Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Son obras de arte digitales únicas, indivisibles, programables, rastreables y raras. Tienen respaldo en la tecnología blockchain que genera un código propio a cada uno de ellos. Su valor está basado en la oferta y la demanda al tratarse de una moneda no fiduciaria y su venta ha tenido un boom durante los últimos años por los grandes niveles de especulación que hay con su valor. Muchos famosos ya los adoptaron

Era solo cuestión de tiempo que la era digital llegue también a la moneda y a su distribución por la internet. Con el efectivo cada vez menos presente en la vida cotidiana, el dinero virtual ha llegado para reemplazar el papel moneda más temprano que tarde. Irremediablemente los gobiernos y empresas han avanzado hacia esta tecnología, conscientes de que el futuro descansa allí. 

Con la explosión del bitcoin y su posterior expansión por Europa, empresarios y emprendedores del mundo apuntaron sin dudar a este tipo de sistemas y generando un sinfín de monedas digitales. Entre ellas hay incluso opciones ambientales como Greenbond Meter, que su objetivo, literalmente, es salvar al planeta. 

Lógicamente, al tratarse de dinero digital, la forma de almacenamiento también lo es. Las billeteras virtuales son uno de los mecanismos más importantes a la hora de almacenar el dinero sin correr riesgos. La tecnología avanza rápidamente, pero no por eso deja de ser algo relativamente nuevo en el mundo, por lo que los programas distan de ser versiones óptimas. 

Algunos famosos ya han incursionado en esta nueva moneda y esperan tener réditos económicos de aquí a unos años. Desde jugadores reconocidos de la NBA, como Stephen Curry, jugador de los Golden State Warriors y uno de los más impórtantes durante la última temporada, como el reconocido comediante Jimmy Fallon y el rapero Snoop Dogg.

El código que guarda toda esta información es denominado tecnología blockchain, una estructura matemática que almacena bloques (block) en cadena (chain) entre todos los usuarios que registran transacciones. Esos bloques, justamente, son lo más parecido a un recibo y contienen datos absolutamente irrepetibles entre las transacciones. 

Al ser un sistema descentralizado, ya que funciona en miles de computadoras al mismo tiempo, no es un sistema de fácil acceso para los hackers. Esto permite que funcione sin grandes amenazas para los usuarios, aunque en más de una ocasión se han registrado invasiones a billeteras virtuales por importantes montos de dinero. 

Dentro de esta cadena de bloques, es que se inscriben los Non-Fungible Token (NFT), que se refiere a tokens que representan activos físicos o digitales que son irrepetibles. Bajo esta premisa de no fungibles, es decir, no intercambiables es que se aseguran una condición de únicas para los usuarios

Por ejemplo, la obra la Gioconda, la Torre Eiffel de París o el Obelisco porteño, son todas obras y construcciones únicas. Por más que copien exactamente su arquitectura o su figura, cada uno de ellos tiene particularidades propias que la hacen diferentes al resto. Esto está representado en un código único digital que tiene respaldo en la tecnología blockchain. 

Estos NTF tienen un valor real, y al mismo tiempo, si bien un dibujo de un mono o de un edificio no brindan la posibilidad de colgarlo en la pared del living para adornar la casa, se ha popularizado su compra básicamente por la capacidad especulativa que hay sobre ellos. Es decir, la gente los compra esperando que su precio aumente y así poder tener un rédito económico. 

A diferencia del bitcoin que por ejemplo se puede dar en diversas transacciones simultáneamente, los NFT son intercambiables idénticamente. Además tienen características propias que son la base de su condición. Repasemos. 

  • Se trata de objetos únicos, ya que tienen un código en cadena que es totalmente distinto entre ellos, o sea al de cualquier otro NFT. Esto se traduce en su diseño, ninguno es idéntico a otro. Una obra de arte digital, por ejemplo, puede tener información codificada sobre los píxeles de la obra. 
  • Por otra parte son rastreables dentro de la tecnología blockchain, que permite su verificación y así entender que no se trata de una falsificación. Además son raros, o mejor dicho escasos, que garantizan que los activos sigan siendo rentables, teniendo en cuenta que el precio, al ser una moneda no fiduciaria, se rige en la oferta y la demanda.  
  • Los NFT también son indivisibles: no pueden venderse ni alquilarse parcialmente, de la misma forma que uno no puede comprar media entrada para el cine o media obra de Picasso, los NFT solamente pueden estar sujetos a transacciones sólo cuando se trata de su monto total. 
  • Por último son programables, es decir, al tratarse de una transacción digital, no es necesario que se adquieran las obras o edificios y sea necesario firmar grandes y extensos contratos, ya que es la propia tecnología blockchain la que se encarga de esa parte al generar el código en cadena con respaldo en la matemática. 

Con esta estructura, los NFT se han expandido por medio de la tecnología blockchain a todo el mundo y hasta ya han empezado a erigirse ciudades digitales gracias a la inversión y experiencia brindada pro este tipo de moneda. ¿Ya tienes tu billetera electrónica?

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