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Se trata de Nat4Bio, que aplicando microorganismos nativos y eficientes evita que la fruta y la verdura no se descomponga y perdure hasta tres veces más en el tiempo. De esta manera evitan usar ceras químicas en la cáscara de la fruta.

A lo largo del tiempo, el hambre en el mundo se ha constituido como una de las problemáticas sociales más conflictivas en el mundo. Con millones de personas que mueren año a año,  los gobiernos y los organismos internacionales han puesto el foco en reducir esta brecha. 

Los números son escalofriantes: según la ONU en el mundo se desperdician anualmente unas 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale a un tercio de lo que se produce. Pero aún más preocupante es que  se espera que para el 2050 la cifra llegue a 2.100 millones de toneladas de alimentos desperdiciados al año.

Esto implica que gran parte de los alimentos desperdiciados van directamente a la basura, sin siquiera pasar a técnicas de compostaje o reutilización de la materia orgánica. 

Uno de los objetivos puntuales de esta medida, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es la reducción del desperdicio de alimentos

En este sentido, han proliferado alternativas de solución a esta problemática, en las cuales la tecnología toma un rol clave. Una de las vías es aplicándola a través de la desintermediación, el rescate de productos en riesgo de desperdicio, y la organización de grupos de compra comunitaria, un ejemplo entre tantos es la empresa de triple impacto Nilus, que de esa manera ayuda a reducir los costos de vida de las personas de bajos ingresos.

Pero por otro lado, la tecnología puede ser aplicada en extender la “vida útil”, o sea, la duración de los alimentos. Aquí en Utopía Urbana hemos repasado un ejemplo de ello con la startup chilena Bee Technology, que desarrolló un sistema de péptidos antimicrobianos que son una especie de sanitizante orgánico que evita la descomposición de los alimentos.

En esta ocasión ahondaremos en esta segunda línea, con un emprendimiento argentino que también encontró una solución orgánica e innovadora para evitar la descomposición de las frutas y verduras. Se trata de Nat4Bio, que utilizan microorganismos seleccionados y no modificados genéticamente para desarrollar recubrimientos comestibles sin residuos que se aplican en la superficie de la fruta fresca”.

Se trata de recubrimientos transparentes, inodoros e insípidos. Yy dentro de sus principales funciones está la regulación del intercambio de gases entre la fruta y el ambiente, retrasando el proceso de maduración y protegiéndolos contra los patógenos, reemplazando potencialmente los productos químicos nocivos utilizados en la etapa posterior a la cosecha.

En las pruebas realizadas por los especialistas se puede ver cómo la fruta rociada con estos microorganismos tardan casi 20 días en empezar a madurar, mientras que la que no está rociada llegó a la descomposición en ese mismo periodo de tiempo. 

PREMIADOS 

Este emprendimiento argentino fue premiado por el banco internacional Santander y su premio  Santander X Global Challenge | Food for the Future. Ganadores de la categoría startup, compitió con más de 300 emprendimientos y scaleups de 11 países distintos del continente. 

El objetivo de este año, según explicaron desde el banco, “es contribuir a paliar la escasez mundial de alimentos, promover una alimentación sostenible e innovar en los procesos de la industria alimentaria”. En esta categoría y compartieron el podio junto a Nat4Bio las startups Revive Eco (UK), ClearLeaf Inc (EEUU).

De esta manera, Nat4Bio podrá poner en funcionamiento su solución para impulsar sus microorganismos eficientes a distintos lugares del planeta y así ayudar a reducir el desperdicio de alimentos a nivel mundial.  

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