La desesperante carrera por ganarle al calentamiento global y poder reducir de manera considerable las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), ha llevado a los distintos gobiernos del mundo a pensar en innovadoras soluciones.
En esta oportunidad, la capital belga de Bruselas empezará a pagar casi €900 por única vez a aquellos ciudadanos que acepten dejar de utilizar sus vehículos particulares como parte del plan Bruxell’air. El requisito es que tengan ingresos menores a €37.600 anuales o incluso aquellos hogares que no junten hasta €52.600 por año.
Esta iniciativa ya viene desde hace algunos años, pero no ha tenido el impacto que esperaban desde el gobierno belga, por esta razón, duplicarán la suma que se otorgará para aquellos ciudadanos que decidan aceptar las reglas de la nueva normalidad y priorizar el uso del transporte público.
Sin embargo también habrá ayudas económicas que estén por encima del sueldo mínimo en Bruselas, que ronda los €42.000 anuales. Si bien el monto mayor será de €900 euros, también habrá ayudas intermedias por €700 a quienes cobren menos de €75.100 anuales y un mínimo de €500 para aquellos que se encuentren por encima de esta cifra.
La única tarea que deben realizar quienes quieran este ingreso es dar de baja el vehículo en los registros gubernamentales. La intención del gobierno es que este dinero se recicle y vuelva a ingresar por medio de una suscripción anual al transporte público o a los diversos sistemas de coches compartidos en la ciudad.
Además, a contraposición de cómo se realizaba en años atrás, el plan estará supervisado por la dirección de Ambiente de la ciudad para ir acorde a las necesidades ambientales que tenga la capital.
El fondo ha tenido un éxito moderado en la atracción de nuevos beneficiarios a lo largo de los años. En 2018, 900 personas recibieron el bono. Ese número saltó a 1.200 en 2019 y 1.049 en 2020.
El año pasado hubo una pequeña caída en términos de solicitudes, sin embargo, las autoridades lo atribuyen a que el sistema se reestructuró y se suspendió por unos meses. ¿Podrá el Bruxell’air impulsar modificar los hábitos de los ciudadanos belgas?