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El futuro ha llegado al transporte público de Moscú con un avance tecnológico que sorprende: una inteligencia artificial (IA) en forma de asistente virtual que atiende las taquillas del metro. Simulando la figura de una mujer de aproximadamente 50 años, este sistema es capaz de interactuar con los pasajeros, entender sus necesidades y venderles boletos

El futuro ha llegado al transporte público de Moscú con un avance tecnológico que sorprende: una inteligencia artificial (IA) en forma de asistente virtual que atiende las taquillas del metro. Simulando la figura de una mujer de aproximadamente 50 años, este sistema es capaz de interactuar con los pasajeros, entender sus necesidades y venderles boletos personalizados. Un cambio innovador que no solo optimiza la experiencia de los usuarios, sino que redefine el papel de la tecnología en la vida cotidiana.

Si bien se han abierto muchos debates durante el último tiempo en torno a la implementación de la IA a gran escala, la realidad indica que así como puede ser utilizada para cuestiones oscuras y negativas, también puede ayudar a cambiar y transformar las ciudades

Como hemos mostrado en diversas notas de Utopía Urbana, la implementación de esta tecnología impacta transversalmente en todo tipo de actividades y ámbitos de la vida, pero lo más relevante es que se trata de un ejemplo claro de cómo la inteligencia artificial puede mejorar la calidad de vida de las personas. En el caso puntual que estamos analizando relacionado al transporte, se destaca por ofrecer un servicio más rápido, preciso y disponible las 24 horas, se agilizan procesos y se elimina la posibilidad de errores humanos. Además, este tipo de avances representa una solución inclusiva al permitir interacción en múltiples idiomas y adaptarse a las necesidades de un público diverso.

El sistema de inteligencia artificial diseñado específicamente para las taquillas del metro de Moscú, utiliza una interfaz visual que recrea el comportamiento humano. La figura virtual no solo responde a preguntas y proporciona información en tiempo real, sino que también puede identificar a los usuarios mediante tecnologías de reconocimiento facial para ofrecerles opciones de compra más rápidas y personalizadas.

Desde su implementación, los tiempos de espera han disminuido drásticamente, permitiendo a los pasajeros realizar sus transacciones con mayor eficiencia. Además, este avance complementa otras innovaciones ya presentes en el metro de Moscú, como el sistema de pago por reconocimiento facial, que desde su lanzamiento ha reducido significativamente el tiempo de entrada a las estaciones.

La presencia de esta inteligencia artificial genera diversas reacciones en la sociedad. Por un lado, muchas personas destacan su utilidad, asegurando que nunca se enfrentará a los problemas habituales de un humano, como huelgas o mal humor. Por otro lado, hay quienes expresan inquietud sobre la velocidad con la que la tecnología está reemplazando empleos humanos.

Sin embargo, este avance marca una nueva etapa en la automatización del transporte público, donde la tecnología no solo es funcional, sino también cercana y adaptable a las necesidades de los usuarios.

Con la inteligencia artificial desempeñando un rol clave en el transporte público de Moscú, queda claro que estamos en el inicio de una transformación global. Este tipo de innovaciones no solo mejoran la experiencia diaria, sino que abren nuevas posibilidades para la aplicación de la tecnología en otros sectores.

¿Será este el modelo que inspire a otras ciudades del mundo? Mientras tanto, Moscú lidera el camino hacia un transporte público más eficiente y tecnológico.

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