Con el objetivo de ampliar la oferta y demanda de políticas públicas y privadas basadas en la integración social, desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizaron la edición 2022 de los Premios de Diversidad, Equidad e Inclusión dentro de la organización.
Buscando ofrecer una mayor alternativa de derechos a la comunidad afroamericana como así también a aquellas personas pertenecientes a la comunidad LGTBQ+ y de todas las que sufran o padezcan alguna discapacidad ya sea intelectual o motriz es que han premiado a aquellos proyectos que buscan expandir las barreras del BID en todo el continente y se proponen a llegar a las esquinas más recónditas del territorio.
“Los Premios de Diversidad, Equidad e Inclusión reconocen los esfuerzos de los empleados del Grupo BID que tienen la intención de construir soluciones que fomenten la inclusión en los países a los que servimos y que inspiran a otros a actuar promoviendo la equidad dentro de nuestra organización”, explicaron desde el BID.
“Nuestros premiados han dirigido sus esfuerzos a mejorar la inclusión, la igualdad y la transparencia en el mundo y en la región donde trabajan, contribuyendo métodos de trabajo basados en la cercanía a las personas”, explicó una de las presentadoras de la contienda.
En ese sentido, fueron cuatro los ganadores, todos referidos a la misma sistematización del BID.
Diversidad, equidad e inclusión
El primer ganador de la tarde fue Manuel Urquidi, líder en operaciones en la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) quien ha investigado durante años en relación a la integración social marcando una diferencia sustancial en países como Surinam, Paraguay, República Dominicana y Bolivia.
“La diversidad, equidad e inclusión me ayudó a obtener evidencias de que la incorporación de la mujer al mercado laboral ha sido uno de los motores de crecimiento de la región e incorporar estos grupos que estamos dejando atrás la posibilidad de seguir avanzando internacionalmente”, explicó el especialista.
Además, catalogó de parches a todos aquellos proyectos impulsados desde los distintos organismos internacionales, entendiendo que solo son pequeños arreglos cuando lo que se exige es que “sean los propios excluídos quienes realicen estos planes” porque, según expresó Urquidi: “Vivimos en un mundo diseñado desde la perspectiva de un hombre blanco heterosexual sin discapacidad, donde si uno no es heterosexual para a ser parte de otra cosa como la comunidad LGTBQ+ donde no son las mismas necesidades las que tiene una persona trans a una lesbiana” se quejó.
Además, se refirió también a algo que catalogó como “instinto paternalista” ya que siempre se trata de referentes o funcionarios que buscan “ayudar o hacer cosas por ellos cuando lo que tenemos que conseguir es que sean ellos propios los que realicen sus planes porque nuestras intenciones no representan a su comunidad”, dijo asertivamente.
En ese sentido, el trabajo de Urquidi fue premiado por ser una importante carta de presentación de las necesidades de las distintas comunidades realizadas en distintos países y territorios de todo el continente, siendo un nexo entre las comunidades y los funcionarios de la organización. Para conocer sus trabajos presentados por los que fue premiado por el BID, ingresa aquí.
Segundo premio: género, inclusión y basta de violencia machista
El segundo puesto fue para las especialistas María Amelia Viteri, Consultora Especialista Social Senior en la Unidad de Soluciones Ambientales y Sociales (ESG) del BID, y Julia Míguez Especialista de Género en la Unidad de Salvaguardias y es responsable de monitorear que el BID quienes trabajaron juntas en diversas estrategias de comunicación y operatividad para el territorio continental.
Allí, por medio de estas directivas lograr no solo capacitar a las personas sobre la violencia de género, sino también identificar los riesgos asociados a la violencia sexual en los distintos proyectos realizados por el BID.
“El principal aprendizaje es que para evitar la violencia de género lo primero es reconocer que este es un género que está presente en todos lados, en todos los países y contextos. Está tan normalizada que con frecuencia no podemos identificarla”, explicó Miguez, quien aseguró que lo fundamental en estos casos es “primero visibilizar esta problemática por medio de la capacitación y sensibilización de todos los implicados en los proyectos”.
Para apoyar en este esfuerzo en la unidad de soluciones hemos desarrollado diversos materiales donde se muestran situaciones ficticias de violencia de género para permitir identificarlo al mismo tiempo que es necesario tener “proyectos que puedan garantizar que las empresas tengan una política y un código de conducta donde se prohíba la violencia de género a las personas de la comunidad”.
Su compañera, Viteri, también se refirió al respecto en un lenguaje coloquial: “Pensamos en las personas como capas que se sobreponen a partir de diferentes identidades. Cuando se sobreponen exacerban las desigualdades e impiden formas de bienestar. Por ejemplo, no es lo mismo ser mujer en la amazonia ecuatoriana que ser una mujer lesbiana en un ambito urbano del Cono Sur”.
Para conocer el trabajo de los especialistas basados en la gestión de riesgos pueden ingresar aquí.
Inclusión latinoamérica
Los aplausos de la tarde se los llevó la reconocida Judith Morrison, Asesora Principal de la División de Género y Diversidad del BID, quien desde hace más de 20 años se encuentra trabajando por revolucionar las medidas del Banco.
En este tercer lugar, Morrisón se encargó de explicar que América Latina es el continente que mayor diversidad étnica tiene, dado que el 40% de los ciudadanos son indígenas o afrodescendientes. Por esta razón, la especialista ha logrado avanzar en la inclusión de estos actores a los que consideró como esenciales ya que “la diversidad es buena para el desarrollo y para mejorar la forma en que trabajamos”.
Además, explicó que no solo basta con intentar integrarlos, sino que es necesario comprender su historia y su contexto, a los que catalogó como “especiales”. Por eso mismo, la especialista ha realizado incansables proyectos en busca de lograr incorporar a estas personas a la urbanización o, en el peor de los casos, asegurarse de que no se estén violando sus derechos por la sociedad.
“Hay personas que son afrodescendientes e indígenas y hay proyectos que les afectan porque tienen antecedentes y proyectos muy especiales. Todos debemos vernos como agentes de diversidad y hacer nuestro trabajo y mejorar todas las vidas”, concluyó en su breve exposición la reconocida especialista.
Personas trans y travestis en los cargos de poder
Uno de los principales problemas que ha denunciado la comunidad LGTBQ+ mucho tiempo antes de incluso recibir ese nombre por la academia es la falta de oportunidades laborales en las empresas importantes. Si bien esto comenzó a cambiar un poco durante este tiempo, los altos mandos generalmente están destinados a personas blancas y heterosexuales.
En este sentido, un grupo de mujeres brasileñas crearon Mujeres en Tech, un proyecto que busca ampliar este sistema de oportunidades dándoles un espacio a estas profesionales a encontrar espacios y oportunidades para liderar. “Nuestra misión es mejorar vidas porque todos los deseos y necesidades necesitan ser escuchados e incorporados constantemente” expresaron en el video de presentación.
Por eso, la intención de este programa es “incorporar mujeres negras, trans o travestis en empresas. Tuvimos muchas mujeres en el diseño e implementación lo que fue crucial para lograr diferentes resultados”.
Por eso mismo, desde este proyecto festejaron la inclusión de las personas marginadas porque creen que “el talento es algo que les pertenece a todas las personas, pero no así las oportunidades”.
De esta forma, el BID busca girar sus políticas y proyectos hacia una perspectiva inclusiva a todas aquellas marginadas históricamente por su género, color de piel o etnia. Sin embargo, ha quedado demostrado, gracias a las investigaciones de todos los participantes, que incluir es mejorar.