El glifosato, un herbicida ampliamente utilizado en la agricultura, se ha convertido en un tema de preocupación debido a sus posibles efectos negativos en la salud humana y el medio ambiente. Este compuesto químico, que se encuentra en muchos productos comerciales, ha sido vinculado a una serie de problemas de salud, incluyendo el riesgo de enfermedades crónicas y la contaminación del agua. En este contexto, dos destacadas investigadoras argentinas del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), Yamila Santillán y Lorena Rojas, de la Universidad Nacional de Quilmes, han llevado a cabo una investigación crucial para eliminar el glifosato del agua y los alimentos, ofreciendo una solución prometedora a esta problemática.
EFECTOS NEGATIVOS DEL GLIFOSATO
El glifosato es un herbicida ampliamente utilizado en la agricultura debido a su efectividad para eliminar las malas hierbas que compiten con los cultivos. Sin embargo, su uso indiscriminado y su presencia en los sistemas agrícolas modernos han suscitado preocupaciones significativas.
Varios estudios han vinculado el glifosato con efectos adversos para la salud humana, incluyendo posibles riesgos de cáncer y trastornos endocrinos. Además, la presencia de glifosato en el agua potable y en los alimentos ha llevado a un creciente debate sobre cómo minimizar su exposición.
La presencia de glifosato en el agua es particularmente preocupante, ya que puede tener consecuencias graves para la salud pública y el medio ambiente. El glifosato puede infiltrarse en los cuerpos de agua a través de la escorrentía de campos agrícolas tratados con este herbicida. Una vez en el agua, puede afectar la calidad del suministro de agua potable y tener efectos perjudiciales en los ecosistemas acuáticos, poniendo en peligro la fauna y la flora que dependen de estos cuerpos de agua.
INVESTIGACIÓN
Las investigadoras Yamila Santillán y Lorena Rojas han desarrollado un método innovador para eliminar el glifosato del agua y los alimentos. Lorena Rojas, quien dirige el proyecto, resalta la importancia de esta investigación para mejorar la vida de las personas y proteger el medio ambiente.
El método propuesto se basa en la «biorremediación», una técnica que utiliza sistemas enzimáticos para degradar de manera natural los pesticidas presentes en los cultivos. A través de este enfoque, ambas investigadoras han trabajado en la creación de un producto orgánico que podría ser clave en la eliminación del glifosato.
Aunque el producto aún se encuentra en la fase de laboratorio, las investigadoras están dispuestas a llevarlo a la aplicación práctica, pero para ello necesitan avanzar en la articulación público-privada que les permita poner en práctica esta medida.
De esta manera, la investigación llevada a cabo por Yamila Santillán y Lorena Rojas representa un avance significativo en la lucha contra la contaminación por glifosato en el agua y los alimentos. Sus esfuerzos demuestran la importancia de la ciencia y la colaboración entre sectores para abordar los desafíos ambientales y de salud pública. La eliminación del glifosato del agua es un paso importante hacia la protección de la salud y el medio ambiente, y estas investigadoras nos muestran un camino prometedor hacia ese objetivo.
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