Los distintos gobiernos del mundo, tanto a nivel nacional como subnacional, ya han empezado a tomar medidas para lograr reducir las emisiones de carbono antes de que finalice la década. Dentro de estas, el alcalde londinense Sadiq Khan evalúa cobrar una tarifa a cada automovilista que utilice su vehículo a combustión a partir del año 2024.
Los objetivos son claros, lograr reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire, justamente en un lugar reconocido mundialmente por los niveles de contaminación que se registran como consecuencia de la movilidad.
Esta iniciativa, que resta ver si dispondrá de la aceptación de los residentes londinenses, surgió de la necesidad de la ciudad de reducir casi la mitad de las emisiones para cumplir con lo pactado en el Acuerdo de París de 2015 y la reciente cumbre de Glasgow y lograr cero emisiones para el 2030.
Para el propio alcalde del lugar, la contaminación del aire generada por la situación de emergencia climática, tiene gran parte de la culpa no solo en la industrialización y el consumo energético, sino también en la gran cantidad de emisiones de carbono generada por automóviles.
“Es un problema de justicia social en todo el mundo y también en Londres. Son los londinenses más pobres los que tienen menos probabilidades de tener un auto, los que sufren consecuencias”, aseguró el mandamás en el periódico The Guardian.
Otro de los puntos importantes a tener en cuenta en el desarrollo y gestión de esta política pública es la labor del organismo rector Transport for London (TfL), que tendrá la tarea de explorar niveles de tasas que se cobrarían por distancia recorrida, según horario del día y ubicación.
“Dado que es poco probable que la tecnología para operar un esquema esté lista pronto, le ha dicho a TfL que considere otras opciones para hacer que los conductores paguen por contaminar”, agregó al respecto Khan.
Cargos y tarifas de la medida
La medida que busca establecer el alcalde londinense son varias y diversas según la zona, horario y tipo de vehículo. Según lo que se estableció en el informe preliminar oficial, aún se analiza si se establecerá un cargo diario por aire limpio a todos los viajes en vehículos a combustión en la zona centro o si se decretará la expansión de las zonas de emisiones ultrabajas (Ulez) con un cargo diario de £12,50 para los modelos más antiguos en todos los distritos.
Lo cierto es que aún no se determinó cuál será la medida dictaminada, aunque no descartan una única medida que fusione las dos posibilidades anteriores. Lo cierto e innegable es que quienes utilicen modelos con motor a combustión deberán abonar para usarlo.
Desde TfL buscan además introducir un impuesto para quienes conduzcan en la región centro de la ciudad, de lo que los vehículos eléctricos o de cero emisión quedarán exentos. La intención de esto es aumentar la circulación de vehículos limpios o alternativos y reducir los
De esta manera, el líder municipal busca por un lado reducir la gran cantidad de contaminación del lugar, mientras que por el otro “ubicar a Londres en un lugar de líder mundial”. Para ello ya estableció una “ conversación seria con los londinenses” sobre formas de reducir el uso del automóvil, aliviar la congestión y reducir los niveles de contaminación del aire”.
Negativas a la medida
Claro que esta medida no fue bien recibida por toda la población en general, mucho menos por aquellos que necesitan de sus autos para moverse y no pueden acceder a la compra de vehículos sostenibles.
De hecho, las distintas organizaciones automovilísticas de la región ya pusieron el grito en el cielo y aseguraron que el alcalde solo busca castigar a aquellos que pueden acceder a otro tipo de movilidades.
Incluso el Jefe de Política de las Carreteras, Nicholas Lyes aseguró: “Estos impuestos crearían desafíos financieros masivos para las personas, familias y empresas que manejan un automóvil en Londres e incluso para aquellos que visitan las afueras de la capital… y castigarán a aquellos que simplemente no pueden pagar un automóvil eléctrico”.
Por otra parte, la intención de ampliar el área cubierta por la zona de emisiones ultrabajas (Ulez) solo se traduciría en una mayor dificultad para quienes vivan en aquellas zonas ya que unos 3,8 millones de habitantes viven en la zona en una ciudad donde solo el 2% de los vehículos son eléctricos.
Un cargo diario adicional en todo Londres, comparable al precio de una tarifa única en el transporte público, es otra opción. Khan dijo que sería un ‘empujón’ para los propietarios de automóviles, ‘algo que haría que valiera la pena tomar un autobús en lugar de subirse a un automóvil’. De acuerdo a TfL, un tercio de los viajes en automóvil en la capital se pueden hacer a pie en menos de 25 minutos y dos tercios en bicicleta en menos de 20.
La urgencia de pensar en este tipo de medidas por parte del gobierno londinense se desprende de las estadísticas que indican que para lograr un cero en las emisiones de carbono para el 2030 es necesaria la reducción de un 27% del total de los viajes en automóvil.