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El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible busca que los productores tengan sus propios recolectores y centros de reciclaje pero hay voces disidentes. Se generan 52 toneladas de basura diaria en el país. El 10% va al océano.

Sin dudas que uno de los principales contaminantes que ensucian el mundo son los envases plásticos que, tras su uso, se descartan tardando años en degradarse. Por esta razón, los distintos gobiernos y empresas del mundo han puesto en marcha planes de acción para su reutilización o reciclaje. Esta vez le tocó a Argentina, donde se presentó el proyecto de Ley Integral de Envases, Responsabilidad Extendida del Productor e Inclusión de Trabajadoras y Trabajadores Recicladores, algo que ya se comenzó a implementar en Europa. 

La intención de dicho proyecto es promover la gestión de los envases en el país para lograr prevenir y reducir su impacto sobre el ambiente y, por supuesto, en la salud de las personas. Claro, que tal como lo anticipa su nombre, la intención es promover la responsabilidad de los productores sobre dichos envases y paqueterías. 

De esta forma, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, buscarán plantear distintas alternativas sustentables y ecológicas directamente de raíz, para evitar que cada quien envase sus productos de manera arbitraria y sin control estatal. 

En ese sentido, el propio Ministro, Juan Cabandié destacó: “La norma, sustentada sobre el principio de la responsabilidad extendida a las y los productores, va a servir sustancialmente a la tarea y la industria del reciclado y a ayudar a los municipios en sus políticas de separación en origen”. Además, el titular de la cartera dijo que es un proyecto que se “trabajó con las distintas cooperativas y asociaciones”.

En esta misma línea, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, mencionó: “Este proyecto demuestra el compromiso del Ministerio de Ambiente para que la economía circular no sea simplemente un elemento enunciativo. Así como comprometimos una política pública en materia de erradicación de basurales a cielo abierto, la ley de envases no solo dignifica la tarea de las y los recolectores y reduce los volúmenes de envases, también es un hecho demostrativo de ese compromiso”, agregó el funcionario.

Importancia del proyecto 

Los envases post consumo, especialmente aquellos que en su composición son heterogéneos, generan un impacto ambiental negativo a lo largo de su ciclo de vida –es decir, en su etapa de producción, transporte, consumo y recolección–, cuando no está regulada su gestión.

Claro, que los números son aterradores para el cuidado ambiental ya que por día en el país se generan 1,15 kg de basura por persona en Argentina, lo que se traduce en 52 mil toneladas diarias. De este número, un 65% se dispone en rellenos sanitarios y el 35% restante se dispone en basurales a cielo abierto -se estima que hay más de 5000 basurales de este tipo en el país-. Estos sitios de disposición final irregular representan un riesgo para la salud de las personas de los centros urbanos circundantes y un foco de contaminación ambiental.

El objetivo principal es aumentar la cantidad y variedad de materiales recuperados de los productos y minimizar el impacto ambiental de los residuos, alentando a los productores a asumir las responsabilidades extendidas de recolección, reciclaje y diseño de productos y envases con mayor nivel de reciclabilidad, mediante distintos incentivos, De esta manera, se intenta prevenir y reducir el impacto de los envases sobre el ambiente y la salud de las personas.

Justamente con este nuevo proyecto, se busca que las empresas deban ir más allá en la cadena de producción y trabajar de la mano de sus consumidores o usuarios finales para darle un uso adecuado a los residuos mediante opciones de reutilización, aprovechamiento, valorización y reciclaje; con la generación de conciencia en los consumidores y, en consecuencia, dando cumplimiento a requisitos normativos cada vez más exigentes. 

Qué acciones tomará el gobierno argentino

No solo formará parte de este proyecto el Ministerio de Ambiente de la Nación, sino que se trata de un trabajo articulado junto al Ministerio de Desarrollo Productivo. De hecho, el texto incorpora algunos detalles de este trabajo conjunto y contó con la participación de las cámaras de trabajadores del sector. 

¿El resultado? La creación de una tasa ambiental a ser abonada por los productores responsables de los envases puestos en el mercado y la generación de un sistema propio de recolección y reutilización. Algo que consideran desde la propuesta oficial ayudaría a reducir la basura que se encuentra en la vía pública y lograr también facilitar el reciclado de los mismos. 

Con dicha tasa proponencrear un fideicomiso que será administrado por el Estado y servirá para fortalecer los sistemas públicos de gestión de envases, promover la inclusión del personal reciclador pero también impulsar la valorización de los envases y fomentar el desarrollo del ecodiseño. 

Por último, pero no menos importante, el proyecto de ley regulará los envases introducidos en el mercado nacional para desarrollar una política integral para la problemática de los residuos generados. 

Se espera que tras su aprobación, se ponga en marcha lo más rápido posible para darle una inmediata respuesta a la problemática del envasado y su posterior basura. 

Voces disidentes 

Sin embargo, pese a que existe cierto consenso en el arco político y en la sociedad de avanzar en pos del reciclado y el cuidado ambiental, hay voces disidentes desde en la Cámara y en el sector empresarial y productivo argentino que se oponen al pago del 3% total de los envases emitidos. 

Una voz al respecto fue la de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), que emitió un comunicado en el que:  «Expresa su preocupación frente a una propuesta anacrónica, que no soluciona el problema de fondo y que, por el contrario, genera una mayor carga tributaria al tejido productivo, sin una clara contraprestación por los fondos que generaría este programa mediante el establecimiento de una nueva tasa para compensar los gastos que el sistema de gestión pública de residuos requeriría a futuro, poniendo en entredicho incluso el carácter federal de la norma».

Por otro lado, tampoco queda en claro qué impacto tendrá este impuesto que es considerado elevado por las empresas. Sobre todo para aquellas que ya están dentro de la cadena de reciclaje. 

Hoy por hoy, nadie duda de la necesidad de girar hacia un mundo sustentable. Pero lo que hoy se debaten el Estado Nacional y el sector privado es el cómo. La necesidad de girar hacia una economía circular en pos del bien social activó la primera jugada. Ahora habrá que resolver si la recaudación por el impuesto y la creación del Sistema Nacional de Gestión de Envases (SINAGE), que buscará promocionar los sistemas locales mediante una plataforma digital que monitoreará cada planta argentina, es verdaderamente la solución al problema o si habrá que establecer nuevas cláusulas o artículos que armonicen la situación.

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