Sin dudas que la sobreproducción de materiales contaminantes es uno de los principales problemas a resolver por las ciudades y las empresas de cara a lograr una transición sustentable y medioambiental. Por esta razón los gobiernos han empezado a idear diversas políticas públicas para reducir el consumo de plásticos, nylons y todo tipo de sintéticos que no son biodegradables.
La necesidad del mercado de dar todo servido y de fácil acceso ha dejado de lado la cuestión ambiental, a tal punto que los principales supermercados del mundo han envasado hasta frutas trozadas generando toneladas anuales de basura que no es reciclada.
Sin embargo, para evitar las grandes cantidades de plástico dando vueltas, los distintos gobiernos han impulsado medidas que obligan a las empresas a hacerse responsables de los residuos que genera su empaquetado. Para ello deben responder, dentro de la cadena productiva, al seguimiento de estos envases y empaquetados plásticos.
Algunas han optado por emplear packaging ecológico o sustentable e incluso ha surgido la moda del Ecodiseño que propone instalar prácticas circulares a esta parte de la cadena productiva, generando envases degradables.
Esta iniciativa se enmarca dentro del concepto ya conocido por los Estados Nacionales de Responsabilidad extendida del productor, que básicamente insiste en la obligación de los productores de hacerse cargo por la gestión integral de los productos puestos en el mercado por ellos y su posterior basura. Dentro de estas obligaciones se hace explícito énfasis en el ciclo de vida de los envases, incluido su tratamiento al terminar su ciclo.
En Argentina también se ha empezado a trabajar sobre este eje, e incluso se ha presentado el proyecto de Ley Integral de Envases, Responsabilidad Extendida del Productor e Inclusión de Trabajadoras y Trabajadores Recicladores elaborada por el Ministerio de Ambiente de Nación. La intención es desarrollar distintas alternativas sustentables y ecológicas directamente de raíz, para evitar que cada quien envase sus productos de manera arbitraria y sin control estatal.
A esta lucha se ha sumado el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de Cataluña, que ha impulsado la Ley de Prevención y Gestión de los Residuos y del Uso Eficiente de los Recursos. El mismo prohíbe el envasado innecesario “o superfluo” de productos alimentarios con plástico.
Así, Cataluña se suma a la lista de los Estados que están haciendo lo posible para reducir el uso plástico exagerado otorgando, por un lado, un marco legal que regula y protege al medioambiente, y por el otro, la necesidad de innovar en nuevos envases ecológicos.
De esta manera podrá utilizarse packaging de papel madera, cáñamo y simplemente reutilizable para reducir las grandes generaciones de material contaminante que en su gran mayoría termina en los océanos perjudicando a especies marinas y afectando la biodiversidad.
La nueva normativa regirá desde el 1 de enero de 2024, buscando darle un tiempo de adaptación a las empresas para que empiecen a pensar en alternativas sustentables o, de mínima, modifiquen el envase de sus productos. Parte del proyecto también busca impulsar la utilización de plásticos compostables para ese año.
Fue la propia Meritxell Hernández, fundadora y directora general de Roll’eat, la empresa que diseña envoltorios sustentables y reutilizables, expresó a la Revista City Motion: “Los ciudadanos usamos una cantidad de plásticos innecesaria que pone en peligro tanto el planeta como a nosotros mismos. Eliminar esta sobreproducción de plásticos es un gran paso muy necesario”.
Si bien la necesidad de tener un acceso fácil a los productos ha destapado un consumo brutal de material innecesario y contaminante, son varios los Estados y organizaciones que se han sentido incómodas por la facilidad para contaminar que disponen las grandes empresas que separan naranjas en gajos dentro de bandejas plásticas o envuelven todo en grandes cantidades de plástico.
Se estima, desde el gobierno catalán, la reducción de un 30% de los residuos generados para el 2025 y un 60% para el 2030, acorde a la Agenda Urbana establecida por la ONU. La intención es que las toallitas menstruales, los pañales y las compresas de un único uso sean sustituidas por material compostable.
“Uno de los aspectos más destacados de esta nueva ley es el factor sancionador que la acompaña. Es una buena forma de concienciar a la ciudadanía sobre la problemática que está generando el uso de plásticos de un solo uso y obligar a su cumplimiento”, destacó la especialista.
En ese sentido, la mujer conoce de cerca el perjuicio que pueden generar las grandes cantidades de plástico dando vuelta en el territorio y buscan articular con el gobierno para impulsar la generación y utilización de envoltorios sostenibles, reutilizables e innovadores.
Paradójicamente son los alimentos los que más plástico tienen en su paquetería, generando grandes cantidades de basura de un solo uso. Cabe mencionar que estos plásticos no tienen capacidad de reutilización, ya que muchas veces son bandejas descartables o papel film.
“Con los conceptos de sostenibilidad, la concienciación ambiental y el concepto ‘zero waste’ como base de nuestro trabajo, lo que pretendemos es demostrarle a las personas, y en especial a la población más joven, lo que pueden llegar a aportar para la conservación del medioambiente tan solo con el uso de este tipo de envoltorios”, explicó Hernández en relación al nuevo modelo sustentable del gobierno catalán. Sin dudas el consumo de este tipo de envases es uno de los principales problemas a superar en esta década, buscando generar conciencia por medio de sanciones a las empresas que generen basura innecesaria. Cataluña se ha sumado a la lista de gobiernos que buscan impulsar esto, aunque aún se trata de medidas incipientes. ¿Y tú cuántos plásticos consumes?