron a todo el archipielago en la antigüedad.
Este proyecto ya fue aprobado por el Parlamento de Indonesia y dispondrá el terreno de la Jungla de la isla de Borneo para su construcción, con un costo estimado de unos € 30.000 millones. Además, según explicó el propio presidente Widodo, la construcción se basará en el concepto de desarrollo sostenible, contemplando bajas emisiones de carbono y tendrá una extensión de unos 400 kilómetros cuadrados para evitar grandes concentraciones de población.
El propio mandamás se encargó de asegurar que el objetivo es lograr “una ciudad inteligente, una urbe competitiva a nivel internacional, que sea la nueva locomotora que transforme el país y punto de partida para una Indonesia basada en la economía ecológica, a través de la innovación y la tecnología”.
Otro que se refirió al respecto fue el ministro de Planificación, Suharso Monoarfa, quien aseguró, a tono con el presidente que “la nueva capital tendrá una función centralizadora y será un símbolo de la identidad de la nación”.
Aún asi, esta medida es una solución a medias, ya que correrse del lugar no explica qué hacer con la gran cantidad de gente que no podrá entrar en la nueva ciudad. De hecho, se estima que una elevada proporción de los 10 millones de habitantes de Yakarta quedarán afuera de la posibilidad de mudarse a una nueva ciudad.
Sin embargo, los indonesios no son los únicos habitantes en el mundo a los que les suceda esto. De hecho se cree que al menos 1.500 millones de personas de unas 400 ciudades de diversos países que se encuentran corriendo un gran riesgo en todo el planeta calificado como “alto o extremo”.
Por el momento la creación de una nueva ciudad en Indonesia parece ser una solución temporal. Lejos está de ser la solución necesaria para tratar este problema, pero mientras el cambio climático sea cada vez más violento habrá que acostumbrarse a historias cada vez más distópicas.