La Comisión Europea (órgano ejecutivo de la Unión Europea) propuso un plan escalonado para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos respecto a los niveles de este año: comenzando con un recorte del 55% para el 2030 y aumentando a un 100% para el 2035. Esto significa la prohibición de la venta de nuevos automóviles impulsados por combustibles fósiles en los 27 países que la componen.
«Este es el tipo de ambición que esperábamos ver en la UE, que ha estado ausente en los últimos años», afirmó Helen Clarkson, directora ejecutiva de Climate Group, un grupo sin ánimo de lucro que trabaja con empresas y Gobiernos para hacer frente al cambio climático. «La ciencia nos dice que tenemos que reducir las emisiones a la mitad para 2030, así que para el transporte por carretera la solución es sencilla: deshacerse del motor de combustión interna» agregó.
Esta medida favorece el paso a los vehículos eléctricos (VE). En el mismo sentido, Bruselas también propuso una legislación que obligará a los países a instalar puntos de recarga públicos a lo largo de las principales rutas y calles con una distancia máxima de 60 kilómetros entre ellos para 2025.
Con este proyecto, la Unión Europea espera lograr un transporte completamente libre de carbono en 2050, ya que la vida de un automóvil ronda los 15 años.
Ante el temor de muchos usuarios a una autonomía insuficiente por la falta de estaciones de carga públicas, los fabricantes de automóviles anunciaron que solo aceptarán objetivos de emisiones más estrictos a cambio de una gran inversión pública en cargadores. De esta manera, se espera la creación de 3,5 millones de estaciones públicas de recarga para automóviles y furgonetas en 2030, y que esa cifra aumente hasta los 16,3 millones en 2050.
Cómo afectará esta medida la movilidad en automóviles en Europa
Hasta el 2035 se podrá seguir comprando vehículos a combustión (propulsados por motores nafteros y diesel), y luego de esta fecha se va a poder circular con estos mismos en la mayor parte del territorio europeo. No obstante, se prevé que el acceso se limite sólo a autos eléctricos en metrópolis como Londres o París.
Esta medida de la UE convalida algunas tendencias que se estaban efectivizando a nivel de países europeos (algunos pertenecientes a la UE y otros no). En el caso de Noruega ya estaba pautada la prohibición de comercialización de vehículos a combustión desde el año 2025, mientras que en Suecia, Islandia, Dinamarca, Países Bajos, España y Alemania lo tienen previsto para 2030.
Cómo afectará esta medida al mercado de VE
Se estima que el precio de los vehículos eléctricos baje significativamente a medida que se fabriquen de manera masiva y el coste de las baterías disminuya, haciéndolos más accesibles para los ciudadanos. Al respecto, según un estudio de Bloomberg NEF, en el año 2026 se equipararían los costos de producción de un vehículo eléctrico respecto a uno de combustión.
Si bien la electrificación total es un objetivo lejano, muchos fabricantes anunciaron inversiones en este sector, como resultado de objetivos de emisiones más estrictos decretados por la Unión Europea. Volkswagen AG advirtió que dejaría de vender autos impulsados por combustibles fósiles para 2035 como parte de su transición hacia los vehículos eléctricos. Sin embargo, este cambio llegaría más tarde a sus sucursales de China y Estados Unidos.
Sin dudas, el mercado de vehículos eléctricos seguirá en expansión en todo el mundo y la Unión Europea no sólo no será la excepción, sino que también es uno de los mercados más dinámicos. Tomando el total del continente europeo, el stock de vehículos eléctricos era de 3,3 millones de unidades, pero sólo en ese año se vendieron 1,7 millones.