En medio de una crisis climática que amenaza al mundo en general pero con cierto enfasis a Latinoamérica, Cartagena de Indias, el principal destino turístico de Colombia, empezó a idear un proyecto de protección costera con el objetivo de disminuir el impacto sobre la ciudad.
Este proyecto empezó en la región como uno de los más importantes en la zona para atacar la principal preocupación del gobierno colombiano que ya acostumbra a recibir el azote de los desastres ambientales, sobre todo en la costa atlántica.
La protección intervendrá, al menos en sus orígenes, unos 4,5 kilómetros de la región costera, desde la playa de Bocagrande hasta el centro histórico, donde se construirán seis espolones, tres rompeolas, una escollera longitudinal y 80 metros de nuevas playas para reducir los riesgos ambientales.
Será parte del Plan 4C (Cartagena Competitiva y Compatible con el Clima) que busca proyectar para el 2040 el aumento del nivel del nivel medio del mar de 15 a 20 centímetros. Este plan, que empezó en 2015, mantendrá a salvo a más del 80% de los barrios de la ciudad, que durante los últimos años han recibido más de un azote por parte de las grandes mareas.
Por otro lado, desde el gobierno cafetero buscan convertir al país en una ciudad inteligente, sustentable y a salvo de la crisis climática y ambiental. En ese sentido, los dispositivos que se plantean con el Plan 4C, incorporan la tecnología al servicio de la comunidad y de los barrios que más lo necesitan.
El que se refirió al respecto fue Germán Escobar, con el rango de Capitán, que ocupa el cargo de Director del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe (CIOH) de la Armada, que aseguró: “Si llegase a subir un metro el nivel medio del mar se afectaría aproximadamente el 93 % de toda la zona turística de Cartagena”, además añadió: “Este es un modelo de aumento de nivel medio del mar que tiene como base fundamental los pronósticos internacionales, la proyección de aumento del mar a 100 años”.
¿Por qué es necesario el Plan 4C?
Los dirigentes ambientales de Nación, calculan que una subida de 20 centímetros del nivel del mar ocasionará una redistribución de los ecosistemas y especies, teniendo una duplicación de las enfermedades transmitidas como el dengue o la leptospirosis.
Además, otro de los problemas en la región es que atacará a los pesqueros de la ciudad ya que se reducirá la actividad en las costas cartagineses, algo que no sería bien visto por quienes viven de lo que pescan.
Por otro lado, en caso de no existir el Plan 4C, se estima la pérdida de grandes áreas de terreno y la extensión de la cantidad de lluvias en la región, lo que ocasionaría la perdida del biosistema establecido en la ciudad.
Por último, pero no menos importante, las crecidas no controladas producirían grandes daños a los hogares de la región, pero así también a todo lo que haya a su paso, como locales, monumentos, calles, vías y puertos.
En ese sentido, el capitán aseguró: “Es una realidad que el cambio climático lo tenemos hoy en día y que vamos a tener una afectación en nuestra zona costera”.
Cartagena Ciudad Inteligente
La que aseguró, además la importancia de este tipo de planes que buscan consolidar una ciudad inteligente, fue la Directora del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena de Indias (IPCC), Saia Vergara: “”El primer trimestre de 2022 empezará a funcionar el ‘Smart Heritage City in a Box’”, una app inteligente que planea intervenir la ciudad para convertirla en un centro smart.
Con esta iniciativa esperan desarrollar un desarrollo tecnológico y digital en la ciudad que se expanda en la región y en las distintas provincias colombianas, para lograr un avance en la consolidación de políticas públicas inteligentes en todo el territorio latinoamericano.
“Logramos finalmente armar un plan para Cartagena adaptado a las necesidades de la ciudad, pensando sobre todo en esa amenaza de la crisis climática que ya es una realidad”, continuó Vergara.
De esta manera, Colombia, pese a sus deficiencias, busca consolidarse en el mapa como un centro importante, capaz de recibir a los distintos turistas y mantenerlos de forma segura, pero así también a su población.
Claro, que también hay un fin económico en todo esto y es la intención de atraer inversiones extranjeras que faciliten el desarrollo tecnológico, digital e inteligente en Colombia.